viernes, 7 de enero de 2011

LA APOSTASÍA UNIVERSAL II

Antecedentes


LA APOSTASÍA UNIVERSAL PRIMERA PARTE


Una forma nueva de oposición a la profecía




¿Como puede ser que la mayoría de los hombres niegue a Cristo?

Objeción se supone que la mayoría que la mayoría tiene siempre la razón. En contra están los hechos: A Cristo lo juzgó digno de muerte LA MAYORÍA; la mayoría cree que algunos pecados no tienen nada que ver (mentiras que no dañan a otros, libertades naturales de la juventud...); la mayoría fuma como si el cigarro no lo dañara... Y por el contrario, casi nadie reflexiona en la verdad de la fe, de que sólo hay un REDENTOR, sólo hay un juez definitivo: Cristo.


Pero vengamos a demostrar directamente que la apostasía universal es posible, y esto aunque no miremos sino en el terreno de la razón natural.




La negación de la divinidad de Cristo, según vimos, puede darse en dos formas si miramos a los cristianos. Si miramos a todos los hombres, aún podemos separar a los que aceptan al anticristo, y por lo mismo niegan la divinidad de Cristo, y a los que habiendo creído en Cristo, le vuelven la espalda; finalmente, seguirán al anticristo los que ni siquiera han oído hablar de Cristo. En todas estas formas se puede dar y se dará la apostasía.




a) Primera forma. LOS NO CRISTIANOS


Nada difícil es que los hombres que desconocieron a Cristo acepten por dios al anticristo. Porque éste tendrá los poderes de Satanás, hará milagros aparentes; contará con los gobiernos de todos los países; dispondrá de las finanzas de todo el mundo; hará felices (con felicidad temporal, felicidad de los gustos sensibles...) y gran parte de los sacerdotes de toda religión le darán su apoyo. Y lo adorarán sin dificultad. Para éstos, el anticristo es su dios.


b) Segunda forma. LOS QUE TUVIERON CONOCIMIENTO DE CRISTO


En gran número serán convencidos porque vendrá una persecución sin precedentes para los que no se rindan al anticristo. Los que sean dóciles, contarán con toda clase de beneficios y los que se resistan serán incluidos en las listas de EXCLUSIÓN. Ni siquiera les concederán trabajar.
Éstos exigirán que Dios les haga el milagro de librarlos de todo sufrimiento y dirán, como dicen ya muchos, que Dios no los oye, que no pueden sufrir tantas calamidades y que prefieren seguir a los que están con el que manda. Que el único error es vivir fuera de los beneficios, y que al fin ellos en su interior no niegan su fe; y por lo mismo que Dios les tendrá que perdonar porque ellos lo hacen (seguir al que gobierna) por mera necesidad.


Además la Iglesia Católica que decía desde antaño tener la verdadera fe, ha tenido que cambiar, ¿Quién nos asegura que no es justo ese cambio? (el de la fe en Cristo por la fe en el Anticristo). Ya muchos padres y obispos nos dicen que es lícito dejar la fe antigua para seguir a la nueva que hoy nos dá prueba de ser dios. ¿Habrá muchos que se libren de éstos engaños?


c) Tercera forma. CRISTIANOS DE VERDAD


Que no aceptan por ningún motivo que ese hombre es el mesías, pero ¿que pueden hacer? Y debilitados por su fe por las fallas anteriores y presiones exteriores comienzan a ceder y se contarán entre aquellos que dicen "pecamos y ¿que mal nos ha sobrevenido?" (Ecc.5)


Al contrario a todos los que se sujetan a las autoridades, Dios los bendice. Tienen comida, diversiones, amistades, poder. -"No hay que ser tontos".
Y se sumarán a la mayoría.
Sólo quedarán fieles a Cristo unos pocos. (Mat.24:22)


EXPLICACIÓN


En el Apocalíptico 13 hay doctrina suficiente para comprender éste castigo; pero el momento presente urge para que no dejemos completar la doctrina. Dos clases de pecados preparan esos días de castigo: Los pecados inadvertidos, NO PREPARADOS, y los pecados cuya caída DEBIÓ evitarse preparándose para no caer. Pecados unos que debemos lamentar, pecados otros que debemos condenar.
Para distinguirlos tiene la doctrina católica estudios exhaustivos.


Comienza por afirmar que todo pecado supone el conocimiento de una ley. Supone la formación de la conciencia que urge el cumplimiento de esa ley; supone la advertencia de ese conocimiento en el momento de actuar obedeciendo o quebrantando el mandato. Estudia también las causas que influyen en la deformación de la conciencia y la culpabilidad de cada caso.


