sábado, 24 de septiembre de 2011

EL ANTICRISTO Y EL OBSTÁCULO


EL PRINCIPIO DE AUTORIDAD, EL OBSTÁCULO A LA APARICIÓN DEL ANTICRISTO

La preocupante situación del mundo actual, que avanza rápidamente hacia un gobierno mundial, que no tiene ninguna cuenta de Cristo y de su Redención, ni de su Ley, nos preocupa, nos hace pensar en el Anticristo anunciado. He aquí un importante y misterioso texto de San Pablo relativo al Anticristo, explicado por el sacerdote jesuita José M. Bover, en su famoso libro “La Teología de San Pablo” (BAC, 4ª ed., pp. 819-825).

I. UN TEXTO MISTERIOSO DE SAN PABLO

El Apóstol San Pablo, en su segunda Epístola a los tesalonicenses, hablando del segundo advenimiento de Cristo al final de los siglos, escribe:
“Nadie os engañe en manera alguna; porque si primero no viniere la apostasía y se manifestare el hombre del pecado , el hijo de la perdición, el que se rebelará y alzará contra todo lo que se llama Dios y contra todo objeto de culto religioso, hasta el punto de sentarse en el santuario de Dios y presentarse a sí mismo cual si fuera Dios…¿No recordáis que, mientras estaba  Yo con vosotros, os decía esto? Y ahora qué cosa impida el que se manifieste a su tiempo, ya lo sabéis. Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción: sólo falta que desaparezca de enmedio el que lo impide. Y entonces se manifestará el impío, el cual el Señor Jesús matará con el aliento de su boca y con la epifanía de su advenimiento”. (2 Tes. 2: 3-8)
Al ensayar la interpretación de este texto no vamos a perdernos en cálculos fantásticos sobre la mayor o menor proximidad del fin del mundo; cálculos mil veces combinados y mil veces desmentidos por la cruda realidad de los hechos. Otra enseñanza más seria y más vital, que no por ser implícita es menos clara, está contenida en la palabra del gran Apóstol. Más antes, para sacar esta enseñanza, es menester precisar y deslindar el pensamiento de San Pablo: lo que dice y lo que calla.
Lo que dice es claro y diáfano. Según él existen en el mundo moral dos fuerzas o tendencias antagónicas. Por una parte actúa la fuerza del mal, la que él llama el misterio de la iniquidad, cuyo resultado o remate será la apostasía más o menos universal. Una vez que ésta llegue, preparará el terreno a la aparición del Anticristo. Por otra parte, existe algo o alguien que impide y pone trabas o diques a esa fuerza del mal: obstáculo real a la vez y personal, cuya desaparición determinará el desbordamiento de la iniquidad, la apostasía general y la manifestación del Anticristo.
Lo que se calla el Apóstol, porque lo da por supuesto y conocido por los lectores de la carta, parece a primera vista un enigm: qué es, o quién es, ese misterioso obstáculo que entretanto cohíbe o reprime el desbordamiento de las fuerzas del mal. ¿Nos será posible adivinar el pensamiento del Apóstol y descubrir cuál es el obstáculo? Creemos que sí. Y vale la pena averiguarlo, pues en ese obstáculo está encerrada la gran enseñanza que nos dan las palabras de San Pablo. La interpretación de los Santos Padres y de los exégetas medievales, continuada y precisada por los intérpretes modernos, nos dará la clave del misterioso enigma.

II. INTERPRETACIÓN DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA

Para los Santos Padres, ese obstáculo, real y personal al mismo tiempo, no es otro que el Imperio y el emperador romanos. Así lo sienten, entre los griegos, San Hipólito, San Cirilo de Jerusalén, San Juan Crisóstomo, y San Juan Damasceno. Entre los latinos, Tertuliano, San Jerónimo y el llamado Ambroosiastro. Adoptan la misma interpretación, entre los medievales, Ecumenio, Teofilacto, Eutemio Zigabeno, Primasio, Sedulio Escoto, Himón de Halberstadt, Rabano Mauro, Herveo, Pedro Lombardo, Santo Tomás y Nicolás de Lira. Entre los modernos no son y tan uniformes los pareceres. reconocen con Drach que la opinión tradicional es “la más antigua, la más extendida, la más autorizada”; más algunos no se deciden a aceptarla, por consideración de que hace ya muchos siglos que desapareció el Imperio romano y no ha aparecido el Anticristo. A este reparo no responderemos con Cornelio a Lapide, quien decía que el antiguo Imperio romano había sido sustituido o continuado por el imperio germánico, que se llamó “Sacro Imperio Romano”. Más fundada y acertada es la explicación de Bisping, según la cual el Apóstol habló del Imperio romano, no precisamente  en cuanto a su forma de gobierno determinada o particular, sino a que representaba y encarnaba por entonces el poder público, legítimo y universalmente reconocido, que con la sabiduría de sus leyes y con la potencia de sus legiones garantizaba y protegía el orden político y social, indicando con ello que no vendría el Anticristo mientras subsistiese, bajo la forma de cualquier gobierno justo y recto, el orden firme y regular de la sociedad, y que, en consecuencia, el socialismo y el comunismo empeñados en trastornar toda la sociedad, si alguna vez logran su predominio universal, pondrán en gravísimo peligro la existencia misma de las naciones y allanarán el camino para la suprema catástrofe (cf. J. A. Van Steenkiste, S. Pauli Epistolae, t. 2, pp. 275–276). La misma interpretación adoptan  los PP. Knabenbauer y Adrián Simón. A éste propósito nota Fillión que:
“Es cierto, para citar un caso particular, que la legislación romana , que ha venido a ser más o menos la mayor de los Estados cristianos, ha contribuido mucho al mantenimiento del orden moral de la sociedad. Si los emperadores paganos y otros están lejos de haber sido siempre perfectos, eran, con todo, por sus funciones mismas, los representantes de la autoridad, y los peores han obrado en este sentido con el mal”. (La Sainte Bible, t. 8, pp. 456-457).
Corrobora semejante interpretación, a nuestro juicio de un modo decisivo, lo que el mismo Apóstol enseña sobre el principio de autoridad. Escribe a los romanos, hombres que, según él, conocen lo que es la ley (Rom. 7:1). “Toda alma esté sometida a las autoridades superiores. Pues no hay autoridad que no venga de Dios; y las que existen, por Dios han sido establecidas. Así que el se insubordina contra la autoridad, se rebela contra el orden establecido por Dios, y los que se rebelan, recibirán su condenación. Porque los magistrados no inspiran temor a los que obran el bien, sino a los que obran el mal. ¿Quieres no tener miedo a la autoridad? Obra el bien, y obtendrás de ella alabanza; porque ministro es de Dios para ti en orden al bien. Mas si obrares el mal, teme, que no en vano lleva la espada; porque de Dios es ministro, vengador justiciero para el que obra mal, sino también por la conciencia”. (Rom. 13:1-5). Esto escribía San Pablo a los cristianos romanos mientras imperaba en Roma Nerón, uno de los más abominables monstruos coronados que han manchado la historia. Pero Nerón, con todas sus crueldades, con todas sus locuras, con todos sus brutales desenfrenos, representaba para San Pablo el principio de la legítima autoridad; con lo que, de hecho, mantenía el orden jurídico y social, el cual es esencialmente incapaz de mantener el revolucionario o el comunista más honesto y moderado.
San Pablo miraba el principio de autoridad en el mismo Nerón, porque, habiendo emanado de Dios y estando establecido por Dios, tutelaba los fueros sagrados de la ley y del derecho y sancionaba sus infracciones con la pena. Este principio de autoridad, la ley armada con la espada, era también para el Apóstol el gran obstáculo que se oponía al desbordamiento del misterio de la iniquidad, con lo cual retrasaba la apostasía y el advenimiento del Anticristo. Este sencillo cotejo de textos de San Pablo, corroborado con la autoridad de interpretación de los Santos Padres de la Iglesia, nos descubre una gran verdad, una lección importantísima: el valor y la eficacia del principio de autoridad, de una autoridad justa y fuerte, para mantener incólume el orden jurídico y social, para oponer con una valla infranqueable a los progresos del mal. Pero esta lección, encerrada dentro del círculo estrecho de los textos y autoridades, resulta pálida y esquemática.
Para entrever todo su maravilloso alcance, hay que rebasar los angostos límites de la hermenéutica y salir al anchuroso campo de la historia. Una visión rápida de la historia humana, contemplada a la luz de las enseñanzas de San Pablo, será una luminosa confirmación de la gran lección que el Apóstol nos ha dado sobre el valor del principio de autoridad.

