El posible nombramiento de un obispo homosexual podría conducir a la Iglesia anglicana al cisma. El sector más tradicionalista de la Iglesia anglicana advertía ayer sobre las graves consecuencias del nombramiento como obispo de Southwark de un clérigo homosexual. Jeffrey John, actualmente deán de Saint Albans, al norte de Londres, es uno de candidatos al cargo. La división en el seno de los anglicanos entre liberales y tradicionalistas opuestos a la ordenación de mujeres y homosexuales como obispos, es tan grave que el nombramiento de John podría desembocar en un cisma.
John no solo es un candidato, es el que más posibilidades tiene de que esta misma semana la Comisión Real de Nombramientos, el cuerpo responsable de la ordenación de obispos, vote a favor de este hombre para ser presentado ante el primer ministro, David Cameron, en busca de su aprobación, lo que ya ha confirmado, y tras ello, a la soberana para su aprobación final.
No es la primera vez que John es motivo de polémica en la Iglesia anglicana. El 2003 se vio obligado a abandonar el proceso de nombramiento como obispo de Reading por las presiones del sector más tradicional de esta Iglesia. Esta oposición no evitó que tres años más tarde contrajera matrimonio civil. En aquel momento, los obispados más tradicionales amenazaron con cortar el ingreso de dinero en las arcas centrales de la Iglesia si John era nombrado obispo. Hoy la amenaza es mayor, ya que implicaría el inicio de un proceso de ruptura en el seno de la Iglesia.
El canónigo, Chris Sugden, indicaba ayer que «su nombramiento rompe la ley de la enseñanza cristiana».
La organización Anglican Mainstream, que se opone a la consagración de homosexuales como obispos, ha pedido a los fieles que recen para que el nuevo titular de Soutwark «sea alguien cuya vida y doctrina concuerden con las enseñanzas de la Iglesia».
John cuenta con el apoyo de dos pesos pesados de la Iglesia Anglicana, el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, y John Sentamu, arzobispo de York, miembros además de la comisión de nombramientos de esta institución, motivo que ha despertado aún mayor repulsa en el sector tradicionalista por aprobar la candidatura del deán de Saint Albans.
Williams ha logrado durante los últimos años un difícil equilibrio entre ambos mundos diametralmente opuestos, el liberal y tradicionalista, en un intento por evitar el cisma. Pero ayer el sector que ejerce una mayor presión para evitar la ordenación de obispos homosexuales, la Iglesia africana, advertía que el cisma será inevitable si Jeffrey John es confirmado en los próximos días.
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