domingo, 27 de febrero de 2011

Sin parar los actos profanos en México

Los actos profanos contra templos e iglesias católicos de todo el país, para robar arte sacro, por delitos menores o por odio al catolicismo aumentaron hasta alcanzar un promedio de 26 recintos por semana.


De acuerdo con un informe de la unidad de investigación del Centro Católico Multimedial, en colaboración con el Consejo de Analistas Católicos de México, la profanación de recintos católicos aumentó sistemáticamente durante los últimos 17 años.


El estudio destaca que las cifras ubican a México como el país donde más ataques se registran contra templos católicos en la región, seguido en orden descendiente por Colombia, Brasil, Guatemala y Venezuela.


Según los registros recabados por esas organizaciones, la ola de violencia contra los 11 mil templos distribuidos entre las 18 provincias eclesiales del país fue de 2% por año antes de 2000, lo que significa cuatro recintos profanados a la semana.


Especifica que de 2000 a 2006 la cifra aumentó a 4%, equivalente a ocho templos atacados semanalmente, pero de 2007 a la fecha creció 12%, correspondiente a 26 iglesias afectadas por semana, lo que representa un aumento del 600% en los últimos 20 años.


Según esa investigación, 42% de los ataques mencionados están relacionados con el crimen organizado especializado en el robo de arte sacro.


Las bandas delictivas de arte sacro poseen catálogos de obras de arte que muestran a sus clientes e incluso difunden a través de internet; en algunos casos estas bandas trabajan por encargo de galerías que se prestan para la venta de las obras de arte principalmente de la época virreinal, señala este estudio del Centro Católico Multimedial.Estos delincuentes se especializan en el robo de joyería, crucifijos, coronas, vestidos de imágenes con bordado en oro y plata, pinturas al óleo, lienzos sagrados y escudos, piezas artísticas de talla en madera y policromado, esculturas, cuadros, medallones con acabados en estofado de oro, estilo barroco y neoclásico.Esa investigación indica que los ladrones de arte sacro ganan unos $83 millones al año y se presume que sus clientes principales, coleccionistas y anticuarios, se encuentran en México, Guadalajara y Monterrey, así como en Estados Unidos, Sudamérica y Asia.El segundo grupo de profanadores de iglesias está clasificado por este estudio como el de las personas que se dedican al robo exprés de objetos religiosos en menor escala.Este tipo de delitos representan 21% de los ataques a templos y van desde la sustracción de cestos de limosnas, biblias y libros de oración, lo mismo que equipos de sonido, computadoras y objetos religiosos utilizados para la celebración del culto.En este grupo se encuentran los llamados "metaleros" o delincuentes de cobre, que roban alrededor de 50 campanas por año, principalmente aquellas con más de dos siglos de fabricación, por la reconocida pureza del material que se utilizaba entonces.El último grupo es el de delincuentes anticatólicos, que son responsables de 37% de las profanaciones, y corresponde a personas con creencias religiosas o puestas a la fe católica.En esta categoría la investigación también incluye a aquellos sujetos que operan bajo un perfil político que en ocasiones responden a grupos aislados de la delincuencia organizada.El estudio señala que luego de los ataques a la iglesia ha sido posible identificar un odio especial de estos delincuentes contra la madre de Dios, en sus diferentes advocaciones, y sobre todo al lugar donde se le rinde culto.El análisis puntualiza que siete de cada 10 recintos profanados por estos motivos son santuarios marianos, y lamenta la falta de eficacia al investigar y sancionar a los delincuentes, a fin de inhibir los ataques contra los templos e iglesias católicas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario