De origen alemán, Mayer era miembro de la orden de los Benedictinos, y en El Vaticano había ocupado los puestos de prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y presidente de la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei”.
“La noticia de la partida del venerado cardenal suscita en mi ánimo afectuoso recuerdo y deseo expresar sentimientos de vivas condolencias a la entera familia benedictina y a los seres queridos del purpurado”, escribió el pontífice en un telegrama.
En el mensaje, enviado al abad primado de los benedictinos confederados, Dom Notker Wolf, el Papa aseguró que el cardenal “deja un recuerdo imborrable” de una “existencia trabajadora ocupada con humildad y rectitud en la adhesión coherente a la propia vocación”.
El obispo de Roma recordó el “calificado empeño” de Mayer en ámbito litúrgico, su paso por la universidad y los seminarios así como su papel en la preparación del Concilio Vaticano II y en diversas secciones de la Sede Apostólica.
“Elevo fervientes oraciones de sufragio para que el Señor acoja a este benemérito hermano en la gloria y la paz eterna. A cuantos lloran la desaparición de tan generoso discípulo de Cristo imparto la confortadora bendición apostólica”, apuntó.
Notimex
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