III. REALIZACIÓN HISTÓRICA

La autoridad de la humanidad es una serie no interrumpida de luchas: luchas de razas contra razas, de pueblos contra pueblos, de imperios contra imperios, de instituciones contra instituciones, de partidos contra partidos, de escuelas contra escuelas; luchas militares, luchas políticas, luchas económicas, luchas religiosas, luchas doctrinales, luchas literarias. Miradas en la sobrehaz, esas luchas son de hombres contra hombres. Más bajo esas apariencias humanas, los ojos de la fe descubren otra lucha, invisible a los ojos de la carne, lucha incomparablemente más trágica y grandiosa: la lucha de los espíritus, la lucha del mal contra el bien. Dos grandes huestes, encarnizadas, irreconciliables, luchan desde el origen de los tiempos y lucharán hasta el fin de los siglos. La hueste del mal está acaudillada por Lucifer; la hueste del bien está gobernada por Dios. Lucifer y Dios son los dos jefes de la gran batalla que se está librando en la historia humana. Dios, en su sabiduría y omnipotencia, hubiera podido suprimir la lucha, reduciendo a la impotencia a Lucifer. Mas no ha querido. Ha preferido conceder beligerancia a su adversario, para tener la gloria de verle ignominiosamente derrotado. La estrategia con que Dios dirige los lances y el desenvolvimiento de la lucha es su divina Providencia.
Prescindamos de las edades anteriores al cristianismo. Después de la venida de Jesucristo, la hueste de Dios es la Iglesia: ejército humanamente débil e inerme, cuya conservación, cuyos progresos, cuyas conquistas, son un perenne milagro de la Providencia divina. Pero entendámoslo bien. Esos milagros no son precisamente hechos palpables y fulgurantes, capaces de aterrar y paralizar al adversario; son algo secreto y delicado, que deja toda su libertad de acción a la hueste contraria. Las excepciones de ésta táctica divina  son muy contadas y no influyen decisivamente en el curso de la gran batalla.
Contra esta hueste de Dios, la Iglesia, la hueste de Lucifer dirige todos sus ataques, dirigida y azuzada constantemente por su invisible caudillo. El mundo con sus pompas, la carne con sus concupiscencias, la soberbia y el dinero, las perversas doctrinas y las costumbres depravadas, las herejía y los cismas, ofrecen al mal caudillo armas poderosísimas de ataque. Se alistan también de su bandera frecuentemente otros aliados, de suyo no malos, pero de enorme potencia seductora; las ciencias y las artes, el teatro y la novela, la prensa y la cinematografía, la radio (televisión e internet). Con esas armas y esos aliados, Lucifer pretende consolidar y extender su dominación en el mundo, el imperio del mal, el reino de las tinieblas, frente al reino de Dios, que es la Iglesia de Jesucristo.
Pero Lucifer no puede intervenir directa y personalmente en la batalla del mal contra el bien. Está atado, desde que Jesucristo lo venció en la Cruz. Más no le faltan agentes, hombres de carne y hueso, que, inspirados de espíritu diabólico, hacen cumplidamente sus veces y llevan adelante sus planes. ¿Quiénes son los agentes de Lucifer? Todo el mundo señala con el dedo las logias masónicas y el comunismo soviético. tampoco es ningún secreto para nadie que por debajo de masones y comunistas anda la mano judía. Oímos hace algunos años a una persona inteligente, que conocía a fondo el estado actual del mundo, esta atinada reflexión: los planes comunistas, tan maravillosamente combinados y organizados, cuya eficacia ha sido tan enorme y universal, no son ni pueden ser rusos: el genio ruso no da para tanto; sólo en la astucia judaica hallan su cabal explicación. Otra reflexión: masones y comunistas son en su organización externa dos instituciones incompatibles y antitéticas, y, sin embargo, en su funesta actuación andan perfectamente de acuerdo. ¿Porqué? Por el elemento común de entreambos: el judaísmo, que en cada uno de ellos tiene influencia decisiva. A estas reflexiones hay que agregar otra: las primeras persecuciones de la Iglesia partieron del judaísmo, y, según opinión bastante generalizada, del seno del judaísmo ha de surgir el Anticristo.
Todas esas consideraciones nos muestran que el misterio de la iniquidad, que según San Pablo se está ya fraguando, no es otro que la acción oculta del judaísmo masónico y soviético, que gobierna y empuja todas las fuerzas del mal contra la Iglesia de Jesucristo. Con esa perversa acción prepara y promueve la perversión y apostasía universal, cuya realización dará la señal para la aparición del Anticristo.
Pero queda por estudiar un factor, el principal ahora desde nuestro punto de vista: el Estado civil. ¿Que papel representa el Estado en esta lucha de Lucifer contra Dios?
Nos enseña la historia que el poder civil unas veces se ha inclinado hacia el bando de Lucifer, otras hacia el bando de Dios. Esa posición ambigua o variable del poder civil no puede satisfacer plenamente a Lucifer: no ve, ni puede ver, en él un aliado incondicional. El Estado civil, como institución divina de derecho natural, fundada en la justicia, que lleva en sus manos la ley y la espada, garantía del orden, es un adversario nato de la hueste de Lucifer, cuya actuación empuja necesariamente al desorden y al crimen. y el desorden y el crimen, diametralmente opuestos a lo que hay de más esencial en el Estado, no pueden menos que provocar su reacción y sus sanciones. Cuando el Estado, sobre todo si se inspira en los principios cristianos, se pone de parte de la hueste de Dios, entonces la hueste de Lucifer halla en él un adversario formidable y un obstáculo infranqueable para su perversa actuación. Testigos (son) tantos Estados modernos, que, aun simpatizando con los comunistas, no pueden menos que ponerle innumerables trabas a su acción demoledora. De ahí la aversión del comunismo al Estado jurídicamente constituido. Este hecho capital merece más atenta consideración.
El comunismo es, como atinadamente se llama, una fuerza disolvente. Y lo que disuelve, descompone y atomiza es el Estado. En efecto, el Estado civil está trabado y como ligado por dos vínculos principales: el poder o autoridad y el derecho o la ley; los cuales, unidos a otros factores geográficos, etnológicos, históricos, lingüísticos, culturales, religiosos forman las diferentes nacionalidades. Desligar a la masa humana de estos vínculos es el blanco inmediato del comunismo. Para obtenerlo prepara las masas. De ello se encargan los demagogos. Para arrancar de la mentalidad popular toda idea de poder civil, los demagogos persuaden a las masas que no existe otro poder que el del puebloque el poder es consustancial al puebloque el poder es una prerrogativa inalienable e inabdicable del pueblo soberano. Podrá designar sus representantes, mandatarios o comisarios; pero no transferirles su propia soberanía. De ahí que todo comunista, acepte o no el nombre es realmente ácrata o anarquista. Para extirpar toda idea de derecho, los demagogos procuran persuadir a las masas de que no existen otros valores humanos fuera de los económicos o materiales. Los demás: religiosos, científicos, morales, históricos, no son sino ficciones detestables, que hay que desterrar a sangre y fuego. Y como las diferentes nacionalidades se basan en esos valores ficticios y son, además, un obstáculo para la realización de los planes comunistas, de ahí la supresión de las barreras nacionales, de ahí el absoluto internacionalismo. Cuando estos vínculos sociales del poder, del derecho y de la nacionalidad hayan sido borrados de la mentalidad popular, quedará consumada la apostasía universal y preparado el terreno para la aparición del Anticristo.
Esta crisis final ha tenido en el curso de la historia muchos ensayos, que la han preparado y en cierta manera presagiado. La más grave, sin duda, es el actual comunismo soviético, por su vastísima repercusión en todo el mundo, por su organización y propaganda científicamente metodizada, por la crueldad inaudita de sus procedimientos y, sobre todo, por la campaña de su sindiosismo militante y avasallador. Desde hace muchos años se cierne, como negro nubarrón, sobre todo el mundo el peligro del comunismo, que amenaza arrasar toda la civilización cristiana. La magnitud misma del peligro ha provocado una pujante reacción anticomunista, que ha entorpecido y retardado sus avances. Se ha verificado, una vez más, la ley general: que el desenvolvimiento histórico, tanto del bien como del mal, no es uniformemente progresivo: a cada avance suele seguir su respectivo retroceso; a cada crisis, su reacción.
No sería difícil señalar las causas que motivaron los retrocesos o entorpecimientos del avance comunista. Una de las principales, si no la principal de todas, por lo menos la que ahora más nos interese, fue que las masas no estaban aun suficientemente preparadas y maduras para abrazar el comunismo. Quedaban todavía suficientes elementos para la reacción; mas notemos para nuestro propósito, que semejante reacción prosperó, y, por así decir, cristalizó en los Estados llamados autoritarios. Es decir, el principio de autoridad, asociado al sentimiento nacionalista, despertado y como exacerbado al choque de la anarquía comunista internacional, fue el que opuso una barrera a la invasión del comunismo soviético. El instinto de conservación guió a estos Estados nacionalistas y autoritarios. Corroborando el principio de autoridad, apuntó contra lo que hay de más sustancial en el comunismo, asestó a su punto más vital. Y para proteger este mismo principio de autoridad contra los ataques del internacionalismo comunista, se avivó en tales Estados el sentimiento nacional. Y para oponerse el internacionalismo negativo, que suprime las naciones, esos Estados autoritarios contrapusieron otro internacionalismo positivo, que reconoce la diferencia y la independencia de cada nacionalidad. Ante el Komintern ruso surgió el Antikmintern ítalo-germano-japonés. Desgraciadamente, no todos estos Estados se inspiraron debidamente en los principios cristianos, ni contuvieron dentro de sus justos límites el sentimiento nacionalista. Más, si bien se mira, estas mismas deficiencias o exageraciones confirman la lección de San Pablo: que el principio de autoridad, aun no bien entendido y aplicado, es un dique insuperable para el desbordamiento del mal; tal vez por sí mismo para frenar la ofensiva más formidable de la hueste de Lucifer que registra la historia: la del comunismo ateo.
¿Se desplomaron esos Estados autoritarios, se hundieron los diques que contenían el desbordamiento comunista? ¿Seguirá ahora el desbordamiento y la inundación universal del comunismo soviético? Sería humanamente inevitable si Rusia hubiera sido la única o la principal fuerza que arrolló a los Estados autoritarios. Pero entre los mismos aliados de Rusia subsiste el principio de autoridad. Por otra parte, el choque de intereses encontrados permite conjeturar que estos aliados no están dispuestos a consentir desmedida o ilimitadamente el imperialismo soviético. Lo que realmente pasará, sólo Dios lo sabe. Y sabe también la fe cristiana que Dios no ha perdido el control de los acontecimientos humanos. De todos modos queda en pie la verdad enseñada por San Pablo: que el principio de autoridad, despojado de elementos nocivos e inspirado en el espíritu genuinamente cristiano, es el medio providencial que, dentro de los planes divinos, puede cohibir o retrasar la gran apostasía universal, anunciada por el Apóstol de las Gentes.

sábado, 17 de septiembre de 2011

NO DEBE HABER ACUERDO CON ROMA A PARTIR DEL VATICANO II


Benedicto XVI
Mons. Fellay

¡El ingreso de la Fraternidad San Pío X en comunión con Roma absolutamente no se puede prever en los criterios de la doctrina del Vaticano II!


