viernes, 21 de mayo de 2010

Fieles vestidos de demonios

Obispo pide a fieles no ser tentación para curas

México.- El obispo Felipe Arizmendi solicitó a los fieles no ser tentación para los sacerdotes, y los llamó a no alejarse de los curas sólo por los pecados clericales que se han difundido en los medios de comunicación y que se han sobredimensionado.
En su mensaje “¡Vivan los Sacerdotes!”, el jerarca católico de San Cristóbal de las Casas puntualizó: “No seas ocasión de que un sacerdote sea infiel a su vocación. Si le significas una tentación, aléjate y exígele que viva con autenticidad su consagración”.
En el texto también indicó que aún persiste el clima acusatorio de los medios informativos en contra de la Iglesia, porque “se difunden pecados clericales que son inocultables y siempre detestables, pero que se han sobredimensionado tendenciosamente”.
Para el obispo chiapaneco el poder de la televisión es enorme, pero “es mayor la fuerza de la fe y el testimonio de la entrega generosa de la mayoría de los sacerdotes. El pueblo sencillo los quiere y los aclama; les tiene confianza y cariño”.
Por eso a los creyentes les sugirió que oraran por el sacerdote que los bautizó para que persevere en su vocación; cuando confiesen sacramentalmente sus pecados ante un sacerdote, “exprésale tu gratitud, pues por su mediación Cristo te perdona, te libera, te levanta, te purifica, te salva”.
Solicitó a la feligresía, “al participar en una celebración eucarística, acercarse al sacerdote, al concluir el rito, y manifestarle su agradecimiento. Con mayor razón, agradece a quien te dio la Primera Comunión, a quien presidió tu sacramento matrimonial, a quien fue a visitar a un familiar o conocido tuyo en su enfermedad, a quien con su predicación o sus consejos te ayudó a salir adelante”. También los invitó a no negarles a los sacerdotes el “título afectuoso de padre”, aunque son también hermanos y servidores.
Arizmendi Esquivel recordó que un catequista ch’ol, de nombre Agustín, al darle la bienvenida, le dijo: “Esta comunidad, junto con la zona, hemos vivido persecuciones, muertes, amenazas y desplazamientos en tiempo de conflictos pasados; hoy, gracias a Dios, con la obra del Espíritu Santo, todos esos dolores se han calmado; hemos tenido el momento de dialogarnos para buscar la paz, y éste es el mejor momento de encontrarnos como hermanos”.
Y agregó: “El llegar a este ambiente de reconciliación y de paz ha sido trabajo paciente de los curas, que les han acompañado en sus sufrimientos, sin violentar sus procesos. Por ello, el pueblo les quiere”.
Por eso consideró que es muy oportuno lo dicho por el papa Benedicto XVI: “El sacerdote está llamado… a la perfección moral, que debe existir en todo corazón auténticamente sacerdotal; el pueblo de Dios espera de sus pastores también un ejemplo de fe y un testimonio de santidad….Sed conscientes del gran don que los sacerdotes constituyen para la Iglesia y para el mundo; mediante su ministerio”.
Secularización aleja de Dios
En el Vaticano, Benedicto XVI advirtió que la secularización “empuja a prescindir de Dios y acaba por negar la dignidad humana en aras de un sociedad regulada sólo por intereses egoístas”.
El Papa hizo estas manifestaciones tras el concierto ofrecido en su honor por el patriarca ortodoxo de Moscú y de todas las Rusias, Kiril, en el Aula Pablo VI del Vaticano, con motivo del quinto aniversario del Pontificado, en el que se interpretó música de los grandes compositores rusos de los siglos XIX y XX.
Ratzinger agregó que las raíces cristianas están constituidas, además de por la vida religiosa, por el “inestimable” patrimonio cultural y artístico, que considera un “valioso recurso de los pueblos y de los países en los que la fe cristiana ha dialogado con las culturas y las artes, las ha animado e inspirado, favoreciendo y promoviendo la creatividad y el genio humano”.
El Pontífice aseguró que hoy esas raíces “están vivas y fecundas” en Oriente y Occidente y pueden inspirar un nuevo humanismo, “una nueva época de auténtico progreso humano, para responder eficazmente los numerosos y cruciales desafíos que nuestras comunidades cristianas y nuestra sociedades tienen que afrontar”.
“Entre esos desafíos, el primero es la secularización, que no sólo empuja a prescindir de Dios y de su proyecto, sino que acaba también por negar la misma dignidad humana, en vistas de un sociedad regulada sólo por egoístas intereses”, añadió.
El Papa exhortó a “hacer que Europa respire a pulmón pleno, a dar de nuevo el alma, no sólo a los creyentes, sino a todos los pueblos del continente, a promover la confianza y la esperanza, basándose en la milenaria experiencia de fe cristiana”.




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