sábado, 27 de noviembre de 2010

Canto Gregoriano - "Dies Irae"

El Dies irae es un himno del siglo XIII, considerado por algunos como el mejor poema en latín medieval. No hay acuerdo acerca de quién es su autor.

El tema del poema es la segunda venida de Cristo y el juicio que acontece con ella. Se puede considerar como un resumen de las creencias escatológicas de la Iglesia Católica.

Que lo disfruten.





Esta otra versión es de ritmo más lento, aunque dura menos que la anterior. La pronunciación es más clara y la letra aparece conforme se va cantando en el poema, por lo que es fácil seguirla:


El Dies irae formaba parte de la Misa de Réquiem Católico-Romana. La secuencia del Dies irae aparece en casi todos los Réquiems de compositores de música clásica, una de las más famosas es la de Mozart




A continuación se muestra el poema en latín y una traducción al español:

Dies irae

Dies iræ, dies illa,
Solvet sæclum in favilla,
Teste David cum Sibylla !

Quantus tremor est futurus,
quando judex est venturus,
cuncta stricte discussurus !

Tuba mirum spargens sonum
per sepulcra regionum,
coget omnes ante thronum.

Mors stupebit et Natura,
cum resurget creatura,
judicanti responsura.

Liber scriptus proferetur,
in quo totum continetur,
unde Mundus judicetur.

Judex ergo cum sedebit,
quidquid latet apparebit,
nil inultum remanebit.

Quid sum miser tunc dicturus ?
Quem patronum rogaturus,
cum vix justus sit securus ?

Rex tremendæ majestatis,
qui salvandos salvas gratis,
salva me, fons pietatis.

Recordare, Jesu pie,
quod sum causa tuæ viæ ;
ne me perdas illa die.

Quærens me, sedisti lassus,
redemisti crucem passus,
tantus labor non sit cassus.

Juste Judex ultionis,
donum fac remissionis
ante diem rationis.

Ingemisco, tamquam reus,
culpa rubet vultus meus,
supplicanti parce Deus.

Qui Mariam absolvisti,
et latronem exaudisti,
mihi quoque spem dedisti.

Preces meæ non sunt dignæ,
sed tu bonus fac benigne,
ne perenni cremer igne.

Inter oves locum præsta,
et ab hædis me sequestra,
statuens in parte dextra.

Confutatis maledictis,
flammis acribus addictis,
voca me cum benedictis.

Oro supplex et acclinis,
cor contritum quasi cinis,
gere curam mei finis.

Lacrimosa dies illa,
qua resurget ex favilla
judicandus homo reus.
Huic ergo parce, Deus.

Pie Jesu Domine,
dona eis requiem. Amen.




Día de la ira; día aquel
en que los siglos se reduzcan a cenizas;
como testigos el rey David y la Sibila.

¡Cuánto terror habrá en el futuro
cuando el juez haya de venir
a juzgar todo estrictamente!

La trompeta, esparciendo un sonido admirable
por los sepulcros de todos los reinos
reunirá a todos los hombres ante el trono.

La muerte y la Naturaleza se asombrarán,
cuando resucite la criatura
para que responda ante su juez.

Aparecerá el libro escrito
en que se contiene todo
y con el que se juzgará al mundo.

Así, cuando el juez se siente
lo escondido se mostrará
y no habrá nada sin castigo.

¿Qué diré yo entonces, pobre de mí?
¿A qué protector rogaré
cuando ni los justos estén seguros?

Rey de tremenda majestad
tú que, al salvar, lo haces gratuitamente,
sálvame, fuente de piedad.

Acuérdate, piadoso Jesús
de que soy la causa de tu calvario;
no me pierdas en este día.

Buscándome, te sentaste agotado
me redimiste sufriendo en la cruz
no sean vanos tantos trabajos.

Justo juez de venganza
concédeme el regalo del perdón
antes del día del juicio.

Grito, como un reo;
la culpa enrojece mi rostro.
Perdona, señor, a este suplicante.

Tú, que absolviste a Magdalena
y escuchaste la súplica del ladrón,
me diste a mí también esperanza.

Mis plegarias no son dignas,
pero tú, al ser bueno, actúa con bondad
para que no arda en el fuego eterno.

Colócame entre tu rebaño
y sepárame de los machos cabríos
situándome a tu derecha.

Tras confundir a los malditos
arrojados a las llamas voraces
hazme llamar entre los benditos.

Te lo ruego, suplicante y de rodillas,
el corazón acongojado, casi hecho cenizas:
hazte cargo de mi destino.

Día de lágrimas será aquel día
en que resucitará, del polvo
para el jucio, el hombre culpable.
A ese, pues, perdónalo, oh Dios.

Señor de piedad, Jesús,
concédeles el descanso. Amén.
___________________________
Hasta ahora no he encontrado una página web que muestre la relación que existe entre el contenido del poema y los versículos de la Biblia que se utilizaron para construirlo, por lo que me pareció bien elaborar una. Esta relación no pretende ser exhaustiva. Existen versos del poema cuyo contenido es tan general (como por ejemplo, el tema de la misericordia o el de Jesús piadoso) que no es posible elegir determinados fragmentos de la Escritura que contengan todo el tema, pero algo es mejor que nada...

Los versículos citados pertenecen a la versión Reina-Valera 1960.

Dies irae (correlacionado con versículos de la Biblia)

1a estrofa
Sofonías 1:15-16
Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento,
día de trompeta y de algazara sobre las ciudades fortificadas, y sobre las altas torres.
Salmos 110:5
El Señor está a tu diestra; quebrantará a los reyes en el día de su ira.

2a estrofa
Isaías 66:16
Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos de Jehová serán multiplicados.
Hechos 17:31
Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.

3a-6a estrofa
1 Corintios 15:51-52
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
Mateo 25:31-32a
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,
y serán reunidas delante de él todas las naciones
Apocalipsis 20:11-13
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.
Eclesiastés 12:14
Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.

7a estrofa
Salmos 121:1
Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?
1 Pedro 4:18
Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?

8a estrofa
Romanos 3:24
Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús
Efesios 2:8
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios
Salmos 85:7
Muéstranos, oh Jehová, tu misericordia, y danos tu salvación.

9a-10a estrofa
Isaías 53:5,11
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
Juan 17:12
Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.

11a estrofa
Hebreos 10:30
Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo.
1 Tesalonicenses 1:10
Y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.

12a estrofa
Salmos 51:3
Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí.
Isaías 1:18
Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

13a estrofa
Juan 8:10-11
Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Lucas 23:42-43
Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

14a estrofa
Mateo 8:8
Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.
Apocalipsis 20:15
Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

15a-16a estrofa
Mateo 25:32b-34,41,46
Y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

17a estrofa
Job 19:27
Al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí.
Salmos 25:17
Las angustias de mi corazón se han aumentado; Sácame de mis congojas.

18a estrofa
Daniel 12:2
Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para verg:uenza y confusión perpetua.
Juan 5:28-29
No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;
y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
1 Juan 2:1
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

19a estrofa
Salmos 23:2
En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará.
Apocalipsis 21:23-24a
La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.
Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella.


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