Terminadas las reuniones de la Comisión mixta de estudio, compuesto por expertos de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X y expertos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, reunidos en Roma en ocho ocasiones entre los meses de octubre de 2009 y abril de 2011, la Congregación ha declarado que “ la reconciliación plena con la Sede Apostólica tendrá como base fundamental la aceptación doctrinal del Preámbulo presentado durante la reunión del 14 de septiembre de 2011. ”¡Está claro¡”.


Pero, ¿cuál es este preámbulo entregado en el Vaticano al obispo Bernard Fellay y a sus dos ayudantes por el cardenal William Levada , prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el 14 de septiembre de 2011? El preámbulo dice la Congregación para la Doctrina de la Fe “, ofrece algunos de los principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica necesarios para garantizar la fidelidad al Magisterio de la Iglesia y al sentire cum Ecclesia. ”Perfecto. Sin embargo, surge inmediatamente una pregunta : ¿Qué quiere decir sentir con la Iglesia y fidelidad al Magisterio ante una institución corroída por el modernismo y por las ideas del Concilio Vaticano II?

I. No hay compromiso con el Vaticano

De hecho, las bases de un verdadero retorno a la comunión con Roma, simplemente no pueden ser consideradas por medio de las normas doctrinales del Concilio Vaticano II. ¿Por qué es imposible? Simplemente porque el Vaticano está infestado de tesis inaceptables.

El Vaticano II representa la desorientación total de la Iglesia


El Concilio encarna a la desorientación de la Iglesia, porque ni un obispo entre cien, ni un un sacerdote entre mil, ni un católico entre diez mil imaginaron que después de la muerte de Pío XII , iba a consumarse diez años más tarde la mayor revolución religiosa en la historia de la Iglesia, a la que seguiría la transmisión al mundo del mayor colapso en la historia de la humanidad. Sólo muy pocos espíritus conocían que la secta secreta de los modernistas esperaba la relajación de la autoridad papal para quitarse la careta y alzarse triunfante con el apoyo del Partido Progresista, a su vez apoyado por la masonería y el comunismo.
La Iglesia está formada por hombres que viven en este mundo y sufren la tentación de compartir las ideas y costumbres de la época. La Iglesia, erigida frente al mundo moderno, es decir, frente al anti-humanismo cristiano de la masonería y su sistema de dominación, el régimen democrático, ha visto cómo sus intelectuales y dignatarios, y, finalmente, las masas de fieles, han sido atrapados y llevados por la corriente. Ignorando la condena solemne e infalible del Syllabus de Pío IX, las serias advertencias de San Pío X y Pío XII, un partido crecientemente poderoso y organizado partidario de la apertura al mundo quería el acuerdo con todas las religiones, la libertad de creencias y de moral, el cambio permanente. En resumen: la reforma de la Iglesia y la revolución social.
 Bajo el pontificado de Juan XXIII, la Iglesia se convirtió en una revolución donde los modernistas tomaron todas las posiciones de liderazgo en Roma
Las reivindicaciones formuladas por minorías activas fueron apoyadas desde el exterior por las potencias anglosajonas y soviéticas victoriosas en la 2ª guerra mundial, en los días de la “ Liberación ” ; lo cual les permitió imponerse por la fuerza terrorista, incluso en la Iglesia, primero sobre los obispos y superiores de órdenes religiosas, y después sobre el Papa. O más bien, a través de la elección de los papas. Durante el pontificado de Juan XXIII se hizo una revolución por la que el partido de la reforma logró copar los puestos directivos. Se le hizo firmar encíclicas, una de ellas anti-colonialista, la Mater et Magistra , la otra revolucionaria, Pacem in Terris , sin ni siquiera haberlas leído. Pronunció en la apertura del Concilio Vaticano II … un discurso subversivo escrito por otro!
  Este enorme Concilio de 2400 Obispos, sin precedente por el número de padres y expertos, y por el número de los temas cuestionados, sin precedente por la longitud de los debates, por el laborioso proceso, por el el número de votos y por los trucos de las comisiones, duró cuatro años. Las Actas promulgadas, largas,escurridizas y equívocas giran en torno a algunas consignas revolucionarias, y contaron finalmente con la satisfacción y entusiasmo de la jerarquía de la Iglesia romana!

Significó la apertura al mundo. Prodigiosa mutación , que terminó el 7 y 8 de diciembre de 1965 con la proclamación por boca del Papa Pablo VI, del “ culto del hombre ”.

II. Vaticano II: El triunfo de la perversión

San Pío X lo había visto con claridad: el hombre iba a sustituír a Dios. El santo Papa no se había atrevido a manifestar lo que tal vez sabía por inspiración profética, un nuevo dios iba a ser entronizado en San Pedro, donde reposan los cuerpos de tantos papas, e incluso el suyo propio. ¿Cuáles fueron los frutos de esta reforma, con las que se anunció un “ nuevo Pentecostés ”? Fueron frutos podridos, los frutos de la muerte.

San Pío X, la esencia del hombre moderno es sustituida por Dios.


Todas las estadísticas son coherentes con el sentimiento popular, y van encontra del optimismo oficial y de la abrumadora propaganda: “ Hemos cambiado la religión ”la Iglesia se está muriendo. El Papa Pablo VI habló del « humo de Satanás ”y la” auto-destrucción de la Iglesia ”, sin embargo trató de detener la ruina con el fuego.
¿Cuáles fueron las novedades? Una liturgia fea, aburridos catecismos, con frecuencia poco piadosos y difusos, muchas herejías e inmoralidades. Un clero, con frailes y monjas que, de repente, como en la Alemania de Lutero, sólo sueñan en el matrimonio y la vida de sociedad. Víctores en los viajes papales. Encíclicas, que tienen un efecto nocivo, como la Ecclesiam suam de Pablo VI, Carta magna del reformismo, que destila la utopía revolucionaria de Lamennais y Karl Marx, o como la Populorum Progressio de Pablo VI y la Laborem Exercens de Juan-Pablo II
En comunión con el Papa, los obispos, que pretenden ser un Colegio dotado con poderes nuevos, se reúnen en sínodos en Roma, en conferencias nacionales, en asambleas continentales. Se hablan, se organizan, profetizan. El resultado es una ruina cada vez peor. Fuertes para destruir, son impotentes para defender los logros y mucho menos para crear cualquier cosa. La nulidad universal del episcopado mundial postconciliar es un hecho.

