viernes, 16 de julio de 2010
Nuestra Señora del Monte Carmelo
Nuestra Señora del Carmen. El Carmelo, cuya hermosura ensalza la Biblia (ls. 35, 2), ha sido de siempre un monte sagrado. En el siglo IX A.C. , Elías lo convirtió en el refugio de la fidelidad al Dios único y en el lugar de los encuentros entre el Señor y su pueblo (1 R 18, 39). El recuerdo del Profeta «abrasado de celo por el Dios vivo» había de perpetuarse en el Carmelo. En tiempo de las Cruzadas, las grutas del monte dieron acogida a los ermitaños cristianos. Pero hasta el siglo Xlll no pasaron éstos a formar una familia religiosa, a la que el patriarca Alberto de Jerusalén dio una regla (hacia el 1209), y que fue confirmada por el papa Honorio III (1226). El Monte Carmelo, que domina la llanura de Galilea, no cae lejos de Nazaret, en donde vivió María conservando todo en su corazón». De ahí que la Orden del Carmelo haya querido desde sus orígenes ponerse bajo el patrocinio de la Madre de los contemplativos. En el siglo XVI, los dos doctores y reformadores de la Orden - Santa Teresa de Ávila v San Juan de la Cruz - convertirían al Monte Carmelo en el símbolo de aquello que San Buenaventura llamaba «itinerario hacia Dios». Por eso le pedimos hoy al Señor que nos haga llegar, gracias a «la intercesión de la Virgen María» «hasta Cristo, monte de salvación».
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