Luego de que la arquidiócesis de Córdoba decidiera suspender a Nicolás Alessio y, por lo tanto, prohibirle ejercer públicamente el ministerio, el sacerdote acusó a la Iglesia de tener “actitudes autoritarias y patéticas”.
Alessio, de 53 años, y durante 27 años párroco de la iglesia San Cayetano de barrio Altamira, se manifestó hace un año públicamente a favor de la sanción de la ley del matrimonio igualitario, rechazada por la Iglesia. Tras ello, el arzobispo Carlos Ñáñez resolvió iniciarle un juicio canónico a través del Tribunal Interdiocesano de Córdoba, cuya sentencia trascendió ayer.
El tribunal estuvo integrado por tres sacerdotes especialistas en derecho canónico y resolvió la suspensión ad divino de Alessio, lo que implica la prohibición de ejercer el ministerio público, y por lo tanto, de dar misa y celebrar los demás sacramentos, como oficiar casamientos, bautismos y confesar. Y también dispuso la cesación del sacerdote como párroco de San Cayetano.
“Los detalles del proceso no se han dado a conocer”, informó a este diario el vocero del Arzobispado de Córdoba, Gustavo Loza, quien señaló que, por esa razón, aún no son públicos los fundamentos que dieron origen al juicio eclesiástico.
“Esto es así para preservar el derecho de defensa de Alessio, porque la sentencia no está firme, ya que existe la posibilidad de apelación”, dijo.
Loza aseguró además que como instancia previa al proceso hubo un llamado del obispo al diálogo “para intentar persuadirlo de que cesara en las manifestaciones en contra del magisterio de la Iglesia”.
También informó que Ñáñez no formó parte del Tribunal, y que optó por impulsar el proceso, pese a que como obispo tenía “facultades para tomar medidas directas”.
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