El Arzobispo Lefebvre rechazó la tolerancia y la desorientación post conciliar terrible y a los fallos de Roma

Un sólo obispo, Mons. Lefebvre que fue el último representante de los antiguos alumnos del Seminario Pontificio Francés de Roma junto con otros discípulos de San Pío X, el Cardenal Billot y el Padre Le Floch, se levantó contra esta terrible situación, diciendo:
“Creemos que podemos decir, en nosotros mismos a la crítica interna y externa del Concilio Vaticano II, es decir, mediante el análisis de los textos y el estudio de las modificaciones y las declaraciones de este Concilio, que, dando la espalda a la Tradición y a la Iglesia se rompió con el pasado, es un concilio cismático El arzobispo Marcel Lefebvre, 04 de agosto 1976

III. Vaticano II: la finalización del proyecto masónico

 En su libro Lo han destronado, del liberalismo a la apostasía , La tragedia Conciliar, que demuestra los errores de las tesis radicales del Concilio Vaticano II en varias áreas, incluyendo, la emblemática y sintomática, de la libertad religiosa, la dignidad de la persona humana, el diálogo interreligioso, y otras falsedades profundas que se han introducido en el corazón de las declaraciones conciliares oficiales, que ahora se han convertido en tesis magistrales de Roma, explicó como fueron tomadas las decisiones conciliares

- “ Masones, ¿qué quieren Uds.? , ¿Qué quieren de nosotros? ”. Esa es la pregunta que el cardenal Bea había dirigido a la B’nai B’rith antes del inicio del Concilio, habiendo sido publicada la reunión por todos los periódicos de Nueva York y dónde se llevó a cabo. Los masones respondieron diciendo lo que querían, ¡la libertad religiosa! Es decir, todas las religiones en pie de igualdad. Ya no debemos llamar a la Iglesia Católica como la única religión verdadera, la única forma de salvación, la única aceptada por el Estado.Van a obtener estos privilegios, y por lo tanto, declararemos la libertad religiosa. – Pues bien, ya tenían lo que querían: era la Dignitatis Humanae .

- “ Protestantes, ¿qué quieren Uds.? queremos satisfacerles, para que podamos orar juntos ”Y la respuesta fue esta: “¡Cambia tu adoración, elimina lo que no podemos aceptar!”- ¡Bueno! se les dijo, eso llegará cuando elaboremos la reforma litúrgica. Uds. formularán sus deseos y nosotros los haremos coincidir con nuestro culto – Así pues,, lo que sucedió: fue la Constitución sobre la sagrada Liturgia, Sacrosanctum Concilium , el primer documento emitido por el Concilio Vaticano II, que dio los principios y el programa detallado de esta alineación de los protestantes con la litúrgia y el Novus Ordo Missae promulgado por Pablo VI en 1969.
- “ Comunistas, ¿qué quieren Uds? Lo haremos para que tengamos la dicha de tener en el Concilio algunos representantes de la Iglesia Ortodoxa Rusa ,¡ y algunos emisarios de la KGB! ”- Y las condiciones del Patriarcado de Moscú fue la siguiente:” No condenen el comunismo en el Concilio, no lo nombren!. Sobre todo, no disfruten consagrando Rusia al Corazón Inmaculado de María! Así, demostrarán la apertura y el diálogo con nosotros “. – Y el acuerdo fue alcanzado, la traición se consumó, “¡Bien! no condenaremos el comunismo. “ – Todo se realizó a la letra. ”[1] 

IV. La Iglesia de hoy en día sigue los errores del concilio

Benedicto XVI se prepara para celebrar el aniversario de la reunión entre religiones en Asís

Algunos dirán, sí, pero ahora la Iglesia ya no está en los errores del pasado, ahora evita los excesos del Post Concilio. ¿En serio? Entonces ¿por qué Benedicto XVI se prepara para celebrar con bombo y platillo el aniversario del encuentro interreligioso de Asís en octubre de 2011?
El abate de Regis Cacquera , en un texto notable, La renovación del escándalo de Asís , Errare humanum es, perseverare Diabolicum , aprobado por el obispo Fellay  emitió éstas protestas:¿Qué sucederá el 27 de octubre de 2011?, ¿una simple reunión amistosa entre hombres y mujeres de buena voluntad?, ¿un discurso incoherente sobre la divinidad de Cristo y Su Iglesia? No, será la renovación, por parte del papa reinante,Benedicto XVI, del escándalo sin precedente perpetrado por su predecesor, Juan Pablo II el 27 de octubre de 1986.
¿Qué ocurrirá el 27 de octubre de 2011?, ¿un llamamiento a la conversión a la fe católica? Las declaraciones del Papa indican con claridad lo que será este día: la reunión de los representantes de las falsas religiones, llamados personalmente por el Papa para unirse en un día de reflexión donde todos están invitados a orar por la paz [1].
R. P. Regis de Cacqueray, Superior del Distrito de Francia de la FSSPX
Ciertamente, a diferencia de la primera reunión de Asís, la oración será en silencio, aunque intensa. Pero, ¿a qué dios  rezarán  en silencio los representantes de las falsas religiones ?, ¿a qué dios rezarán si no es a sus falsos dioses, ya que el Papa los ha invitado explícitamente a vivir más profundamente «su propia fe religiosa»? [2] ¿Hacia quién se inclinarán los musulmanes si no es hacia el dios de Mahoma? ¿Hacia quién se dirigirán los animistas, si no es hacia sus ídolos? ¿Cómo puede ser concebible que el Papa pueda llamar a los representantes de las falsas religiones, con su potestad oficial, para participar en un día de oración personal? Este acto del soberano pontífice constituye, por sí mismo, una blasfemia terrible hacia Dios así como la ocasión de escándalo para toda la tierra.

