miércoles, 12 de mayo de 2010

Benedicto XVI: interna, la mayor amenaza a la Iglesia


El Papa Benedicto XVI no quiso esperar a aterrizar en Lisboa, donde inició ayer una visita de cuatro días a Portugal, con parada especial en el santuario de Fatima, desde el avión se dirigió a los periodistas para que “calienten” su gira pastoral con las declaraciones más duras vertidas contra la curia, a la que acusó de haber ocultado durante demasiado tiempo los casos de pederastia que acosan a la Iglesia Católica en todo el mundo.

Preguntado por el “tercer secreto de Fátima” y si creía que los sufrimientos de la Iglesia por los escándalos de clérigos pederastas se pueden encuadrar en esa visión, el Papa teólogo dijo que, efectivamente, el mensaje que dio la Virgen a los tres pastores en 1917 se relaciona con el atentado a Juan Pablo II en la plaza de San Pedro del Vaticano en 1981 y también con los sufrimientos de la Iglesia, por lo que, el tercer secreto “llama a la penitencia”.

El enemigo está dentro. “La novedad que podemos descubrir en este mensaje es que no sólo desde fuera se ataca al Papa y a la Iglesia. El sufrimiento de la Iglesia viene de su interior, de los pecados que existen en ella. Ya se sabía, pero hoy lo vemos de un modo realmente terrorífico”, dijo el Pontífice.

En estas palabras los observadores vaticanos vieron, además de una condena a los casos de curas pederastas, una dura crítica a los encubridores y un intento claro de marcar distancias con su antecesor Juan Pablo II, bajo cuyo papado los escándalos de pederastia fueron en su gran mayoría silenciados.

“La Iglesia tiene una profunda necesidad de volver a aprender la penitencia, de aceptar la purificación, de aprender el perdón, pero también la necesidad de justicia, ya que el perdón no sustituye a la justicia”, aseguró, tras declarar, una vez más, que la política del Vaticano es de “tolerancia cero” contra los miembros de la Iglesia que cometieron abusos sexuales.

En un intento, sin embargo, de insuflar esperanza a los fieles católicos, abrumados ante la cantidad de escándalos de pederastia que se descubren un día sí y otro también, y que en muchos casos fueron ocultados durante décadas por los obispos, el Papa dijo que, aunque “el mal ataca”, el bien siempre está presente, Cristo es más fuerte que el mal y la bondad de Dios tiene la última palabra en la historia”.

“Este Papa no oculta nada”. Las palabras de Benedicto XVI en el avión llegó antes de que tuviera oportunidad de oficiar misa en la gran explanada de la Plaza del Comercio de Lisboa, donde el escándalo de pederastia flotaba en el ambiente y entre los miles de fieles que esperaban la llegada del Papa.

Según testimonios recogidos por el “El País” en su edición digital, los seguidores de Ratzinger habían aceptado ya su “mea culpa”.

“La pedofilia no existe sólo en la Iglesia, pero tenemos que avergonzarnos de algunos casos”, decía Antonio Coelho, bibliotecario que se desplazó desde el sur de Portugal. Más contundente, Francisco Guerreiro, de 78 años, aseguraba que “alguien se aprovecha de todo esto para denigrar a la Iglesia”, y añadía: “Este Papa no oculta nada, y no ha permitido que nadie se camufle”.

Por otra parte, el periodista estadounidense John L. Allen, autor de la primera biografía de Joseph Ratzinger en inglés, también presente en Lisboa, aludió a la situación de la Iglesia católica con estas palabras: “Benedicto XVI es un gran profesor, pero tiene la clase casi vacía porque la escuela está en llamas”.


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