Ayer durante el Segundo Congreso de la Familia, organizado por el Decanato de Orizaba, el padre Juan Manuel Solórzano expuso el tema “Aborto”, donde recordó que tanto la mujer que se lo practica, quien la conseja y apoya, así como médicos y enfermeras participantes quedan automáticamente excomulgados por fallar al principal derecho universal: la vida.
“La clave es promover los valores que nos llevan primero a defender la familia como el espacio vital donde el ser humano alcanza su pleno desarrollo, y la madurez humana y cristiana; y en segundo, que sea la promotora que inculque y ayude a madurar una educación en los valores, siendo el principal la vida”.
Y es que recordó que la vida es el principal derecho universal, además de ser el sustrato de todos los demás valores, por lo tanto si no se respeta ningún otro tendría sentido.
“La libertad siempre lleva a crecer y a ser mejores seres humanos, la libertad es un don que nos corresponde a los humanos, de tal manera que si Dios nos hizo libres fue para amar, crear, crecer y alcanzar la madurez”.
Dijo que la Diócesis de Orizaba tiene conocimiento de los casos de abortos a través de la confesión, “no podríamos dar una estadística real porque es un ámbito secreto de la confesión, aunque no dejamos de tener cierta preocupación porque los números de entidades civiles nos hablan del gran número de personas que ya abortaron”.
La única autoridad eclesial autorizada para levantar la excomunión es el Obispo, de acuerdo al Derecho Canónico, sin embargo él puede delegar la responsabilidad a los decanos de los seis decanatos de Orizaba.
Finalmente pidió a las familias anunciar la vida al ser el santuario, y denunciar la cultura de la muerte, “ustedes son el pueblo de Dios, y han sido enviadas para proclamar la vida nueva”.
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