Los más de 100 obispos y arzobispos del país que conforman la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresaron su solidaridad con los cardenales Juan Sandoval Iñiguez y Norberto Rivera, en torno a su postura sobre las uniones homosexuales y la adopción por parte de personas del mismo sexo, lo cual consideran falta de respeto a la esencia del matrimonio.
"Lamentamos que al manifestar estos conceptos en la opinión pública existan quienes recriminen y amenacen alertando la intolerancia, cuando la tolerancia es la posibilidad de que todos expresemos nuestra opinión y posiciones", sostiene la CEM en un comunicado.
Manifestaron su "total desacuerdo" con el fallo emitido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que avala la adopción en el caso en cuestión.
Tras aclarar que su postura signifique falta de respeto a las instituciones del Estado, subrayaron que el momento que vive México requiere un debate de altura, en el que todos los miembros de la sociedad en su conjunto saquen adelante los múltiples problemas, como la inseguridad, violencia, corrupción y desempleo.
"En nuestra Patria, es urgente terminar con las ataduras de la intransigencia, de la exclusión, de los prejuicios de cualquier tipo y de clase, y que todos como hermanos nos esforcemos por construir un México donde todos quepamos y se respeten los derechos de todo individuo, donde la transparencia y el buen uso de las libertades democráticas hagan de nuestro país una nación próspera basada en los valores trascendentes".
En el comunicado, firmado por el presidente y secretario general de la CEM, Carlos Aguiar y Víctor René Rodríguez, respectivamente, los obispos consideran que equiparar con el nombre de matrimonio a estas uniones es una falta de respeto, tanto a la esencia del matrimonio entre una mujer y un hombre, expresado en la Constitución en su artículo Cuarto, como a las costumbres y la propia cultura que han regido por siglos.
"La Iglesia, de la que formamos parte todos los bautizados, vela por los derechos de los que no se pueden defender, y en este caso, los más débiles como son los infantes".
"Por eso los obispos, como pastores, basados en la ley natural y en nuestra fe, siempre nos hemos puesto de lado de los derechos de los no nacidos, de los que no pueden valerse por sí mismos, de los que son vejados y explotados en todo ámbito".
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