domingo, 6 de marzo de 2011

LOS FRUTOS AMARGOS DEL VATICANO II

Después de haber anunciado una nueva Pentecostés en la Iglesia, después de haber favorecido a los liberales y a todos los seudo reformadores, y perseguido sin piedad a los católicos clarividentes que anunciaban que los cambios iban a conducir  a la Iglesia a la ruina, después de 45 años de experiencias desastrosas, finalmente las altas autoridades liberales de la Iglesia reconocen que hay crisis. Sin embargo, no quieren por ningún motivo ir a la fuente de esta crisis y señalar al responsable número no de ella: El Concilio pastoral Vaticano II, que fue un instrumento en las manos de los liberales y modernistas, que los papas liberales Juan XXIII, Paulo VI, y Juan Pablo II favorecieron de una manera u otra.


Benedicto XVI denuncia el espíritu del Concilio, pero no quiere reconocer que el Concilio mismo es la causa. Si el Concilio no fuera la causa principal, entonces ¿porqué se dio esta espantosa decadencia y muerte lenta y segura del catolicismo reformado en todo el mundo? ¿Porque las comunidades católicas que no adoptaron las reformas prosperan en todo el mundo? Veamos brevemente con cifras en la mano, como el Concilio afectó la fe de los sacerdotes, religiosos y religiosas; como la Fe dañada afecta la moral del pueblo cristiano y favorece la decadencia moral actual. En conclusión, veremos que la crisis de hoy en día es diferente de las crisis del pasado, porque hoy las mismas autoridades por ceguedad favorecen la crisis y la perdición de las almas, al no querer poner fin a las reformas del Concilio Vaticano II, que paralizan a la Iglesia, causan su ruina y favorecen a todas las sectas.


EL CONCILIO FAVORECIÓ LA APOSTASÍA DE LOS SACERDOTES Y LAS MONJAS


En este artículo, todos los textos citados entre comillas se sacaron del Catecismo Católico de la Crisis en la Iglesia, del Padre Matthias Gaudron. "Se esperaba durante los años de 1960, en la época del Concilio Vaticano II, una nueva primavera en la Iglesia, pero sucedió todo lo contrario. Miles de sacerdotes abandonaron el sacerdocio, miles de religiosos y religiosas regresaron a la vida secular. En Europa y en América del norte, las vocaciones son muy escasas y ya no se puede contar el numero de seminarios, conventos y casas religiosas que han tenido que cerrar. Muchas iglesias permanecen sin párroco y las congregaciones religiosas deben abandonar escuelas, hospitales y asilos de ancianos. 'Por alguna fisura, el humo de Satanás se ha introducido en el templo de Dios', fue tal el lamento del Papa Paulo VI el 29 de junio de 1972".


Judas, primer apóstata
En lugar de impulsar a los sacerdotes hacia una mayor santidad y celo apostólico, las reformas postconciliares causaron el naufragio de miles de ellos. El Padre Matthias Gaudron escribe: "En toda la Iglesia, entre 1962 y 1972, 21 320 sacerdotes fueron reducidos al estado laico".
No está comprendidos en este número los que han tenido negligencia para pedir su reducción oficial al estado laico. Entre 1967 y 1974, de treinta a cuarenta mil sacerdotes abandonaron su vocación. Estos hechos catastróficos pueden apenas ser comparados con los acontecimientos que acompañaron la susodicha 'Reforma' protestante del siglo XVI. Estos frutos amargos son muy pocos gloriosos para un concilio pastoral y sus autores y partidarios.
"El mismo desastre afectó también a las congregaciones religiosas femeninas; el Cardenal Ratzinger, ahora Benedicto XVI, da el ejemplo siguiente "Quebec, provincia francófona de Canadá, era, a principios de los años 60, la región que contaba, proporcionalmente, con la mayor parte de las religiosa en el mundo.


Entre 1961 y 1981, a causa de las salidas, de los decesos y de la falta de reclutamiento, el número de religiosas bajó drásticamente, de 46 933 a 26 294. Una caída del 44%, que parece imposible de detener. Las nuevas vocaciones, en efecto, disminuyeron durante el mismo período, por lo menos un 98.5%. Se afirma enseguida que una buena parte del 1.5% restante no está constituido por las más jóvenes, sino por "vocaciones tardías". Las simples previsiones permiten a todos los sociólogos coincidir en esta conclusión brutal, pero objetiva: "Dentro de poco (salvo que ocurra una reversión en la tendencia, de hecho improbable, al menos humanamente hablando), la vida religiosa femenina, tal como la hemos conocido, no será más que un recuerdo en Canadá". Otro ejemplo es el caso de Francia, hija mayor de la Iglesia, hoy país en gran parte paganizado. "En Francia había durante los años 1950, aproximadamente mil ordenaciones sacerdotales al año, y el número de personas que ingresan al seminario continúa en declive. En Alemania, el año de 1996 representó un nuevo récord mínimo de candidatos al sacerdocio. Los seminarios y órdenes religiosas contaron sólo con 232 nuevos ingresos. En 1986 aún había 727. El número de religiosos en el mundo continúa disminuyendo".