SÍNTESIS


El hombre puede actuar consciente o inconscientemente.
Los actos inconscientes pueden también ser CONSECUENCIA DE ACTOS CONSCIENTES o ser actos que nada tienen que ver  con actos previos. De aquí la necesidad de estudiar primero la moralidad de los actos conscientes para poder llegar a la licitud o pecaminosidad de los actos derivados de ellos.


LOS ACTOS CONSCIENTES


No se trata de los actos conscientes inadvertidos, es decir aquellos en que no nos damos cuenta que actuamos, pero no advertimos que hay una ley relacionada con tal acto. Estos son conscientes pero no advertidos en cuanto a su moralidad.
Los actos conscientes advertidos son los que caen de lleno en el terreno de la responsabilidad, y por los cuales somos acreedores a premio o castigo.
El conocimiento de la ley puede ser pleno o insuficiente; insuficientemente conocido con culpa o sin culpa. De donde tendremos culpabilidad mayor o menor. Esta culpabilidad sólo Dios puede medirla; pero nosotros estamos obligados a buscar el conocimiento que corresponde , cada quien el suyo propio.
Aumentan la culpabilidad el descuido, el desprecio, la práctica consciente contraria a la ley.
Esta doctrina, que la simple filosofía puede demostrar, la confirma la teología y el sentido común la aprueba como veremos en los ejemplos siguientes:


Un niño de cuatro años toma unos dulces de una tienda a donde su madre ha ido para hacer sus compras. Al niño le ha parecido lo más natural tomarlos; ignora totalmente que no es lícito tomar lo ajeno. Su culpa es nula. Supo lo que hacía, pero no tuvo dvertencia de la ley.


Llega un herido grave a la Cruz Roja; en aquel momento no se encuentra ni un sólo médico, y una enfermera no se da cuenta de la gravedad y se lanza a curar al herido. Lo hace mal y daña la salud del paciente. La urgencia es un atenuante de su culpa, y su culpabilidad es mucho menor que la de un médico que hubiera hecho lo mismo, porque el médico debe tener conocimientos suficientes, muy superiores a los de una enfermera.


Un buen cristiano aconseja mal a un amigo afirmando que le es lícito un negocio, o que la Misa no le obliga por motivos fútiles... Su falta es mucho menor que la que hubiera cometido un sacerdote o un obispo aconsejando mal en cuestiones morales.


RESUMIENDO


Toda falta pecaminosa supone conocimiento de la ley, advertencia de la relación que tienen sus actos con la ley, voluntad de actuar de acuerdo o contra la ley.


LA IGNORANCIA CULPABLE


La ignorancia no siempre exime de responsabilidad.


a) Por negligencia, puede disminuirse la culpa, pero aún queda responsabilidad que deberá medirse por el grado de negligencia. Ejemplo claro lo tenemos en un abogado que pierde un litigio porque no estudió debidamente, o no tomó empeño en conocer el caso que defendía. Un médico que ignora lo que debe hacer al atender a un enfermo, y lo ignora porque no estudió oportunamente o no se fijó en las circunstancias del enfermo a quien curaba. Hay en estos caso negligencia culpable.


Un juez, un magistrado o un gobernante que no dicta leyes o sentencias correctas, podrá ser IMPUNE ante los hombres, pero no ante Dios.


La culpa es mayor cuando se trata de un desprecio a la ley.


Un contribuyente no quiere saber nada de sus obligaciones como ciudadano, y despreciando la ley, omite todo cuanto ésta le manda. El desprecio no lo coloca en el terreno de los inculpables, sino por el contrario lo hace más responsable.


Un legislador no quiere saber lo que conviene al pueblo y da leyes que dañan a sus conciudadanos. ES CULPABLE Y SE LE DEBEN IMPUTAR LOS MALES QUE SUS LEYES CAUSAREN.


Un sacerdote o un obispo que dictamina en terreno de moral  equivocando la doctrina, es reo de culpa por todos los pecados que sus resoluciones ocasionaren.


Un escritor que difunde doctrinas erróneas cargará sobre su conciencia todos los pecados que ha propiciado.
Y sobre todo, hay un capítulo de máxima gravedad. EL HABER DESPRECIADO LA LUZ DE LA VERDAD.
Este título de gravedad es el que Cristo condena cuando dice que el juicio de condenación consiste en que "tuvieron la luz y prefirieron las tinieblas".


