Carlos Monsiváis solía decir que sin libros y sin gatos sencillamente no podría vivir.
Fue un escritor lo que se dice non. Congruencia y cultura. Fue un hombre con memoria fuera de lo natural. Todo lo que tenía que recordar lo recordaba, lo entretejía, lo llenaba y lo volvía análisis o, depende de la circunstancias, crítica o tema con sentido del humor.
Ahora que desgraciadamente ha muerto el escritor, hasta los funcionarios públicos de derecha rinden honores a quien fue hombre de izquierda probada, defensor implacable de las ideas liberales. Fue un personaje de izquierda en el mejor sentido del término. De izquierda, incluso disentía de cierta izquierda. Frente a la revolución en Cuba, no transigió; nunca aceptó la dictadura de los hermanos Castro. Muchos fueron sus alegatos en contra de un régimen que limitaba, violándolas, las libertades de expresión y política.
Quienes le tratamos, le conocimos y algunas veces -sólo algunas veces- charlamos con él, disfrutamos de su lenguaje irónico, punzante, pleno de interpretaciones lúcidas en torno de un gobierno como el cubano que, habiendo sido popular, en sus inicios, se petrificó en el poder antidemocrático. Hace ya más de 30 años, junto con el periodista Sergio González Levet, el reportero de esta columna entrevistó a Carlos en Islas Canarias y Madrid. La charla se publicó en1979 simultáneamente en PUNTO Y APARTE y en la revista Siempre! en ese entonces bajo la dirección del maestro José Pagés Llergo. En los primeros años de este modesto bisemanario, se insertaron trabajos suyos en nuestras páginas.
Carlos Monsiváis fue, por definición, un polígrafo. Dominaba el ensayo, la crónica, la traducción. En sus trabajos bibliográficos y periodísticos transita una prosa singular y un apego irreductible a una posición ideológica inteligente. Es muy posible que por todo esto y por más, su sepelio haya sido acompañado por escritores, artistas y gente del pueblo. Conservó su lealtad con los estratos sociales pobres y burlados. Exhibió a más de un farsante del poder público y destacó en sus trabajos la postura de un México expoliado por transnacionales o por políticos pícaros disfrazados de defensores del país.
El analfabetismo político parece haber llegado al Congreso de la Unión: el diputado Erick Rubio subió ayer miércoles a la tribuna de su Cámara y solicitó, con toda energía y solemnidad, que cuanto antes se investigue las razones por las cuales el director de la Selección Nacional de Fútbol Javier Aguirre hizo los cambios que motivaron la derrota de México frente a Uruguay en la Copa Mundial de Fútbol. Adujo el legislador priísta que se siente él como todos los demás compañeros de curul representante genuino del pueblo de México. “Si somos representantes populares tenemos que trasmitir públicamente el sentir de la sociedad de este país. No descansaremos hasta hacer comparecer ante este Poder al señor Aguirre para que, aunque sea en mínima parte, responda a las preguntas que nuestro pueblo se hace en los movimientos extraños que se dieron con Cuauhtémoc Blanco, Chicharito Hernández, Guille Franco, etcétera”. Ignora don Erick que la Federación Mexicana de Fútbol no tiene carácter oficial sino privado, que forma parte a su vez de un organismo también privado y lucrativo como es la FIFA. Así como vamos, vamos bien con posibilidades de mejorar.
Y hubo debate; a la manera del IEV, pero hubo debate. Hubo también propuestas y, era lógico, contradebate. En él participaron Javier Duarte, candidato del PRI a Gobernador; Miguel Angel Yunes, del PAN, y Dante Delgado, de Convergencia.
Parecía también natural que uno y otros aspirantes políticos a la primera magistratura de la entidad expusieran sus respectivos enfoques sobre el futuro del estado. Duarte, al decir de DIARIO DE XALAPA de ayer, con propuestas, respondió a ataques de su competidor. Yunes, por su parte, planteó reconstruir el estado democrático. Todo esto ocurre mientras el tiempo acerca a todos al final de la jornada para, el domingo 4 de julio, aguardar la celebración del proceso comicial.
La historia finalmente se integra con tiempos turbios y tiempos naturales. Unos y otros, tomados de la mano, se desarrollan y se impulsan por si mismos. En 12 entidades federativas se escogerá en las casillas los nuevos Gobernadores, Diputados y Alcaldes. La tónica será sin embargo el entusiasmo y la costumbre de elegir sobre todo cuando hoy, nadie lo ignora, la costumbre incluye entre sus novedades el voto popular que se cuenta y cuenta y que es creíble. En Veracruz, decíamos, hubo debate entre aspirantes a la gubernatura organizado por el IEV, con la expectación como telón de fondo.
Javier Duarte, del PRI, desde un principio manejó la cláusula de que se deben cotejar ideas propositivas. Ideas que lleven a pensar al ciudadano quién conviene mejor a sus intereses. Y en esas se anda en vísperas del proceso comicial. La sociedad entre tanto se dispone a concurrir el 4 de julio a las casillas electorales para, en tiempo y forma, hacer sentir la voluntad política comunitaria. Yunes Linares ha expresado qué quiere, qué desea para el Veracruz de los próximos 6 años, y Dante, igualmente, se manifiesta políticamente en compañía de Andrés Manuel López Obrador, del Frente Amplio Progresista.
Importa el futbol a todos los mexicanos que se sienten parte activa, no sólo espectadora, del torneo deportivo que se desarrolla en Sudáfrica. La Selección Nacional empató con Sudáfrica, arrolló a Francia y perdió ante Uruguay. Dice la televisión que, de acuerdo con los cálculos en materia de goles y de probabilidades, el equipo que comanda Javier Aguirre estará en los llamados octavos de final. Los mexicanos no parecen haber perdido el optimismo sino todo lo contrario, esperan ver a México y Brasil la semana próxima. La fuerza del futbol es la que mantiene el espíritu de millones de personas; conserva igualmente la creencia de que se puede vencer al campeón del Sur, Argentina. No sólo de política vive el hombre en este país; también le acompañan la esperanza, pero más que nada el sueño de ganar en la cancha ya que nuestros políticos han impedido ganar en los hechos.
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