EL CONCILIO, LA FE Y LA MORAL DEL PUEBLO


Los fieles también se vieron afectados en todo: en su fe, moral, familia, trabajo y vida cotidiana. Las reformas no favorecieron en nada la vida cristiana del pueblo. "En 1958, el 35% de los franceses asistía a Misa todos los domingos; hoy en día, son menos del 5% los que lo hacen, y casi siempre se trata de personas mayores. En 1950, más del 90% de los franceses estaban bautizados desde niños; hoy en día menos del 60% lo están". Algunos miles de bautismos de niños (y más porque la perseverancia de los nuevos bautizados deja mucho que desear). En tanto que, en Francia, si hay un promedio de 12,500 conversiones por año, hay más del doble de 'conversiones' al Islamismo (30,000 por año). Se encuentra el mismo desinterés por la Iglesia en toda Europa. Entre 1970 y 1993, 1.9 millones de alemanes dejaron oficialmente la Iglesia católica. El odio o la cólera no son los motivos más frecuentes, sino simplemente la indiferencia. La Iglesia ya no les dice nada a los hombres, ya no tiene importancia para ellos en su vida, y es por eso que la han abandonado, para ahorrarse el impuesto eclesiástico. A este ritmo, la religión católica se convertirá en una religión de una pequeña minoría. Alemania, según palabras de Karl Rahner -el cerebro venenoso del Concilio-, corre el peligro de convertirse en una tierra pagana con un pasado cristiano, con algunos restos de cristianismo.
Debido a las pésimas reformas de origen protestante y liberal, América Latina, que se considera un baluarte del catolicismo, "está pasando actualmente al protestantismo más rápidamente de lo que Alemania lo hizo en el siglo XVI. En 1900, se contaba en Brasil un 3% de protestantes. Actualmente el 36% son protestantes y su número no deja de crecer. En Río de Janeiro, se crean en promedio cinco iglesias pentecostales cada semana. El Padre Franc Rodé, secretario del Consejo Pontificio para el diálogo con los no-creyentes, estimó que en 1993 que la Iglesia perdía cada año 600,000 fieles latinoamericanos. Otras fuentes estiman cifras más graves todavía: 8,000 católicos pasarían diariamente a las sectas. Se considera que en Chile, desde 1960, el 20% de la población se ha unido a las sectas protestantes, y el 50% en Guatemala. En 25 años, de 1960 a 1985, el número de protestantes se ha multiplicado por siete en ese país". De todo esto ¿no tiene la culpa el Concilio? Los obispos y los sacerdotes liberales, ecuménicos, carismáticos, formados en los seminarios actuales ¿no son frutos de los textos del Vaticano II y sus reformas?


"La fe cristiana parece estar desapareciendo en Europa. Cada vez se cree menos en las verdades fundamentales, como la Fe en Dios, la Divinidad en Jesucristo, el Cielo, el Purgatorio y el Infierno. Lo más inquietante es que estos artículos de Fe son negados hasta por personas que se dicen católicas y frecuentan regularmente la iglesia"  


La predicación modernista, con su catecismo superficial y a veces hasta herético, neutraliza a los católicos y los prepara como candidatos a las sectas y falsas religiones. "Sin ser perfectamente fiables, las encuestas son representativas de las grandes tendencias de la sociedad. Según una encuesta reciente, solamente el 58% de los franceses cree en la existencia   de Dios, cierta o probable (en comparación con el 61% en 1994); el 65% (y el 80% de los jóvenes de 18 a 24 años) dicen "no creer del todo" en un Dios en Tres Personas, y el 67% "no cree del todo" en el Infierno (en comparación con el 48% en 1994); solamente el 12% de los católicos dice creer "de hecho" en el Infierno (el 16% cree "un poco" y el 72% no cree). Incluso entre los católico practicantes regulares, las cifras son catastróficas: solamente el 23% cree firmemente en el Infierno, mientras que el 54% no cree. Contrariamente, el 34% de estos mismos practicantes regulares creen "de hecho" que Mahoma es un profeta, mientras que sólo el 28% no lo cree (el 35% lo cree "un poco", los otros no saben). Hoy en día, solo el 7% de los franceses cree que su religión es la única verdadera. "Se mide la amplitud del cambio si sabemos que la mitad de los católicos pensaban en 1952 que existía una sola religión verdadera" subraya el sociólogo Yves Lambert, quien afirma que esta crisis empezó en 1965, año de la clausura del Vaticano II. Asimismo en Valais, Suiza, el 81.3% de los católicos estima que todas las religiones llevan a la salvación eterna". Estas cifras condenan al Vaticano II y a sus autores y partidarios. Un hecho es seguro: sin los nuevos curas, nuevos catecismos, nueva predicación liberal y relativista, la Fe habría sido transmitida normalmente y no habríamos llegado a esta catástrofe sin nombre, porque la mayor desgracia que puede caer sobre un pueblo es perder la Fe católica. Esta desgracia fue favorecida por el Vaticano II: es un hecho. Para toda persona que utiliza su mente y no abdica de la capacidad que Dios le dio para ver y sacar conclusiones, estas cifras manifiestan que la crisis es, en primer lugar, una crisis de Fe. Y esta crisis de Fe no habría alcanzado estas gigantescas proporciones sin el Vaticano II y sus reformas de inspiración protestante. En efecto, "No solamente el numero de aquellos que estiman pertenecer a la Iglesia disminuye, ¡sino que también la mayoría de los que son oficialmente miembros de la Iglesia no poseen ya la Fe católica! El que niega una verdad de Fe  ha perdido la Fe, porque la Fe es un todo y debe ser recibida como un todo. Entonces, si el 72% se niega a creer en un Infierno, de cada tres católicos no hay más que uno solo que tiene la Fe"


