lunes, 2 de agosto de 2010

Rusia un infierno

Los gigantescos incendios forestales en Rusia ya han consumido 555 mil hectáreas y han cobrado la vida de, al menos, 40 personas, por lo que el Presidente ruso, Dmitri Medvedev, debió declarar el estado de emergencia en siete regiones del país.

La disposición incluye a las regiones de Moscú, Vladímir, Vorónezh, Riazán, Nizhni Nóvgorod y a las repúblicas de Mari-El y Mordovia, permitiendo limitar el acceso a las zonas donde la actividad humana podría provocar nuevos incendios y amplía la posibilidad de recurrir a las fuerzas armadas para combatir el fuego, cuando ya hay dos mil efectivos en terreno desde el viernes.

Medvedev, que reconoció que el país no estaba preparado para hacer frente a este tipo de desastres, lo calificó como “una gran tragedia”.

“El estado comprende, indudablemente, su responsabilidad (...) recuerden que una sola cerilla puede acarrear una desgracia irreparable”, añadió el Mandatario, refiriéndose a la posible responsabilidad de ciudadanos en los incendios.

Asimismo, el ministro de Emergencia, Serguei Shoigú, culpó de los siniestros a los excursionistas irresponsables.

Los incendios, que ya han causado pérdidas económicas por más de 217 millones de dólares, coinciden con una intensa ola de calor que se ha convertido en la más abrasadora del último tiempo, alcanzando incluso los 40 grados Celsius, situación que se extendería por lo menos hasta el fin de semana.

De hecho, según un portavoz del Ministerio de Emergencia, “debido a la difícil situación provocada por la sequía y el calor, se declaran nuevos focos de incendio” en diversos puntos de las regiones afectadas.

Frente a la fuerza de las llamas, cientos de miles de personas han debido formar improvisadas brigadas para combatir el avance del fuego hacia sus pueblos, ante la falta de personal y equipos contra incendios, tanto nacionales como locales.

En total, siete aviones y trece helicópteros combaten el fuego en toda Rusia, uno de los países con mayor superficie boscosa del planeta.

 Actualizacion: 8 de Agosto de 2010

Médicos de Moscú afirmaron que estaban siendo cautelosos al diagnosticar a pacientes enfermedades vinculadas al calor y el humo de los incendios forestales por temor a perder sus empleos, aludiendo al largo historial de Rusia de encubrir el impacto de desastres.

Muchos rusos han criticado la lenta respuesta del Gobierno a los incendios forestales, que afectan a grandes extensiones de Rusia y generaron una perjudicial nube de humo que ha ahogado a la capital por varios días.

La oposición acusó a las autoridades de estar en negación. El poderoso alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, notablemente silencioso durante la crisis desde que se fue de vacaciones el 2 de agosto, regresó ayer debido a “la situación que vive la ciudad producto de los incendios”, dijo su portavoz, citado por agencias de noticias.

Los incendios causados por el clima más caluroso desde que comenzaron los registros hace 130 años han dejado a miles sin hogar y llevaron a funcionarios a recomendar no aventurarse al aire libre en Moscú, donde los vuelos fueron desviados y sus residentes usan máscaras.

El Ministerio de Emergencias dijo que el área de incendios forestales en la región de Moscú se había triplicado desde el viernes.


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