V. ¿Cuál es la esencia  del “preámbulo” propuesto a la Fraternidad de San Pío X?

Entonces, ¿qué significa este  examen del preámbulo propuesto la Fraternidad San Pío X? ¿En qué consiste? El obispo Fellay entrevistado recientemente responde  : “Este documento se titula preámbulo doctrinal,porque fue presentado para su estudio. Por lo tanto, es confidencial, comprenda  que yo no puedo hablar de ello. Sin embargo, el término preámbulo afirma que su aceptación es un requisito previo para el reconocimiento canónico de la Fraternidad de San Pío X por la Santa Sede. ”
Mons. Fellay dijo que el término preámbulo:
  ”Deja claro que su aceptación es un requisito previo para el reconocimiento canónico a la Sociedad de San Pío X por la Santa Sede. ”

“Deja claro que su aceptación es un requisito previo para el reconocimiento canónico a la Sociedad de San Pío X por la Santa Sede. “
La aceptación de este texto es la condición para el reconocimiento canónico de la obra fundada por el arzobispo Lefebvre.  Por lo tanto es importante. ¿Hay una línea clara de separación en este preámbulo entre lo dogmático y lo pastoral  que pudiera plantear  una una  sana  reevaluación del concilio? Una vez más,  Mons. Fellay dijo: “Debo ser objetivo reconociendo que no hay en el preámbulo de la doctrina, una clara distinción entre el área pastoral  y la del dogma intangible,en orden a la discusión. Lo único que puedo decir, porque está en el comunicado de prensa, es que el preámbulo contiene “los principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica necesarios para garantizar la fidelidad al Magisterio de la Iglesia y el “sentire cum Ecclesia”, dejando abierta la  legítima discusión  para el estudio y la explicación teológica de los términos o formulaciones específicas presentes en los textos del Concilio Vaticano II y en los del Magisterio que siguieron a él. “ Bueno, ni más ni menos. ”[3]
Conclusión
Lo tenemos claro.  Los responsables de la Fraternidad de San Pío X tendrán un largo tiempo para la  reflexión y el discernimiento , antes de responder. Mons. Fellay reafirma que la decisión que se adopte será para el bien de la Iglesia y de las almas:
“Pero les puedo asegurar que nuestra decisión será tomada por el bien de la Iglesia y de las almas. Nuestra Cruzada del Rosarios que se prolongará durante varios meses aún, se ha intensificado para que podamos obtener, a través de la intercesión de María, Madre de la Iglesia, la gracia de la luz y la fuerza que necesitamos más que nunca. ”(Mons. Fellay, 14 de septiembre de 2011).
De hecho se necesitará de la gracia y de la luz para ver y decidir qué hacer para el futuro de la tradición. Igualmente se necesitará un tremendo cambio en la fe, en muchos católicos que se identifican con el mundo moderno y con la falsa esperanza del ecumenismo religioso.
Tememos la apostasía  masiva de toda la Iglesia hábilmente manejada. Sabemos que se identifica y ahoga entre las religiones de la nueva era, desde que fuera abierta a todas las corrientes intoxicantes de la humanidad , con lo que se alista voluntariamente para la construcción de la Torre de Babel.
Apoyemos el santo combate de la Tradición Católica.
 
Notas.
1. El arzobispo Marcel Lefebvre, ellos sin corona , Ed fideliter, cap. XXVIII, 1987.
2. Padre Régis de Cacqueray, la renovación del escándalo de Asís , Errare humanum es perseverare Diabolicum, septiembre de 2011. El abad de Estados Cacqueray en su texto: “ ¿Cómo interpreta la exhortación del Papa a no ceder al relativismo, si no en el pensamiento no es tener razón, pero a ser sincero? ¿Cómo, por el contrario, no se interpretan en un sentido relativista que explícita invitación del Santo Padre a practicar su religión tanto como sea posible: “  … voy a estar en el mes de octubre como un peregrino en la ciudad de San Francisco e invitó a sumarse a este camino de nuestros hermanos cristianos de varias denominaciones, las autoridades de las tradiciones religiosas del mundo, e idealmente, todos los hombres de buena voluntad con el fin (…) a renovar el compromiso solemne de los creyentes de cada religión para vivir su fe religiosa como un servicio a la causa de la paz.  ”? En 1986, un periodista publicó este importante hallazgo: “  El Papa inventadas y las sillas de la ONU de las religiones: los que creen en el Señor, los que creen en los mil dioses, los que creen en ningún dios determinado. Visión increíble! Juan Pablo II dramáticamente admite la relatividad de la fe cristiana, que es sólo uno entre los demás.  ”¿Cómo podemos imaginar que esta decisión no es compartida por muchos hombres en la noche del 27 de octubre de 2011? Por lo tanto, parece particularmente extraño al Papa disculparse por tal pecado en el terreno de Asís, en Asís en 2011 sería diferente en 1986. Se combinan para convencernos de lo contrario en una sorprendente continuidad entre el encuentro de Asís en 1986 y 2011. ”
3. Entrevista con el obispo Bernard Fellay, tras su reunión con el cardenal William Levada , DICI, 14 de septiembre de 2011.
Lea:

jueves, 15 de septiembre de 2011

MÉXICO: LA CORTE PODRÍA LEGALIZAR EL ABORTO


Reconocerían el aborto como “derecho”


El 13 de septiembre, la Suprema Corte de Justicia dio a conocer los dos proyectos de sentencia en el caso de las impugnaciones que pretenden anular las reformas en defensa de la vida, aprobadas por las legislaturas de los estados de Baja California y San Luis Potosí.
Entre otras cosas, es curioso que en el caso de San Luis de Potosí la reforma constitucional a favor de la vida que se pretende anular, dista mucho de ser absoluta ya que admite varias causales de aborto no punible, lo que significa que los proyectos han sido redactados en el lenguaje del sectarismo abortista más extremo.
El ministro encargado de redactar los proyectos de sentencia, José Fernando Franco González-Salas, propone invalidar ambas reformas porque, según él, “la protección absoluta de la vida es violatoria de la dignidad y los derechos fundamentales de las mujeres” y, específicamente, califica como “inadmisible” que se considere a la vida humana como el fundamento de los demás derechos.
El ministro dice que con las reformas a favor de la vida humana: “Se atenta contra la dignidad de las mujeres, pues las reducen a un instrumento reproductivo, y esto sirve a un estereotipo negativo de género, que las degrada a un determinado rol y les impone una carga desproporcionada”, incompatible no solo con su dignidad, sino con sus derechos fundamentales.
Aunque afirma reconocer el valor de la “vida humana prenatal”, aún así da luz verde para exterminarla en el nombre de los derechos reproductivos. “No se puede dar preeminencia a derecho alguno -ni siquiera al derecho a la vida- sobre los demás derechos constitucionales”, sostiene Franco, quien reconoce que “la protección de la vida en general es un fin constitucionalmente válido, pero es inválido que se dé trato de persona jurídica a la vida prenatal”.
Según los mismos observadores mexicanos, estos proyectos de sentencia, dado los antecedentes de esta Suprema Corte, seguramente serán aprobados.
noticiasglobales

