Bautizado popularmente como "el obispo de los indios y los pobres", el prelado mexicano Samuel Ruiz, quien murió este lunes a los 86 años, fue defensor de los indígenas y un representante de la teología de la liberación en América Latina.
Nacido en la ciudad mexicana de Irapuato (centro), Ruiz fue designado en 1959 obispo de San Cristóbal de las Casas (Chiapas, sureste), donde se encontró una diócesis extremadamente pobre y de mayoría indígena.
Como otros muchos sacerdotes católicos latinoamericanos, el obispo comulgó con los preceptos de la la Teología de la Liberación en la convulsa década de los 70.
Pronto se convirtió en el principal representante de esta corriente izquierdista en México, lo que le originó fricciones con el ala más conservadora del Vaticano.
En América Latina "la teología nos interesa menos que la liberación (...) La opción por los pobres es consecuente, constitutiva de la Iglesia de la cual uno no puede escaparse", aseguró en 2005 el ya obispo emérito en una entrevista.
Durante sus cuatro décadas como obispo en San Cristóbal, y hasta su muerte este lunes por enfermedad, Ruiz fue una figura muy querida por la mayoritaria población indígena de Chiapas, que le conocía como 'Jtatic' ('padre' en lengua tzotzil) y seguía masivamente sus homilías.
Su activismo lo llevó a aprender cuatro lenguas originarias de la región, fundar un prestigioso centro de derechos humanos local en 1989 y mediar entre el izquierdista Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el gobierno después del levantamiento armado de la guerrilla en 1994 en Chiapas.
El gobierno del entonces presidente mexicano Ernesto Zedillo (1994-2000) lo acusó de esgrimir "una ideología de la violencia" por su trabajo con las comunidades de las que surgió la guerrilla del Subcomandante Marcos y su apoyo a sus reivindicaciones sociales.
Con la mediación del obispo, las partes alcanzaron un acuerdo en 1996 para la atención de las demandas del grupo rebelde, que denunció luego el incumplimiento del gobierno sin llegar nunca a desmovilizarse, aunque desde entonces no realiza ninguna actividad armada.
El papel de Ruiz en el conflicto le valió una candidatura al premio Nobel de la Paz en 1994.
Tras su retiro de la diócesis en 1999 se trasladó al estado de Querétaro (centro) pero siguió colaborando con su ONG y mediando en otros conflictos como el de 2008 entre el gobierno y el Ejército Popular Revolucionario (EPR), una guerrilla izquierdista que opera en otras regiones.
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