Durante una misa en la catedral de Westminster, máximo recinto católico de Inglaterra y Gales, el Papa expresó su "tristeza profunda por los 'crímenes' de abuso infantil".
"Sobre todo expreso mi tristeza profunda a las víctimas inocentes de estos crímenes despreciables", afirmó el pontífice.
"...que el poder y la gracia de Cristo, su sacrificio de reconciliación traigan curación y paz a sus vidas", agregó el Papa ante los invitados especiales que acudieron a la homilía que comenzó a las 10:00 horas y tuvo una duración de casi dos horas.
Benedicto XVI también reconoció la "vergüenza y humillación que todos nosotros hemos sufrido por estos pecados".
Mientras tanto, activistas sociales se preparaban para manifestarse en el centro de Londres en contra del abuso infantil en instituciones católicas en varios países del mundo.
En contraste, cientos de personas comienzan a llegar a Londres para asistir a la vigilia nocturna que encabezará el Papa en el céntrico parque de Hyde Park.
Por la mañana, antes de presidir la homilía, Benedicto XVI se reunió por primera vez en esta visita oficial con el primer ministro británico David Cameron, quien no había podido entrevistarse con el Papa porque atendió el viernes los funerales de su padre.
Unas 15.000 personas marchan por el centro de Londres: "No con mis impuestos"
La marcha ha empezado a las 14.00 locales. El clima es más festivo que indignado, y en el metro que lleva hasta Hyde Park se mezclan sin problemas jóvenes que llevan pancartas caseras contra el Papa con peregrinos de diversas nacionalidades, ataviados con las sudaderas oficiales, que se dirigen hacia el mítico parque de Londres para participar en la vigilia que esta noche celebra la beatificación de John Henry Newman. En el principio de la calle Picadilly un cantante anima la cabeza de la manifestación atea interpretando el Stand by me, mientras el científico y pensador ateo Richard Dawkins y el activista por los derechos homosexuales Peter Tatchell dan entrevistas.
Ateos, agnósticos, laicos...
Las razones que esgrimen los manifestantes son variadas. Muchos, como Amar Karin, de 19 años, londinense e hijo de padres hindúes, están indignados porque, afirma, "el Estado no debe financiar la visita de un hombre que condena el uso de preservativos en África". Karin se declara ateo, y lleva en la mano un palo de madera con un condón inflado en lo alto y unos carteles pintados con rotulador que critican a Benedicto XVI por haber acogido al obispo negacionista Williamson, por discriminar a los gays y a las mujeres y por permitir que un 70% de los abusadores sigan formando parte de la Iglesia.
Los eslóganes que se leen en las pancartas son de variable inspiración, entre lo irónico y lo más hiriente: "La homofobia papal cuesta vidas"; "los valores ateos son tan buenos como los tuyos"; "las mentiras del Papa persiguen a los homosexuales";"la religión es estúpida, un asunto de crímenes y prohibiciones"; "Delitos, no pecados"; El Papa es el jefe de la mayor banda de pedófilos", "Papa dimisión"; "No queremos pagar impuestos por prédicas venenosas".
La marcha ha reunido a militantes por los derechos de los homosexuales, ciudadanos agnósticos y ateos, laicos radicales y algunas víctimas de abusos. El señor Edmonds, de 60 años, director de cine, va disfrazado de Papa de la cabeza a los pies. Cuenta que ha venido desde Gloucestershire para participar en la marcha. Lleva en la mano un gran crucifijo con un cordón y cuando le piden una foto lo coloca imitando el gesto del tirachinas.
Edmonds cuenta que en los años sesenta, cuando era un niño y estaba en el colegio, sufrió abusos a manos de un cura anglicano y que hace unos años hizo una película para la BBC contando su historia. Cree que el Vaticano "ha usado las leyes canónicas para proteger a los canónicos. Si de verdad Benedicto XVI ha cambiado algo, debería abrir los archivos de los curas abusadores para que todo el mundo conozca los nombres de los culpables".
La marcha se ha dirigido por la calle Picadilly hasta desembocar en Downing Street, la residencia del primer ministro (David Cameron ha encontrado al Papa esta mañana). Muchos ciudadanos protestaban contra el Vaticano tanto como contra el Gobierno que decidió invitar al Papa y financiar la visita de Estado, aunque la cursó la Reina en nombre del Ejecutivo de Gordon Brown.
Los eslóganes que se leen en las pancartas son de variable inspiración, entre lo irónico y lo más hiriente: "La homofobia papal cuesta vidas"; "los valores ateos son tan buenos como los tuyos"; "las mentiras del Papa persiguen a los homosexuales";"la religión es estúpida, un asunto de crímenes y prohibiciones"; "Delitos, no pecados"; El Papa es el jefe de la mayor banda de pedófilos", "Papa dimisión"; "No queremos pagar impuestos por prédicas venenosas".
La marcha ha reunido a militantes por los derechos de los homosexuales, ciudadanos agnósticos y ateos, laicos radicales y algunas víctimas de abusos. El señor Edmonds, de 60 años, director de cine, va disfrazado de Papa de la cabeza a los pies. Cuenta que ha venido desde Gloucestershire para participar en la marcha. Lleva en la mano un gran crucifijo con un cordón y cuando le piden una foto lo coloca imitando el gesto del tirachinas.
Edmonds cuenta que en los años sesenta, cuando era un niño y estaba en el colegio, sufrió abusos a manos de un cura anglicano y que hace unos años hizo una película para la BBC contando su historia. Cree que el Vaticano "ha usado las leyes canónicas para proteger a los canónicos. Si de verdad Benedicto XVI ha cambiado algo, debería abrir los archivos de los curas abusadores para que todo el mundo conozca los nombres de los culpables".
La marcha se ha dirigido por la calle Picadilly hasta desembocar en Downing Street, la residencia del primer ministro (David Cameron ha encontrado al Papa esta mañana). Muchos ciudadanos protestaban contra el Vaticano tanto como contra el Gobierno que decidió invitar al Papa y financiar la visita de Estado, aunque la cursó la Reina en nombre del Ejecutivo de Gordon Brown.
Laura Avery, profesora de moda en la universidad, está contenta rodeada de jóvenes que saltan cantan y protestan. Todavía no sabe que la de hoy será una manifestación histórica: "El corazón ateo me pide abolir las religiones que tanto sufrimiento y muerte han provocado", dice; "mi tolerancia me obliga a tolerarlas todas. Lo único que pido es que mi país no las
financie. No con mis impuestos".
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