domingo, 4 de septiembre de 2011

COMENTARIOS ELEISON 216: “REGALOS GRIEGOS” – III


Un periodista Italiano afirmó el mes pasado que él tenía la autoridad de “una persona de dentro del Vaticano” para escribir que en la reunión del 14 de Septiembre entre los oficiales de Roma y el Superior General de la Sociedad de San Pio X con sus dos Asistentes, se podría hablar acerca de una posible regularización canónica de la FSSPX. Aquí un resumen de los punto principales de Andrea Tornielli, ver: http://vaticaninsider.lastampa.it/en/homepage/inquiries-and-interviews/detail/articolo/lefebvriani-vaticano-tradizione-fellay-7423/
Los oficiales del Vaticano presentarán a la FSSPX (1) una aclaración de la “hermenéutica de la continuidad” de Benedicto XVI para mostrar como es la interpretación más auténtica de los textos del Vaticano II. “Solo si”, dice Tornielli, esta aclaración supera las dificultades doctrinales entonces se les presentará (2) una solución a la irregularidad canónica en donde aún se encuentran los obispos y sacerdotes de la FSSPX: un Ordinariato como el que les fue otorgado a los Anglicanos en Mayo, por medio del cual la FSSPX dependería directamente de la Santa Sede a través de la Comisión Ecclesia Dei. Este acuerdo le otorgaría a la FSSPX la capacidad de“retener sus características sin tener que dar cuentas a los obispos diocesanos”. Pero (3) dicho acuerdo no se da por cierto ya que “dentro de la FSSPX coexisten diferentes sensibilidades”.
De lo que sabemos públicamente acerca de las relaciones Vaticano-FSSPX, el pronóstico de Tornielli para la reunión del 14 de Septiembre es probable; pero cada uno de sus tres puntos principales merece ser comentado:
Primeramente, en relación al abismo doctrinal entre el Vaticano de hoy en día y la FSSPX de Monseñor Lefebvre, no se puede decir que la “hermenéutica de la continuidad” de Benedicto XVI es una solución (ver CE 208-211). Si Tornielli está en lo cierto, será interesante (aunque no edificante) ver cómo Roma intenta nuevamente probar que 2 + 2 puede ser 4 ó 5, 5 ó 4. La doctrina Católica es tan rígida, acaso no siempre tan clara para los humanos, como 2 + 2 = 4.
En segundo lugar, con respecto al acuerdo canónico suscitado por Tornielli, si – inimaginablemente — la FSSPX aceptase cualquier tipo de compromiso doctrinal, de ninguna manera podría entonces situarse debajo de la Santa Sede (2 + 2 = 4 ó 5) y aún “retener sus características” (basadas en que 2 + 2 = exclusivamente 4). El acuerdo práctico ejercería una presión constante y finalmente irresistible de hacer que la doctrina Católica no excluya más sino incluya el error, lo que sería igual a adoptar la ideología Francmasona y a abandonar la razón principal de existencia de la FSSPX del Arzobispo Lefebvre.
Y en tercer lugar, Tornielli puede bien estar en lo cierto al decir que un acuerdo no es seguro, pero él y su “informante del Vaticano” están absolutamente equivocados si piensan que el problema es que existen “diferentes sensibilidades”. Las sensibilidades son subjetivas. El problema central entre el Vaticano y la FSSPX de Monseñor Lefebvre es tan objetivo como 2 + 2 = 4. En ningún momento en la historia, ya sea mirando hacia atrás o hacia adelante en la eternidad, en ningún planeta o estrella creada o por ser creada, podría 2 + 2 ser algo diferente que cuatro, exclusivamente.
¿Acaso no es esa la razón por la cual, cuando todos los esfuerzos tácticos de Mons. Lefebvre habían fracasado en las negociaciones de Mayo de 1988 para obtener del Cardenal Ratzinger un lugar seguro para la Fe dentro de la corriente oficial de la Iglesia, él dijo sus famosas palabras?  
“Su Eminencia, aún cuando usted nos diera todo lo que queremos, aún así tendríamos que rechazarlo porque nosotros estamos trabajando para cristianizar la sociedad, mientras que ustedes están trabajando para des-cristianizarla. La colaboración entre nosotros no es posible.”

Kyrie eleison.

PADRE MALDONADO, MÁRTIR DE LA EUCARISTÍA


… El 10 de febrero de 1937, miércoles de ceniza, celebró la Eucaristía, impartió la ceniza y se dedicó a confesar. De pronto se presentó un grupo de hombres armados para apresarlo. El Padre Pedro tomó un relicario con hostias consagradas y siguió a sus perseguidores. Al llegar a la presidencia municipal, políticos y policías le insultaron y le golpearon. Un pistoletazo dado en la frente le fracturó el cráneo y le hizo saltar el ojo izquierdo. El sacerdote bañado en sangre, cayó casi inconsciente; el relicario se abrió y se cayeron las hostias. Uno de los verdugos las recogió y con cinismo se las dio al sacerdote diciéndole: «Cómete esto». Por manos de su verdugo se cumplió su anhelo de recibir a Jesús Sacramentado antes de morir…

