México.- El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, declaró que “los cinco obispos que realizaron la investigación ordenada por el papa Benedicto XVI se reunirán el 29 y 30 abril con la Secretaría de Estado, entre ellos con el cardenal Bertone, para decidir el camino a seguir y si es el caso tomar medidas”
Será la primera reunión que se celebra tras la investigación a los Legionarios de Cristo realizada por órdenes de Benedicto XVI el año pasado y “los resultados del encuentro no serán divulgados”, advirtió Lombardi.
Este es uno de los acontecimientos más delicados para la religión católica. El caso de Maciel, fundador de la orden en 1941 en México, acusado de múltiples abusos sexuales de seminaristas menores y de haber tenido secretamente varios hijos, es uno de los más emblemáticos de la llamada “política del silencio” aplicada durante décadas por el Vaticano e inclusive en el pontificado de Juan Pablo II.
“Se trata de un proceso muy complejo y los resultados de la investigación realizada por cinco obispos debe ser armonizada”, precisó el vocero de la santa sede.
La Iglesia católica enfrenta la presión de la opinión pública y de numerosas asociaciones católicas que le reclaman medidas enérgicas contra los abusos sexuales cometidos por religiosos.
En entrevista radiofónica con Ciro Gómez Leyva, el vocero de los Legionarios de Cristo en México, Javier Bravo, comento que tienen el deseo de aceptar y de conocer las indicaciones de la Iglesia para poderlas llevar a cabo con toda oportunidad y docilidad.
“Creo que eso es algo que estaba planeado que sucederá, qué bueno que se anuncie y estaremos deseosos de escuchar cual es la indicación de la Iglesia para poder llevar a cabo lo que tengamos que hacer”, indicó Bravo.
Respecto a la posible decisión de nombrar un comisario para que supervise la labor de esa orden, Bravo aseguró que van a acatar con absoluta obediencia las indicaciones de la santa sede, pues “en la conciencia de que lo que decidan, será para bien de la Legión y por supuesto para la Iglesia en esta etapa tan difícil que vemos que está viviendo en su conjunto”, señaló.
El pontífice dispuso en marzo del año pasado que un equipo de prelados, obispos o eclesiásticos realizara una visita apostólica, es decir, una inspección a la influyente congregación.
A lo largo de ocho meses cinco obispos, entre ellos el mexicano Ricardo Watti y el chileno Ricardo Ezzati, visitaron más de 120 comunidades legionarias en todo el mundo para entrevistarse con sacerdotes y religiosos.
Tras el informe, no se excluye que el papa Benedicto XVI termine por designar “un comisario” para dirigir la congregación o que destituya a toda la cúpula de la Legión, como ha solicitado Jason Berry, coautor de el libro Votos de Silencio, quien investigó por años a esta orden religiosa.
Las acusaciones contra el padre Maciel, famoso por su autoritarismo, se remontan a más de 40 años y fueron hechas públicas en la década de los 90 y encubiertas por la jerarquía eclesiástica, que veía con buenos ojos la línea ultraconservadora de su fundador y su capacidad para reclutar jóvenes.
Según la revista estadunidense National Catholic Reporter y James Berry, Maciel contaba con el apoyo de importantes funcionarios y cardenales de la Curia Romana, cercanos a Juan Pablo II, a los que “sobornaba” con generosos regalos y “donaciones”.
La publicación señala entre las personalidades que recibieron “regalos” de la Legión al entonces número dos del Vaticano, el cardenal Angelo Sodano, al secretario personal de Juan Pablo II, Stanislaw Dziwisz, y al español Eduardo Martínez Somalo, prefecto en esa época de las Congregaciones Religiosas.
La congregación mexicana reconoció a finales de marzo pasado por primera vez los abusos sexuales cometidos por su fundador y pidió perdón a las víctimas.
El Vaticano negó que el entonces cardenal Joseph Ratzinger hubiera archivado la investigación contra Maciel, la cual fue abierta en 2004 tras varias denuncias de abusos sexuales presentadas ante la santa sede.
Antes de su muerte, en enero de 2008, Maciel tuvo que “retirarse a una vida de oración” por orden de Benedicto XVI.
Reaccionan más jerarcas
••• El arzobispo de Yucatán, Emilio Berlie, decidió suspender al sacerdote Teodoro Baquedano, acusado de abuso sexual por una mujer en Estados Unidos. Sin embargo, aclara que no cuenta con documentación oficial para iniciar contra éste un juicio canónico, además de que durante los años que ha servido ahí, desde 1975, no ha recibido alguna queja contra el cura.
Aunque en ese territorio no existe una denuncia formal, ya sea canónica o civil, contra Baquedano, Berlié decidió “como medida cautelar retirar provisionalmente de su oficio al presbítero... hasta que se realice una profunda investigación que clarifique su situación legal y canónica, y se logre el esclarecimiento de la verdad”.
Al ser la primera vez que trata este tema abiertamente, Berlie estableció que “el abuso sexual a menores de edad, perpetrado por algún ministro de culto, es considerado un delito grave por el derecho civil y el canónico, por lo que amerita con justa razón penas severas dado que las víctimas son personas indefensas e inocentes cuyos derechos deben ser siempre protegidos por el Estado y por la Iglesia”.
Por su parte, el obispo de Colima, José Luis Amezcua, pidió perdón a quienes se han sentido ofendidos con la conducta de algunos sacerdotes, pero aclaró que no suspenderá a el cura Audón Serratos, vicario de la iglesia del Señor de la Misericordia en Villa de Álvarez, que la semana pasada fue acusado por la SNAP como presunto pederasta. Según el obispo, el clérigo sólo tuvo una conducta inadecuada, pues no la violó, sólo la tocó y la besó, por lo que al reconocer su falta “fue perdonado de sus pecados”. Además, señaló el prelado de Colima, no se considera pederastia por la Iglesia, ya que la víctima tenía 15 años de edad y no era un infante. (México • Eugenia Jiménez y Heidi de León Gutiérrez)
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