martes, 13 de abril de 2010

Iglesia acusa intento de linchamiento social

La Iglesia católica en México acusó que hay en su contra un “espíritu inquisidor que de manera sumaria e implacable” la señala por las acciones en las que han incurrido “algunos pésimos sacerdotes, quienes con sus malos testimonios y sus muchos pecados, que en algunos casos también son graves delitos, afectan a los demás”.

Bajo el título “El camino de la Iglesia” la editorial del semanario Desde La Fe, fija una posición de la Arquidiócesis de México, en la que acusa un “linchamiento social sin derecho a juicio, sin oportunidad de réplica, sin ninguna concesión, sin distinguir en absoluto a culpables o inocentes”, mientras desde el Vaticano se da seguimiento a las investigaciones sobre los alegatos de abuso sexual, entre otros, cometidos por el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel.

Las hogueras del pasado

En ese documento, la jerarquía católica mexicana asegura que los mismos a los que indignaron con las hogueras del pasado son ahora los responsables de encender hoy “nuevas y apocalípticas hogueras sin ningún remordimiento. Piensan que la Iglesia está en sus manos y que ha llegado el fin de esta santa institución”.

Establece que “la Iglesia debe purificarse en medio de sus debilidades y cuestionamientos, debe volver a sus más auténticos motivos”, por lo que descarta que “el Evangelio, ni Cristo, ni su Iglesia están en crisis”.

Refiere que en ese escenario, que también se vive en otras naciones, “el papa Benedicto XVI ha tenido la audacia de poner en claro los delitos y pecados de muchos al interior de la Iglesia, pero también ha señalado con toda energía los errores y pecados de la sociedad”.

“Los que vaticinan el inminente fin de la Iglesia católica morirán y sus furiosas críticas y malévolos deseos quedarán en el olvido”, mientras que la Iglesia permanecerá firme hasta el final de los tiempos, aseguró.

Aceptar culpas

La Arquidiócesis afirma en el artículo que de la misma forma la comunidad cristiana del país debe reflexionar, aceptar sus culpas con humildad y renovarse en su camino de la historia, al tiempo que la Iglesia se purifica de sus debilidades y vuelve a sus más auténticos motivos.

“Con humildad debe aceptar sus culpas, con confianza debe retomar su tarea en el servicio a Cristo y al Evangelio para la propia salvación y la del mundo”.

El semanario dice que “la Iglesia no está para hacer defensa de sí misma, sino para defender los ideales del Evangelio y las propuestas de auténtica realización humana”, como el respeto a la vida, a la familia y al matrimonio, así como para preocuparse por los más pobres e indefensos.

El cardenal Norberto Rivera, en la homilía dominical, celebrada en la Catedral Metropolitana, en el Distrito Federal, comentó que en México la “verdadera enfermedad” del hombre es el “temor”, debido a que vivimos inquietos, “belicosos unos contra otros, en una guerra intestina más o menos sorda o ruidosa”.

 Nurit Martínez
El Universal



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