Al parecer, el padre Henry Wuilloud, de la FSSPX, fue el único que presentó la denuncia penal ante el juez de cantón de Vaud contra el caricaturista, al entender estos dibujos animados "socavan la libertad religiosa y suponen una discriminación religiosa" contra los católicos, más todavía cuando hablamos de de la "publicación de material pornográfico con niños".
La cadena de televisión, por su parte, considera estos hechos como una "mera sátira", de ahí que su emisión sea "tolerable" y no se trata de un acto ofensivo contra nadie, ni contra católicos o protestantes, "hubiéramos hecho lo mismo con judíos o musulmanes", concluyó el abogado de la cadena.
Visto en: Sector Católico
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