lunes, 3 de enero de 2011

PORQUE SE TRATA TAN MAL A HERNÁN CORTÉS EN LA HISTORIA OFICIAL DE MÉXICO II

Antecedente
PORQUE SE TRATA TAN MAL A HERNÁN CORTÉS EN LA HISTORIA OFICIAL DE MÉXICO Primera parte


PORQUE SE CONOCE TAN MAL A HERNÁN CORTÉS

El primer ataque a nuestra cultura hispánica se produjo en la figura de Hernán Cortés, a poco de la caída del gobierno de don Agustín de Iturbide.
El 17 de septiembre del año de1823, las turbas enloquecidas por un falso patriotismo e instigadas por agentes de la masonería de obediencia yanqui pretendieron profanar los huesos del fundador de la Nueva España, arrastrarlos por las calles y llevarlos finalmente al quemadero de basura de San Lázaro.
¿Porqué ese odio tan repentino?, ¿Si no hacía mucho tiempo, el pueblo de la ciudad de México se regocijaba en la Fiesta o desfile del Pendón que Cortés mismo trajera en los días de su conquista?...2

Sabemos con certeza, que ese anticortesismo de nuevo cuño era de inspiración extranjera, y adoptado por los incipientes políticos republicanos.
Este acto de barbarie se produjo luego del sermón encendidamente patriótico que se dijo en la Catedral Metropolitana con motivo del homenaje y entierro de los revolucionarios de 1810.

El gobierno que presidía el General Mariano Michelena en sustitución del triunvirato elegido por el Congreso Republicano y bajo la mirada atenta del colombiano Santa María, azuzó a las turbas con el fin de profanar y destruir el monumento a Cortés en la Iglesia de Jesús de Nazareno.


Don Lucas Alamán Escalada, a la sazón ministro de Relaciones Exteriores, encargado de la administración del Marquesado del Valle y de otros bienes de Cortés, salvó la dignidad de los mexicanos retirando los restos óseos del monumento adosado al muro de la Iglesia de Jesús y escondiéndolos en un lugar secreto.


Hospital de Jesús


13 DE AGOSTO DE 1521


Al conquistador, evangelizador y fundador de la Nueva España se le conoce poco y mal por el grueso de la población mexicana. Precisamente su persona es la más calumniada y vilipendiada de nuestra historia. Si bien en su vida , el Conquistador tuvo éste muchos enemigos, no se les puede comparar con la saña de sus enemigos modernos desde dentro y fuera de México.


La historia oficial que se imparte a los escolares en los centros de instrucción pública por medio de los textos llamados gratuitos , y en muchos de los colegios particulares; desde la primaria a la preparatoria, está llena de información deficiente, de mala fe y lo que es peor: de odio inoculado por individuos extranjeros, enemigos de nuestra cultura y religión. La historia oficial exagera los humanos defectos del conquistador y fundador, concentrándose en los momentos álgidos de las batallas contra los nativos, y transformando a éstos en inocentes víctimas de la "ferocidad y ambición de los invasores españoles".
Soslaya por otra parte; el alma medieval de Cortés y de sus capitanes, quienes eran portadores de la civilización hispano-cristiana. Que exploraban y conquistaban nuevos pueblos paganos para acrecentar su honra y su hacienda, exponiendo sus vidas sin miedo a la muerte para ganar mayores territorios, y ponerlos a los pies de Cristo Rey y de sus representantes en la tierra: el Papa y el Emperador.


La historia oficial omite también, que Hernán Cortés desde que oyó hablar del fabulos reino de Cohlúa, había quedado fascinado por él. Y una vez puesto sus pies en los arenales de la Vera Cruz, comenzó una transformación de su alma, haciendo de su conquista una de las gestas mas grandes de la historia universal.


Sin olvidar su España nativa, pidió al emperador don Carlos que éstas tierras se llamasen la Nueva España del mar Océano, por la gran similitud a los reinos de Castilla "en sus aires, en sus montañas, en su fauna y en su flora". Cortés se enamoró del paisaje, del ambiente y de las mujeres indias.


De su relación con doña Marina su inseparable faraute, nació en 1552 su primer hijo varón, llamado por algunos "el primer mexicano", lo bautizó con el nombre de su padre: Martín. Lo educó con mucho cariño y a su debido tiempo le pidió al Papa Clemente VII que se lo legitimara. Cosa que ocurrió por la bula del 16 de abril de 1529.


Niño aún, lo llevó con él a España en 1528, para ponerlo en manos de personas de su confianza proporcionándole una esmerada educación que culminó como paje del príncipe don Felipe, oficial de los tercios españoles, Comendador de la Orden de Santiago y gentilhombre de Cámara del rey Felipe III.


Martín casó en España con Bernardina de Porres Agoncillo dama noble cuyos descendientes están reconocidos en la actualidad y de los cuales la más famosa es la ex reina Fabiola de Bélgica.


Cortés no se olvidó de Malintzin, conocida por todos como doña Marina, y en nombre se la reina doña Juana y su hijo don Carlos, la dotó de tierras, propiedades y cacicazgos, haciéndola rica hembra, buen partido para uno de los principales señores de la nueva nación: el regidor Juan Alonso Jaramillo, años más tarde alcalde de la incipiente capital novo hispana. Doña Marina tuvo una hija con Jaramillo, bautizada como María y de quién aún existen descendientes.


Sin embargo, después del 13 de agosto de 1521, Cortés dio dinero a su amigo y cuñado Juan Xuárez de Marcaida para traer a Catalina y su familia a Coyoacán, encargo que se cumplió en julio de 1522 cuando arribó ella con sus hermanas, su madre María, amistades y sirvientes cubanos.
Catalina murió a fines de ese mismo año de una enfermedad llamada en ese entonces "mal de madre", especie de angina de pecho que también padecían dos de sus hermanas, quienes andando los años murieron de los mismo.
Catalina Xuárez de Marcaida, recordemos se había casado con don Hernán en la Isla de Cuba por presiones del gobernador Diego Velásquez.


Don Hernando, pidió en 1523 al emperador que le enviara religiosos santos para consolidar la evangelización de los indios. El emperador le envió 12 de los mejores intelectuales religiosos que había en España.
El grupo pisó tierra en Veracruz el 13 de mayo de 1524, fungía como su director fray Martín de Valencia, siendo los otros once misioneros:
Martín de la Coruña, Juan Juárez, Francisco de Soto, Antonio García Rodríguez, Toribio de Benavente, García de Cisneros, Luis de Fuensalida, Juan de Palos, Juan de Rivas, Francisco Jiménez y Andrés de Córdoba.


Todos los primeros frailes franciscanos incluyendo a los tres flamencos: fray Pedro de Gante, fray Juan de Tecto y fray Juan de Ayora, se desempeñaron heroicamente en su ministerio evangelizando a los indios, junto a ellos, los hermanos de las otras órdenes religiosas que llegaron sucesivamente a lo largo del siglo XVI, sentaron las bases del acendrado catolicismo del pueblo mexicano. 


Continuará

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