viernes, 30 de abril de 2010

EU: “catástrofe nacional” por derrame en el Golfo

              
 Un barco trabaja para extraer el petróleo que flota en el Golfo de México. El gobierno norteamericano declaró catástrofe "nacional" por el derrame, cuya mancha llegaría hoy a sus costas. Lo produjo una plataforma, que pierde 5.000 barriles por día.




El gobierno de EE.UU. declaró ayer al derrame de petróleo en el Golfo de México como una catástrofe de "importancia nacional" y se prepara para vivir uno de los peores desastres ecológicos de su historia cuando la marea negra toque hoy las costas de Luisiana.
El presidente Barack Obama fue informado ayer de la situación causada tras la explosión y derrumbe el martes 20 de la plataforma Deepwater Horizon, a 65 kilómetros de la costa. El desastre causó la desaparición en el mar de 14 trabajadores -que se cree están muertos- y un derrame que por día tiene un volumen de 5.000 barriles de petróleo, una cantidad mucho mayor a la que se había pronosticado al principio.
Con las horas corriendo en contra, la compañía British Petroleum (BP) -a cargo de la exploración- pidió ayuda al gobierno de EE.UU., que casi al mismo tiempo decretó al "derrame de importancia nacional", es decir que para frenarlo puede disponer de cualquier recurso disponible.
Así, Obama movilizó a las Fuerzas Armadas -que podrán ser destinadas a tarea de limpieza- y ordenó que el comando SWAT revise las otras plataformas petroleras. La empresa, además, reveló ayer que había detectado un segundo escape de petróleo en el pozo, a 1.500 metros de profundidad.
Con la marea negra casi llegando al delta de Mississippi, ayer el gobierno de Obama envió unos 21 kilómetros de barreras flotantes y siete sistemas de recolección de petróleo. La base naval de Gulfport, en Mississippi, será la central del operativo. Pero, además, la Armada y la Fuerza Aérea en Pensacola, en la Península de Florida, distribuyeron más barreras flotantes, lanchas de limpieza y equipos de bombeo, entre otros materiales para combatir la mancha. El Pentágono aseguró que pondrá a disposición todos los recursos para hacer frente al desastre.
Obama advirtió también que la petrolera BP es "en última instancia responsable de financiar el costo" del desastre ecológico. Pero aclaró que su gobierno "seguirá usando todos los recursos disponibles, incluyendo, potencialmente, el Ministerio de Defensa" para colaborar con el operativo.
En una rueda de prensa en la Casa Blanca, la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, aseguró que la prioridad ahora mismo es contener el escape de petróleo.
La contraalmirante del Servicio de Guardacostas Sally Brice-O'Hara indicó que están "preparamos para lo peor" en la evolución de la marea negra.
Dependiendo de cómo transcurra la situación y del rumbo de los vientos, en el peor caso la marea podría alcanzar hasta cinco estados: Texas, Luisiana, Misuri, Alabama y Florida. Obama habló ayer por teléfono con los gobernadores de los respectivos estados.
El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, ha declarado el estado de emergencia ante la inminente llegada de la mancha. Tan sólo en ese estado se han desplegado treinta kilómetros de barreras flotantes.
Ante el fracaso hasta el momento para obturar la plataforma, el Departamento del Interior autorizó la excavación de un nuevo pozo en el mismo lugar, para facilitar la extracción del crudo y evitar que continúe saliendo de modo incontrolado. No obstante, ha advertido que ello puede tardar hasta noventa días.
Tan sólo en Luisiana la marea negra podría afectar hasta a 400 especies animales y vegetales en las delicadas marismas costeras. La contralmirante Brice-O'Hara subrayó que "hasta ahora" no se han detectado en las costas restos de animales afectados por el derrame del crudo.
La empresa BP comenzó el miércoles las primeras quemas controladas de petróleo, para intentar reducir la mancha. El viento y las condiciones del mar impidieron reanudar ayer esa operación.
Napolitano consideró "prematuro", comparar el derrame actual con el dejado por el buque petrolero Exxon Valdez en 1989 frente a las costas de Alaska, el peor de la historia con más de 41,5 millones de litros de crudo vertidos.
Los expertos calculan que antes de que se cierre el pozo de Deepwater Horizon pueden llegar a derramarse 17 millones de litros. La Casa Blanca descartó ayer que el incidente vaya a tener, al menos de momento, un impacto en los precios del petróleo. El vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs, recordó que el pozo era de exploración, no de explotación, y no hubo un recorte del suministro.

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