El centro islámico se construirá a dos cuadras de la Zona Cero, donde anteriormente estaban ubicadas las Torres Gemelas. |
“Por qué no los dejan descansar en paz, por qué hacernos recordar quiénes fueron los culpables”, dice Jesse Stern justo antes de entrar a su puesto de trabajo en la aglomerada zona del World Trade Center en Nueva York. “Si les importara la armonía entre todas las religiones no deberían venir a provocar más odio y resentimiento”, añade la analista de crédito de aproximadamente 38 años, quien asegura haber perdido a dos amigos aquel trágico día.
“Fácilmente la podrían construir en cualquier parte de la ciudad, ¿por qué aquí? Eso no es signo de fraternidad sino de victoria —añade otro hombre cuyo nombre no quiso revelar—. Y que además digan que construirán un memorial por nuestros muertos es un insulto, una falta de respeto”.
Así de caldeado está el ambiente en la ciudad por culpa de la mezquita que formará parte de un centro cultural islámico de US$100 millones y 13 pisos de altura. Lo que más molesta a sectores conservadores de la ciudad y del resto del país es que su construcción tenga que ser en el 45-47 Park Place a exactamente dos cuadras de la Zona Cero. “Este centro islámico fue concebido luego del 9/11 para buscar la tolerancia, integración y cohesión de la comunidad”, asegura Imam Feisal, vocero de la iniciativa Córdoba, organización que está detrás del proyecto.
Sin embargo las encuestas no piensan lo mismo. El último sondeo nacional de la firma encuestadora Rasmussen concluye que sólo el 20% de los estadounidenses está de acuerdo con este templo, mientras que el 54% se opone rotundamente a su construcción a escasos metros donde murieron más de 3.000 personas a manos de terroristas islámicos en septiembre del 2001.
Para Some Phanuf, un estadounidense musulmán, lo que ocurre actualmente es un simple y claro caso de intolerancia racial y religiosa. “Lo que un gran sector de este país quiere es satanizar al mundo islámico por completo y eso no se puede permitir”. Por su parte, Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, ha sido muy enfático al defender el derecho de la comunidad islámica a construir el controversial centro religioso. “Decir ‘no’ sería cercenar la libertad de cualquier otra religión a su derecho natural de congregarse, lo cual estaría en contravía del espíritu de este país y su Constitución”.
No obstante los que defienden la misma Constitución pero de distinta manera, los seguidores del Tea Party —encabezados por su líder natural, Sarah Palin— se han venido lanza en ristre contra Bloomberg y la Comisión de Preservación Urbana de Nueva York, que a mediados de agosto deben tomar una decisión definitiva sobre la construcción de dicho proyecto.
“Musulmanes pacíficos, por favor entiendan, la mezquita en la Zona Cero es una provocación innecesaria”, dijo enfáticamente la ex candidata a la vicepresidencia por el Partido Republicano a través de su cuenta de Twitter esta semana.
Kalif Yasser, practicante musulmán y estudiante de Negocios en la Universidad de Nueva York, no puede estar más en desacuerdo con Palin. “Nuestra religión ha sido secuestrada por terroristas y extremistas, por eso la construcción de este templo es la oportunidad de demostrar que el Islam no es sinónimo de destrucción y muerte, de que lo que pasó el 9/11 es rechazado ciento por ciento por nuestra religión. Es el momento de volver a ser parte de la comunidad y de que nos quiten el estigma”.
Maqueta de la mezquita que sería construída en la Zona Cero |
Por el momento y mientras llega la decisión final, el millonario televangelista Bill Keller, quien es conocido por sus férreos sermones en contra del pueblo musulmán, acaba de anunciar que de ser aprobado el proyecto construirá un iglesia cristiana justo en frente de la mezquita. “La construcción de este templo sería un escupitajo en la cara a la gente de Nueva York”, dijo Keller recientemente.
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