Para el clero, esta iniciativa atenta contra la dignidad humana, apoya la despenalización del aborto, incentiva el hedonismo y fue puesta en marcha sin que hubiera sido debatida en la capital antioqueña.
La dura crítica fue hecha por el propio arzobispo de Medellín, monseñor Ricardo Tobón, durante la presentación del libro Antropología en pañales.
Este texto fue elaborado por Pastoral Social y controvierte los argumentos del texto ¿Quién pidió pañales?, financiado por la pasada administración municipal.
El programa 'Sol y Luna' comenzó en noviembre de 2006 con una inversión de 3.558 millones de pesos y fue un proyecto cofinanciado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia de Cooperación Española.
El objetivo era reducir las tasas de embarazo juvenil en un 25 por ciento en la ciudad.
Entre las estrategias estuvieron la disponibilidad y la difusión de métodos anticonceptivos modernos y la valoración de la sexualidad de forma responsable y segura.
Para el 2008, el programa ya había logrado implementar 30 Consultorios Amigables para jóvenes en las oficinas de Metro Salud, a donde estos pueden acudir y recibir asesoría sobre temas relacionados con la sexualidad.
El padre Emilio Betancur secundó las críticas de monseñor Tobón diciendo que en la investigación de la Alcaldía participaron expertos, pero que desconocieron a las universidades, a los estudiantes y a la Iglesia Católica, lo que imposibilitó proponer un desarrollo integral del ser humano en defensa de la vida.
"Nosotros, en cambio, hicimos un análisis antropológico integral. Tenemos que evitar que la formación de la juventud y la orientación de las familias se sometan al criterio del gobernante o de su familiar de turno", agregó Betancur.
María del Pilar Pastor, secretaria de Salud de Medellín, aclaró que el texto ¿Quién pidió pañales? no perteneció al programa 'Sol y Luna', porque se publicó antes, y fue usado sólo por enfermeras para que orientaran a jóvenes que solicitaban información sobre métodos de planificación.
"La solución no es sólo que los jóvenes planifiquen, sino que también se retrase el inicio de su actividad sexual hasta donde sea posible. Ahora, a la niña que se involucró en el trabajo sexual es preferible orientarla en planificación a que tenga niños en condiciones deprimentes", agregó la funcionaria.
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