LA CRISIS DE LA FE PROVOCA LA CRISIS DE LA MORAL


"La crisis de la moral acompaña a la crisis de la Fe. Mientras que San Pablo recuerda a los cristianos que deben brillar, por su manera de vivir, en medio de una generación corrompida, como las estrellas en el universo (Fil. 2,15), podemos decir de los cristianos actuales que su genero de vida no difiere en nada de los hijos de este mundo, de los incrédulos. Su Fe frágil y vacía de sustancia no tiene la fuerza de influir en su vida, y mucho menos de formarla". Todos sabemos por el sentido común que la Fe influye de una manera poderosa sobre la moral. "El hombre debilitado por el pecado original, tiene siempre la tendencia a dar libre rienda suelta a sus pasiones y dejar que éstas tomen el control de su vida. La Fe cristiana, al contrario, muestra al hombre lo que Dios quiere de él y le enseña como debe conducir su vida, conforme a la voluntad de Dios. El hombre conoce por la Fe las promesas que puede esperar si observa los Mandamientos de Dios, pero también conoce las penas con las que Dios lo castigará si se desvía de ellos. La Fe y los Sacramentos dan al hombre la fuerza para vencer sus malas inclinaciones y para entregarse completamente al bien y al amor de Dios. Ahora bien, si la Fe desaparece, el hombre no creyendo más ser llamado a la perfección moral y a la vida eterna cerca de Dios, se entregará ventajosamente al placer desordenado de esta vida. Esto es lo que experimentamos hoy en día. La fidelidad, la pureza, la justicia, el espíritu de sacrificio, etc., ya no son, incluso entre los católicos, valores incontestables. De cada tres matrimonios, uno termina después de cinco o diez años en divorcio, y se sabe que un segundo matrimonio después del divorcio es solicitado por un número cada vez mayor de católicos.


LOS RESPONSABLES DE LA CRISIS ACTUAL


Uno puede preguntarse: "¿En que difiere la presente crisis de las que ha sufrido la Iglesia en el pasado? La presente crisis en la Iglesia se distingue de las precedentes principalmente en que son las más altas autoridades de la Iglesia quienes la han provocado, quienes la prolongan y quienes impiden que se tomen medidas eficaces para resolverla". La diferencia entre la crisis actual y las del pasado es muy grande. "En la Iglesia ha habido crisis frecuentes. Ha habido sacerdotes, obispos, y hasta papas, que no han llevado una vida conforme al Evangelio. La inmoralidad y la indisciplina del clero han nublado con frecuencia a la Iglesia. De tiempo en tiempo ha habido sacerdotes y obispos que se han separado de la verdadera Fe. Pero nunca como en nuestra época los errores y la negación pública de las verdades de la Fe se han extendido gracias a la tolerancia, la aprobación y hasta la actividad de las autoridades romanas y del episcopado mundial. Esto es lo que le da un carácter particular a la crisis actual, que es favorecida por las más altas autoridades de la Iglesia, papas incluidos. Este carácter singular de la crisis actual ha sido reconocido por las autoridades de la Iglesia. El mismo Paulo VI pronunció en 1968 la frase bien conocida donde dice que la Iglesia se encuentra en una fase de autodestrucción": "La Iglesia se encuentra en una hora de inquietud, de autocrítica, diríamos que hasta de autodestrucción: Es como una convulsión interior, aguda y compleja, la cual nadie se hubiera esperado después del Concilio [...]. La Iglesia está prácticamente golpeándose a sí misma. Los obispos clarividentes y cardenales tradicionalistas lo habían anunciado, pero los falsos profetas hechos cardenales y obispos por el mismo Paulo VI no les hicieron caso; al contrario, los únicos que fueron perseguidos, menospreciados, difamados con supuestas excomuniones fueron Monseñor Lefebvre y los sacerdotes clarividentes y valientes que habían previsto el drama actual y que de todo corazón querían evitar el caos en el cual estamos viviendo, por causa del Vaticano II, el Concilio pastoral que fue en todos sus puntos anti pastoral y generador de ruinas y de sectas.


Dios nunca muere Nº 32

1 comentario:

  1. He canalizado mis opiniones sobre una nueva iglesia escribiendo un libro llamado "Pedro II, ultimo papa y primer pontifice de la iglesia". Me interesa mucho escuchar opiniones y compartir ideas al respecto. Pueden ver mi libro en http://pedro2.com.ar

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