Los diputados a favor de la fecundación in vitro (FIV) "quedan automáticamente fuera de la comunidad de la Iglesia", declaró en una entrevista el arzobispo Henryk Hoser, médico de formación y encargado de los temas bioéticos en el episcopado.
"La concepción de un niño no debería hacerse más que de forma natural", insistió.
En una carta transmitida el lunes a los dirigentes del país, los obispos denunciaron esta práctica por ser "la hermana menor de la eugenesia", una disciplina dedicada a la mejora de los caracteres genéticos de los humanos, usada sobre todo por los nazis.
"Comparar a los médicos que practican este método con los nazis, es un atentado contra la memoria del Holocausto", arremete el profesor Slawomir Wolczynski de la Academia de Medicina de Bialystok (este), primer centro en introducir la FIV en Polonia.
En el pasado, obispos polacos compararon la FIV con "una especie de aborto refinado", ya que este método "hace que mueran numerosos embriones" en cada intento.
A raíz de la carta enviada al presidente, al primer ministro y a los diputados, el portavoz del gobierno Pawel Gras denunció el martes el "chantaje" de la Iglesia.
"La Iglesia tiene derecho a opinar, pero nunca pensé que lo haría de forma tan drástica", dijo.
El líder del partido opositor de izquierda SLD (oposición), Grzegorz Napieralski, acusó a la Iglesia de hacer cuanto puede por "bloquear" la tarea legislativa.
El presidente liberal Bronislaw Komorowski, católico y padre de cinco hijos, pidió "un compromiso razonable", que respete la sensibilidad cristiana y la "de todas las numerosas parejas que, a menudo de forma desesperada, buscan una manera de tener un hijo".
En una carta transmitida el lunes a los dirigentes del país, los obispos denunciaron esta práctica por ser "la hermana menor de la eugenesia", una disciplina dedicada a la mejora de los caracteres genéticos de los humanos, usada sobre todo por los nazis.
"Comparar a los médicos que practican este método con los nazis, es un atentado contra la memoria del Holocausto", arremete el profesor Slawomir Wolczynski de la Academia de Medicina de Bialystok (este), primer centro en introducir la FIV en Polonia.
En el pasado, obispos polacos compararon la FIV con "una especie de aborto refinado", ya que este método "hace que mueran numerosos embriones" en cada intento.
A raíz de la carta enviada al presidente, al primer ministro y a los diputados, el portavoz del gobierno Pawel Gras denunció el martes el "chantaje" de la Iglesia.
"La Iglesia tiene derecho a opinar, pero nunca pensé que lo haría de forma tan drástica", dijo.
El líder del partido opositor de izquierda SLD (oposición), Grzegorz Napieralski, acusó a la Iglesia de hacer cuanto puede por "bloquear" la tarea legislativa.
El presidente liberal Bronislaw Komorowski, católico y padre de cinco hijos, pidió "un compromiso razonable", que respete la sensibilidad cristiana y la "de todas las numerosas parejas que, a menudo de forma desesperada, buscan una manera de tener un hijo".
El primer ministro Donald Tusk dijo el miércoles desear que "los políticos, puesto que son elegidos por los ciudadanos, respondan ante estos últimos y no ante la jerarquía de la Iglesia".
Tusk se declaró favorable a un proyecto de ley de su partido liberal PO que autoriza la FIV con la congelación de embriones, contra otro proyecto de su formación que no la prevé y hace que el método pierda eficacia.
La Iglesia opina que el segundo proyecto es menos "nocivo" porque prohíbe almacenar y por consiguiente seleccionar y destruir embriones que, según el Vaticano, son desde su gestación un ser humano.
El principal partido de oposición Derecho y Justicia (PiS) de Jaroslaw Kaczynski se opone tajantemente a la FIV, y algunos de los diputados más ultraconservadores incluso quieren que se castigue con una pena de prisión.
La izquierda propone que la seguridad social se haga cargo de la FIV, como ocurre en numerosos países europeos.
A día de hoy, el coste promedio de una fecundación in vitro asciende a 8.000 zlotys (2.000 euros), o sea más de dos salarios medios, y corre a cargo de la pareja.
Tusk se declaró favorable a un proyecto de ley de su partido liberal PO que autoriza la FIV con la congelación de embriones, contra otro proyecto de su formación que no la prevé y hace que el método pierda eficacia.
La Iglesia opina que el segundo proyecto es menos "nocivo" porque prohíbe almacenar y por consiguiente seleccionar y destruir embriones que, según el Vaticano, son desde su gestación un ser humano.
El principal partido de oposición Derecho y Justicia (PiS) de Jaroslaw Kaczynski se opone tajantemente a la FIV, y algunos de los diputados más ultraconservadores incluso quieren que se castigue con una pena de prisión.
La izquierda propone que la seguridad social se haga cargo de la FIV, como ocurre en numerosos países europeos.
A día de hoy, el coste promedio de una fecundación in vitro asciende a 8.000 zlotys (2.000 euros), o sea más de dos salarios medios, y corre a cargo de la pareja.
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