lunes, 17 de mayo de 2010

Profecías

“Un día Jacinta se sienta sobre la lastra del pozo de mis padre…Después de un tiempo me llama.
-        ¿No viste al Santo Padre?
-        ¡No!
-        ¡No sé cómo fue! Vi al Santo Padre en una casa muy grande, arrodillado ante una mesa, con la cara entre las manos, llorando. Fuera de la casa había mucha gente, algunos arrojaban piedras, otros maldecían y decían palabrotas. ¡Pobre Santo Padre! ¡Debemos rezar mucho por él!”.

Sor Lucía,  31 de agosto de 1941

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