México es el país que más semillas ha mandado al archipiélago noruego de Svalbard, donde se construyó un búnker a prueba de desastres, conocido popularmente como la Bóveda del Fin del Mundo.
Con el trabajo de científicos del Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y Trigo (CIMMYT), que tiene su sede en Texcoco, Estado de México, desde este país han partido rumbo al Polo Norte semillas de casi 80 mil especies diferentes de maíz, trigo, arroz, frijol y otros vegetales comestibles.
No todas las semillas son de plantas originarias de México, pero todas han sido resguardadas durante muchos años en bancos de germoplasma en nuestro país.
El nombre oficial del lugar hacia donde fueron enviadas las muestras vegetales es la Bóveda Global de Semillas y se trata de un edificio subterráneo que alcanza los 130 metros de profundidad en una montaña de piedra arenisca. Fue inaugurado hace dos años, el 26 de febrero de 2008, con el objetivo de que la humanidad tenga respaldada una copia de todas las semillas del planeta como protección en caso de que ocurra un desastre global.
Paulatinamente se han enviado muestras de todo el mundo y su inventario ha crecido diariamente. El día de ayer, la página oficial de este proyecto global indicaba que México es el país desde el cual se han enviado más especies, con 79 mil 802 muestras donadas. Los otros líderes en aportación de semillas son India, con 37 mil 671 especies; Estados Unidos, con 18 mil 394; Corea del Sur, con 15 mil 368, y Etiopía, con 14 mil 926.
El CIMMYT es un organismo que fue fundado en 1943 con fondos del gobierno de México y la Fundación Rockefeller. Posteriormente ha recibido financiamiento de gobiernos y fundaciones de más de 40 países, entre ellos el Banco Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates.
Actualmente, el CIMMYT tiene el mayor banco de germoplasma de maíz y trigo en todo el planeta y colabora con el Banco Mundial de Semillas gracias a un acuerdo con el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos. Del banco de germoplasma han salido muestras para revitalizar terrenos fértiles dañados por cuestiones climáticas o guerras civiles en África, Asia y América Latina.
Bancos de germoplasma. Michael Listman, responsable de Comunicaciones Corporativas del CIMMYT, explicó a Crónica que desde el inicio del proyecto de la Bóveda Global de Semillas, en Svalbard. Las autoridades del Ministerio de Agricultura de Noruega estuvieron en contacto con el CIMMYT y con otros 14 centros que integran el Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional, fundado en 1971. Después de varias conversaciones, a los directivos de la área de la conservación y utilización de recursos genéticos de maíz y trigo del CIMMYT les pareció importante participar.
Listman explicó a Crónica que el CIMMYT ha enviado muestras de semilla de alrededor de 80 mil “accesiones o colecciones específicas” de su banco de germoplasma. Esto representa aproximadamente la mitad del total de sus colecciones.
“De las muestras de maíz (Zea) enviadas, casi en su totalidad son de criollos —variedades que emergieron mediante la selección de pequeños productores a través de siglos— y gran parte será de México… Continúan enviándose muestras, poco a poco, hasta que todas nuestras colecciones de maíz y trigo queden respaldadas ahí”, indicó el funcionario de comunicaciones corporativas.
En el banco de germoplasma del CIMMYT se conservan 150 mil colecciones únicas de semilla de Tritici (trigo y sus parientes) provenientes de más de 100 países y es la colección unificada más grande del mundo de un solo cultivo.
“El banco de germoplasma de maíz alberga 24 mil muestras de semilla, incluida la colección más grande del mundo de razas criollas de maíz y muestras de parientes silvestres de éste (teosintle y tripsacum) y de variedades mejoradas. Las colecciones de maíz representan casi 90 por ciento de la diversidad del maíz en las Américas, el hemisferio donde se originó este cultivo”, añadió.
El CIMMYT está preparando envíos adicionales que contienen 48 mil accesiones (muestras documentadas y únicas de semilla) de trigo y 7 mil accesiones de maíz. Se empacarán en las 166 cajas de plástico que el Fondo Mundial para la Diversidad de los Cultivos proporcionó para tal fin; su peso es de aproximadamente 3 toneladas.
Básicamente, la semilla está compuesta de duplicados de muestras de colecciones que han sido regeneradas en años recientes. El CIMMYT continuará mandando remesas anuales de muestras de materiales regenerados hasta que se haya respaldado toda la colección de semilla de maíz y trigo en Svalbard.
Los bancos genéticos son vulnerables a un amplio rango de amenazas, tales como guerras, catástrofes naturales, falta de equipos, una pobre gestión o no tener suficientes fondos, y fallos de equipamiento.
La bóveda de semillas es la respuesta a una llamada de la comunidad internacional para proveer la mejor seguridad posible para la diversidad de los cultivos mundiales. La idea de tales instalaciones surgió a principios de los años 80. Sin embargo, se volvió una realidad sólo después de la firma del International Treaty on Plant Genetic Resources (Tratado Internacional de Recursos Genéticos de Plantas).
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