- Un par de atentados se registraron en la ciudad de Kizlyar, frontera con Chechenia, dejando nueve personas muertas, entre las que figura el jefe de la comisaría del Interior, Vitali Vedérnikov.
- Otros dos suicidas causan 13 muertos junto a sedes de la policía en Daguestán.
- El líder rebelde Umárov advierte de que la guerra llegará «a las calles» de Rusia.
Solo dos días después de los sangrientos atentados en el metro de Moscú, que se cobraron el lunes 39 víctimas mortales, Rusia sufrió ayer dos nuevos ataques terroristas en la república de Daguestán, en el Cáucaso norte, que causaron al menos 13 muertos. El Kremlin afirmó que se trata de «eslabones de una cadena» atribuyendo la autoría de todos los atentados a los terroristas suicidas chechenos, mientras los líderes separatistas caucásicos se responsabilizaron del ataque en el metro.
Trece personas, entre ellas nueve policías, dos civiles y los dos terroristas, murieron en los atentados suicidas perpetrados en la localidad daguestaní de Kizliar. Las dos potentes explosiones, que sonaron a unos 300 metros de la sede del Ministerio del Interior y del Servicio Federal de Seguridad (FSB), afectaron también al edificio de una escuela local. Veintiocho personas resultaron heridas, ocho de ellos de gravedad.
JUNTO A LA POLICÍA / La primera explosión se produjo a las 08:40 horas (dos horas menos en España) cuando detonó un coche-bomba que se acercaba a la sede de la policía de Kizliar. Veinte minutos después, cuando un grupo de investigadores llegó para examinar el lugar de la primera explosión, se hizo estallar un kamikaze disfrazado de policía. Este segundo estallido mató a varios agentes, entre ellos el jefe de la policía de Kizliar, Vitali Vedernikov.
«(Los atentados en Moscú y Kizliar) son eslabones de una misma cadena y una manifestación de la actividad terrorista que en los últimos tiempos nuevamente se hace sentir en el Cáucaso norte. El objetivo de los terroristas es desestabilizar la situación en el país, destruir la sociedad civil y sembrar el miedo y el pánico entre la población. Pero no lo permitiremos», declaró el presidente ruso, Dmitri Medvédev, en una sesión del Consejo de Seguridad.
El primer ministro, Vladímir Putin, defendió la misma tesis: «No descarto que actuaran los mismos criminales. No importa en qué lugar se cometan los crímenes de esa clase y quiénes sean las víctimas, de qué pueblo o religión. Estos crímenes están dirigidos contra Rusia».
Según la versión del Kremlin, el líder de los islamistas chechenos, Doku Umárov, quien amenazó en febrero con extender la guerra terrorista a las ciudades rusas, está detrás de la nueva ola de atentados. El propio Umárov se responsabilizó ayer de los ataques en el metro de Moscú. En un video citado por la página web de los islamistas kavkazcentr.com Umarov acusó a los ciudadanos rusos de «observar con indiferencia la guerra en el Cáucaso en sus televisores». «Por eso, la guerra llegará a vuestras calles. La sufriréis con vuestra propia carne», amenazó.
Anteriormente, el grupo separatista checheno Emirato Caucásico, encabezado por Umárov, había negado que estaba detrás de la matanza en Moscú. El Emirato Caucásico busca crear en el Cáucaso norte un estado pancaucásico, independiente de Rusia y basado en la ley islámica. Atentados contra agentes de policía y enfrentamientos entre distintos clanes son muy frecuentes en Daguestán, donde residen más de 2,5 millones de personas de múltiples etnias.
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