lunes, 12 de abril de 2010

Desarme atómico total o ¿Apocalipsis?


 “México asistirá a la Cumbre de Seguridad Nuclear” (no me imagino a qué va el presidente Felipe Calderón), es el titular, más o menos, de casi todos los periódicos, televisión y radio, reunión que es convocada por el presidente de Estados Unidos de América, Barack Hussein Obama, para combatir el terrorismo nuclear (así lo señalan) ya que, el principal objetivo es que no se permita que las instalaciones de lanza misiles nucleares caigan en manos de grupos terroristas y, con ello, puedan causar un daño increíble en ciudades pobladas.
Baste recordar la tremenda crisis que sobrevino, en el vecino país del norte, cuando esos grupos destruyeron las famosas torres gemelas de Nueva York usando a aviones de pasajeros como proyectiles.
La historia nos señala que el único país del mundo en usar esos artefactos de destrucción masiva contra humanos, ha sido, ni más ni menos, el país que convoca a la reunión anti nuclear, Estados Unidos, en aquellos días, con la intención de evitar que la guerra contra Japón se prolongara más tiempo y así evitar más perdidas de vidas entre su ejército, pero, no ocurrió lo mismo con dos ciudades japonesas, Hiroshima y Nagasaki, en 1945, donde en cuestión de segundos terminaron las de cientos de miles de vidas humanas, entre niños, mujeres, hombres, ancianos y, curiosamente, muy pocos militares, puesto que los blancos de ambas bombas fueron poblaciones civiles.
La historia, aún cuando siempre la escriben los vencedores, es una memoria latente entre la humanidad.
Después de la Segunda Guerra Mundial, sobrevino la famosa Guerra Fría, entre los dos países que, mayormente, sacaron provecho de la tecnología y la industria militar, Estados Unidos y la Unión Soviética (hoy Rusia). La “Crisis de los Misiles” que el imperio comunista (URSS) deseaba colocar en su aliada, la Cuba socialista, de Fidel Castro Ruz, a unos cuantos kilómetros de los Estados Unidos, el emporio capitalista.
En ese entonces, pocos ciudadanos de este planeta, estaban enterados de que, posiblemente, le quedaban, sino horas, si unos cuantos días a la humanidad, ante un posible intercambio de bombas atómicas entre ambos países, lo que finalmente no ocurrió gracias a las negociaciones de retiro de bases lanzamisiles de las dos partes. La civilización, así como la conocemos, habría terminado casi en su totalidad, ante la Tercera Guerra Mundial, ya que la Cuarta Guerra, si sobrevivían personas, se pelearía con “garrotes” y “flechas”, dada la destrucción masiva.
La ambición, el poder de uno contra otro, la envidia, la corrupción, el dominio territorial, la mentira y el engaño, han provocado las dos guerras mundiales, las cuales han costado millones de vidas humanas.
Todo el tiempo, desde que se inventaron las famosas bombas atómicas (1944), ambos países, Estados Unidos y Rusia (antes, URSS), se han estado apuntando a sus principales ciudades, con sus armas estratégicas. Se dice que cuentan, actualmente, con una cantidad disponible de bombas para destruir, no una, sino cinco veces al planeta Tierra. Posteriormente han pasado a formar parte del muy selecto grupo de países atómicos, China y, últimamente, Israel, Corea del Norte y se anuncia “en cartelera” el estreno de Irán, también, como país nuclear.
Esto es, poco a poco, van produciendo más y más bombas atómicas y, se van agregando, más países, a ese selecto grupito nuclear, unos dicen que “para mantener el equilibrio militar”, otros “para incorporarse a la modernización” y otros más, “para combatir a los infieles religiosos”.
La verdad es que, otra vez, están poniendo en peligro a la humanidad como habitantes inteligentes del planeta Tierra.
Ante este tipo de belicosos seres humanos, no es de sorprenderse que personajes como Nostradamus, las profecías bíblicas, el calendario maya o iglesias cristianas como Family Radio, se acerquen a los tiempos bíblicos del Apocalipsis, donde se detallan las actividades que, nuestros sesudos gobernantes de esas poderosas naciones, se reúnan para evitar que sus armas estratégicas caigan en mano de terroristas y las hagan explotar en sus ciudades, que es lo que, finalmente, les preocupa, mas NO el desarme total.
Yo no se si la Tierra, como ser vivo estelar, registre las explosiones nucleares en su superficie, pero las amenazas latentes de hombres vestidos de militares, mirando radares e imágenes satelitales, y con la mano en los fatídicos “botones rojos” de lanzamiento, con sus armas apuntando a objetivos civiles “enemigos”, tarde o temprano, van desatar la última, sí, la última Guerra Mundial, si esos sesudos gobernantes no se ponen de acuerdo y eliminan, de una vez por todas, las armas nucleares.
En caso contrario, lo más posible y lógico (conociendo su ambición de dominio mundial), es que nos preparemos para una destrucción total, como creo, le ha de haber pasado al planeta Marte. Esas son las predicciones con las que nos bombardean desde hace unos meses y que concluirán en diciembre del 2012. Usted, ¿lo cree así? 
 

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