Una fuente de pecado, la más frecuente, es la que podemos observar en muchedumbre de cristianos (también la encontramos en los no-cristianos): LA COSTUMBRE DE ACTUAR CONTRA LA RAZÓN, culpa tanto mayor cuanto que suele acompañarse de falsas excusas, razones aparentes con las que se jacta de justo sabiendo que no es amor a la virtud lo que lo impulsa, sino soberbia oculta.
El tema no tiene límites pero sólo añadiré un capítulo:
La culpabilidad de actos que dan origen a pecados. Estos se llaman pecados en la causa. De ellos el más grave es EL PECADO DE ESCÁNDALO.


Un forjador de modas lanza un estilo indecente: A él se le deben imputar todos los pecados que esa moda cause. Un productor de películas exhibe escenas indecentes: será reo de todos los pecados que se cometan por esa película. Un predicador da doctrina errónea: responderá ante Dios de todos los pecados que se cometan por su falsa doctrina. Un destructor de la fe que impone (aprovechando el prestigio de la autoridad que Dios le dio para bien) leyes, doctrinas, falsos sacramentos... ¿Que excusa podrá alegar ante Dios?


COMO EN LOS TIEMPOS DE NOÉ


Aquí mostramos el problema de la apostasía universal. No todos caerán, pero la inmensa mayoría si fallará en su fe, ya sea con apostasía diabólica, ya sea con apostasía indirecta.


Recordemos que la fe es un don de Dios y que no podemos merecerlo, pero sí podemos perderle. Recordemos además que por el pecado, aunque no sea directamente contrario a la fe, nos privamos de las gracias de Dios, nos privamos de las luces necesarias para conocer las cosas de Dios. Porque el pecado nos hace enemigos de Dios como nos enseña la Biblia, los concilios, los Papas, los teólogos, el catecismo... y como lo aprendimos de niños.
Y si por el pecado nos hacemos merecedores del infierno ¿Como podemos pensar que no perderemos la luz divina que necesitamos para conservar la fe? Verdad es que todo pecador, a pesar de convertirse en enemigo de Dios, sigue recibiendo llamamientos de su gracia, pero bien puede suceder que nuestras fuerzas sobrenaturales al ir disminuyendo, nos hagan sordos a las verdades sobrenaturales y oscurezcan la vista del alma, y sin darnos cuenta perdamos la fe.
Humanamente hablando, todo pecador lleva, sin sentirlo, una tendencia a disculpar su pecado, hacerlo menos detestable y puede llegar a mudar sus convicciones. Esto lo expuso un escritor francés cuando dijo que " o vivimos como pensamos, o acabamos por pensar como hemos vivido". Y muchas verdades de nuestra religión nos obligan a condenar nuestra vida; y al pecar y tratar de justificarla, vamos empañando la mirada y dejando de ver con la misma claridad lo que la fe nos dice. Habremos en tal caso comenzado a fallar en la fe... ¿Hasta negar a Cristo?


La apostasía indirecta bien puede consistir en la práctica de actos religiosos que niegan indirectamente la Divinidad de Cristo (comulgar de pie para no aceptar que Cristo es Dios, presentar su imagen como la de un renegado, hablar de Él como de un profeta o de un para-psicólogo que obra maravillas por pura fuerza mental natural...) O puede ser apostasía directa ayudando a los enemigos declarados de Cristo, porque de no ayudarlos sufrirían las consecuencias ("vivir fuera del presupuesto es vivir en el error")


¿No fue verdadera apostasía la del pueblo judío cuando gritaba "nosotros no tenemos otro rey que el César"? Además llegará el momento en que se impongan peligros de muerte a los que no se unan a los seguidores del anticristo, y los preparados para el martirio son muy pocos. Resistir los tormentos es una gracia superior a las fuerzas humanas, y la vida de la casi totalidad de los humanos ciertamente no es la vida de los mártires. Impreparados para el martirio, caerán la mayoría de los hombres, aún... siendo católicos.

PARA TOMAR EN CUENTA


La inmensa, la casi totalidad de la humanidad, se encuentra privada de formación religiosa. La ignorancia será aprovechada por el malvado y con milagros aparentes seducirán a la naciones que caerán admiradas ante el Anticristo, el cual contará con PRESTIGIO, RECURSOS ECONÓMICOS, ALIMENTOS, MEDIOS DE COMUNICACIÓN, DIVERSIONES, PROPAGANDISTAS... Todo estará en sus manos, incluyendo las artes diabólicas para mostrarse en muchos lugares y presentar su belleza y sus dotes de persuasión.
¿Quién resistirá?


Las palabras de Cristo no fallarán.



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