En lo que va de la semana hubo 246 muertos en el norte de Nigeria, por los violentos enfrentamientos entre dos facciones. El conflicto arrancó en esta zona musulmana del país de Africa oriental tras la elección del presidente Goodluck Jonathan, un cristiano. El informe procede de la organización de derechos humanos Civil Rights Congress.
El gobierno se negó a confirmar estas cifras o a dar un balance de víctimas por temor a alimentar la violencia entre cristianos y musulmanes, sobre todo en el norte, de mayoría musulmana. Muchos cuerpos fueron quemados o lanzados a pozos, haciendo muy difícil llegar a un balance oficial. Además de afectar la rutina diaria de la zona norteña de Nigeria, la situación puso en peligro los comicios regionales de esos estados, previstos para el martes. El personal electoral que debía coordinarlos abandonó los distritos y la Comisión Electoral Independiente pospuso las elecciones en dos de los estados más castigados por la violencia de los últimos días, Bachi y Kaduna, hasta el próximo jueves. Miembros de los Cuerpos Nacionales de Juventud que actúan como jefes de mesa electoral, fueron blanco de los ataques de jóvenes musulmanes que protestan contra la victoria del presidente Jonathan frente a su candidato, Muhammadu Buhari.
En Daura, una zona de la ciudad natal del líder opositor, el hotel donde se alojaban los presidentes de mesa fue incendiado. “No podemos volver a ese sitio. No vamos a poner en riesgo nuestras vidas por los 7000 nairas (46 dólares) que nos paga la comisión electoral”, se lamentó Ikenna, uno de los presidentes de mesa, ante la prensa local.
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