
"La Iglesia está haciendo, y continuará haciendo, todo lo que está en su poder para investigar las acusaciones y llevar a la justicia a los responsables de los abusos", dijo Joseph Ratzinger a las víctimas maltesas. El encuentro, mantenido en secreto hasta el último minuto por el Vaticano, supone el cuarto que el Papa mantiene con víctimas de abusos en sus cinco años de pontificado, tras las reuniones que mantuvo en 2008 en sus viajes a EE UU y Australia. Además, el Papa recibió en el Vaticano a un grupo de indígenas canadienses que fueron sometidos a malos tratos siendo niños.
El Papa, según explicó en rueda de prensa el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, se mostró "profundamente conmovido al oír las historias" de las víctimas maltesas y "expresó su vergüenza y dolor por todo lo que ellos y sus familias han sufrido".
El gesto del Papa hacia las víctimas sella el quinto aniversario de su llegada al trono de San Pedro, cuando la Iglesia católica vive su crisis más aguda de la edad moderna a causa del escándalo de la pederastia clerical, que el Vaticano trató de minimizar y ocultar durante las últimas décadas.
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