Amada Rosa Pérez llegó a ser una de las modelos de pasarela más cotizadas del país pero hace cinco años desapareció de la escena pública sin dejar rastro. Hace unas semanas volvió a ser noticia al compartir su testimonio de conversión en una entrevista concedida al diario El Tiempo.
Amada confesó que padeció una enfermedad que le quitó el 40 por ciento de la audición en el oído izquierdo y empezó a cuestionar toda su vida. «Me sentía inconforme, insatisfecha, sin rumbo, sumergida en satisfacciones pasajeras, pero siempre buscaba respuestas y el mundo jamás me las dio», indicó.
«Antes era una persona afanada, estresada, me alteraba fácilmente. Ahora vivo en paz, no me afana el mundo, disfruto cada momento que me ofrece el Señor. Voy a Misa y rezo el Santo Rosario diariamente, al igual que la coronilla de la Divina Misericordia a las 3:00 p.m. Me confieso con frecuencia ante un sacerdote», agregó la colobiana, informa ACI.
Ahora se llama Amada Rosa de Jesús y María, es devota de la Virgen y una activista incansable de la comunidad religiosa Lazos de Amor Mariano.
Amada afirma que «ser modelo significa ser un punto de referencia, alguien cuyas actitudes son dignas de reproducir y yo me cansé de ser una modelo de superficialidad. Me cansé de un mundo de mentiras, apariencias, falsedad, hipocresía y engaños, una sociedad llena de antivalores, en la que se resalta la violencia, el adulterio, la droga, el alcohol, las peleas, un mundo que exalta las riquezas, los placeres, la inmoralidad sexual y el fraude».
«Quiero ser modelo de promoción de la verdadera dignidad de la mujer y no de su utilización comercial», concluyó.
Aborto y suicidio
Hablando de los detalles de su conversión, esta vez con la cadena Caracol, la joven de 33 años dijo que tuvo que tocar fondo para re-encontrarse con ella misma.
Un aborto y un intento de suicidio, fueron dos de las razones por las que decidió buscar el cambio. «Yo aborté y eso marcó mucho mi vida por eso estoy acá compartiendo mi testimonio».
Sobre los motivos que tuvo para tomar esas decisiones, Pérez dijo, «uno siente que la vida se le viene encima, que no va a poder con esto, no sentía apoyo y se siente uno solo. Me hacía falta amor, comprensión y apoyo».
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