El ministro de Asuntos Islámicos justifica la medida por la necesidad de impedir conflictos religiosos.
MADRID- Desde el pasado mes de marzo, el Gobierno de Marruecos ha expulsado a alrededor de un centenar de cristianos, acusándolos de practicar proselitismo entre los musulmanes del país. Pese a que el Gobierno sólo ha reconocido oficialmente 16 expulsiones, ha sido el propio ministro de Donaciones Religiosas y Asuntos Islámicos de Marruecos, Ahmed Tufiq, quien ha informado de que la cifra es mucho mayor y ha justificado la medida por la necesidad de impedir «enfrentamientos religiosos», ya que «el activismo de algunos extranjeros estaba socavando el orden público», afirma. La gran parte de los expatriados eran cooperantes humanitarios, sin embargo, para el ministro marroquí bajo esta apariencia «algunos de ellos ocultaban su proselitismo y activismo religioso».
Precisamente la última expulsión ha sido la de un español, Francisco Patón, quien dirigía una pequeña compañía energética en el país. La semana pasada se le ordenó abandonar Marruecos por intentar convertir al cristianismo a los musulmanes, según informaron a Reuters fuentes eclesiásticas y diplomáticas europeas.
Para el ministro de Asuntos Islámicos, el país africano tiene interés en fomentar el respeto y la coexistencia con otros credos, pero también desea proteger su «unidad religiosa». Tufiq considera que «no hay necesidad de que los creyentes de una religión conviertan a los creyentes de otra». «La guerra entre religiones es muy peligrosa. ¿Qué prefieren los cristianos? ¿Un puñado de marroquíes convertidos o el orden y la calma entre los marroquíes?», se pregunta el ministro.
Los musulmanes constituyen más del 93% de la población del país africano, pero hay libertad de culto para los seguidores del cristianismo –en su mayoría extranjeros– y del judaísmo. No obstante, el intento de convertir a los musulmanes a otras religiones constituye un crimen en Marruecos que se castiga con penas de hasta seis meses de cárcel. En el caso de los extranjeros las autoridades prefieren optar por la expatriación para impedir escándalos internacionales.
Antes de este año, Marruecos había expulsado ocasionalmente a algunos misioneros, en su mayoría evangélicos de Estados Unidos. El secretario de la Unión Evangélica Bautista Española (UEBE), Manuel Sarrias, denuncia a este periódico que los protestantes en el país «se encuentran cooperando. Llevan ayudando durante años en hospitales, en residencias de niños, etc. Son queridos por el pueblo», explica.
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