Nació en Sacramento, Chihuahua, el 8 de Junio de 1892. Fue bautizado en la Parroquia del Sagrario el 29 del mismo mes. Hijo de Apolinar Maldonado y de Micaela Lucero. Tenía 17 años cuando Dios le llamó y, siguiendo los consejos de sus maestros, ingresó en el Seminario de Chihuahua. Las condiciones de pobreza por las que atravesaba el Seminario, en especial la deficiente alimentación, fueron la causa de que se desarrollara débil y enfermizo. Esta situación, unida a la suspensión de las clases, dadas las circunstancias difíciles por la Revolución de 1914, provocó que saliera del Seminario por un corto tiempo, dedicándose a aprender música.
En 1918 fue enviado a El Paso (Texas) para recibir las Órdenes Sagradas, pues el Obispo de Chihuahua, Don Nicolás Pérez Gavilán, estaba enfermo. La ordenación sacerdotal le fue conferida por el Obispo Don Jesús Schuler, la mañana de del 25 de Enero de 1918 en la Catedral de San Patricio. Celebró su primera Misa en la Parroquia de la Sagrada Familia en Chihuahua, el 11 de Febrero, festividad de la Virgen de Lourdes, a la que tenía una especial devoción.
Su primer destino fue San Nicolás de las Carretas, atendiendo al mismo tiempo la Parroquia de San Lorenzo, en 1918. El mismo año se le encomendó la atención de la Parroquia de San Francisco de Borja. En 1923 fue trasladado a la Parroquia de Santa Rosa de Lima, en Cusihuiriachic, pueblo minero en el que desplegó su celo por desterrar los vicios y las malas costumbres, especialmente aquellas que más afectaban la familia.
En Enero de 1924 fue nombrado Párroco de Santa Isabel y allí permaneció hasta su muerte en 1937.
Se dedicó con entusiasmo a la catequesis de niños. Con cantos, representaciones teatrales y otras actividades atraía a todos. Reorganizó las asociaciones existentes y fundó nuevos grupos de apostolado. Encendió el entusiasmo y la piedad de sus feligreses. Se incrementaron sobremanera la Adoración Nocturna y la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento. Fomentó el amor y la devoción a la Santísima Virgen María en sus diversas advocaciones, por medio de las Hijas de María y otras asociaciones marianas. Era apóstol incansable con tal de ganarse a todos para Cristo.
En 1926 se desató la terrible persecución religiosa que ya desde hacía años se preparaba en el seno de las logias. El culto público fue suspendido, se cerraron templos, seminarios y escuelas. E innumerables sacerdotes y seglares murieron en la desigual lucha que recordamos con el glorioso nombre de Cristiada.
Los lamentables arreglos entre el Episcopado y el gobierno del presidente Portes Gil, en 1929, no impidieron que en 1931 estallara una nueva persecución, más terrible todavía, en varios estados de la República Mexicana, entre ellos Chihuahua, siendo gobernador el general Quevedo. La razón manifiesta era hacer cumplir los decretos persecutorios, para quedar bien con el presidente Cárdenas, quien trataba de intensificar la enseñanza socialista en las escuelas. Los sacerdotes fueron nuevamente perseguidos y desterrados, se cerraron templos, los maestros fueron obligados a firmar declaraciones impías, se prohibieron las manifestaciones de protesta…
En 1934, el Padre Maldonado, preso , maltratado y amenazado por la policía, fue desterrado a El Paso, asombrando a sus perseguidores por su entereza y valor. Poco tiempo permaneció fuera de su patria. Tan pronto como le fue posible, aún con riesgo de su vida, regresó a Santa Isabel. Todavía convaleciente de unas fiebres, fue al lado de sus feligreses y dirigía y orientaba a sus fieles, combatiendo la masonería, la educación sexual en las escuelas, la embriaguez y los demás vicios. Fue especialmente devoto de Santa Teresita de Lisieux.
En 1936 decidió quedarse en un poblado cerca de Santa Isabel, La Boquilla del Río, donde una heroica familia cristiana había convertido su casa en oratorio, en la que casi públicamente celebraba los actos de culto.
El 10 de Febrero de 1937, Miércoles de Ceniza, se dedicó a confesar e imponer cenizas. Por la tarde se presento en la casa un grupo de hombres armados que iban  a aprehender al Padre. Las personas que allí estaban le avisaron y quiso salir a hablar con ellos, pero todos se opusieron y le hicieron salir por otra puerta para esconderse en un cuarto que había en una huerta cercana. Hasta allí lo siguieron los hombres armados, amenazando con quemar el cuarto si no salía. El Padre les dijo que esperaran a que le trajeran el sombrero. Una persona fue a la capilla y junto con el sombrero trajo en un relicario las hostias consagradas que habían quedado… Era lo que el Padre quería. Salió, tomó el relicario y el sombrero, y enmedio de aquella chusma, brincó la cerca. Ordenaron al Padre caminar delante de los caballos, descalzo, y seguidos por algunas personas, tomaron el camino de Santa Isabel. El Padre comenzó a rezar el Rosario y todos contestaban, menos los esbirros, que en ocasiones trataban de echarle los caballos encima.
Llegados a la Presidencia, el Padre pasó la puerta de entrada. Los que le estaban esperando impidieron la entrada de la gente que le acompañaba. Al entrar, el Presidente Municipal lo tomó por los cabellos y le propinó un golpe. Al llegar al segundo piso, Andrés Rivera, cacique de los políticos de la región, lo recibió con un tremendo pistolazo en la frente, quebrándole el cráneo en círculo y saltándole casi el ojo izquierdo. De ahí, los esbirros siguieron golpeando al indefenso Sacerdote con las culatas de los rifles, arrastrándole por las escaleras hasta el segundo piso. Allí quedó tirado, inconsciente , bañado en su sangre inocente, y apretando el relicario en su pecho. Los malhechores se dispersaron.
Unas mujeres fueron a Chihuahua a pedir garantías al Gobernador. Este se limitó a enviar una comisión de la policía secreta para que recogiera al herido. Cuando estos llegaron a Santa Isabel, el Padre permanecía tirado en el piso, moribundo, semiinconsciente, lleno de golpes y heridas en todo el cuerpo. Los policías levantaron un acta haciendo constar el estado en el que lo recibirían, para que si a ellos se les moría en el camino, no los culparan. Lo echaron en una camioneta y lo llevaron a Chihuahua, entregándolo en el Hospital Civil.

Padre Maldonado
El señor Obispo Don Antonio Guízar y Valencia, al saber lo ocurrido, envió  a los Padres Espino y Gutiérrez para que vieran que se podía hacer por el Padre. Dice el Padre Gutiérrez: “lo encontré en un estado verdaderamente lastimoso e irreconocible a causa de las heridas y los golpes que tenía. Estaba inconsciente y casi agónico. Tenía el cráneo materialmente levantado, la cara golpeada, los dientes quebrados, las manos arañadas y una pierna quebrada. Esto era lo que a primera vista se veía”. El Padre Gutiérrez le impartió la absolución, los santos óleos y la bendición papal, y salió a avisar al Obispo y a los familiares del Padre.
El 11 de Febrero, festividad de la Virgen de Lourdes, en el 19º aniversario de su cantamisa, a las cuatro de la mañana, entregaba su vida al Señor. Poco antes de morir, el Padre Espino separó la mano derecha del Padre, que tenía aferrada sobre el pecho, el relicario, vacío.

Entierro del P. Maldondo
El cadáver fue llevado a la Casa Episcopal y ataviado con los ornamentos sacerdotales fue colocado en un sencillo ataúd en la capilla ardiente que se improvisó en la sala, y comenzó el gran desfile de los fieles de la ciudad y de los poblados cercanos, en imponente e interminable manifestación de tristeza y admiración.

“TU ES SACERDOS IN ÆTERNUM”