Los feligreses reunidos ayer en la Catedral de San Patricio aplaudieron durante 20 segundos a Dolan después de que éste leyera un comunicado llamando al Papa “el líder de la purificación, la reforma y la renovación que la Iglesia tanto necesita”.
A pesar de ello, Dolan dijo que las denuncias de abuso de menores que involucran a algunos párrocos en Irlanda, Alemania y Wisconsin, en Estados Unidos, “nos han puesto de rodillas una vez más” y ha intensificado la tristeza de la Semana Santa, el tiempo máa sagrado del calendario cristiano.
Dolan urgió a los feligreses a rezar por el Papa, diciendo que está sufriendo de las mismas acusaciones injustas que una vez enfrentó Jesús.
“Siempre que este pecado horrendo es denunciado, como necesita serlo, las víctimas y sus familias se sienten heridas de nuevo, la mayoría de párrocos bajan sus cabezas de verguenza y los católicos sinceros como ustedes experimentan otra dosis de estupor, tristeza e incluso enfado”, dijo Dolan. “Lo que lo hace más doloroso ahora son las insinuaciones sin tregua contra el Santo Padre, con las que algunas fuentes parecen empeñadas en involucrarlo”, agregó.
Antes de la misa, varias personas protestaron fuera de la Catedral.
“Toquen la corneta si piensan que el Papa debería dimitir” decía uno de los carteles que portaban, pero sólo unos pocos conductores lo hicieron.
Feligreses entrevistados fuera de la catedral tras el servicio aseguraron que estaban satisfechos del comunicado del arzobispo Dolan.
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