Oscar Rivas, director del Instituto que entregó al alto tribunal diversos estudios sobre las consecuencias negativas que pudieran tener los niños adoptados por parejas homosexuales, lamentó las posiciones de algunos ministros expuestas el jueves, a favor de que este tipo de matrimonios tengan la posibilidad de adoptar.
Dijo que quienes se pronunciaron de forma abierta por permitir la adopción a las pajeras del mismo sexo, expresaron sus posiciones personales e ideológicas y evadieron el debate científico en un tema de trascendental importancia para el desarrollo de los menores adoptados.
Apuntó que los menores susceptibles de adopción vienen de un periodo difícil de abandono, de carencia de un padre y una madre y "lo que la Corte buscó aprobar es que a esos niños el Estado no les restituya lo que perdieron, un padre y una madre, sino una pareja formada por hombre-hombre o mujer-mujer".
Coincidió con Sergio Aguirre Anguiano, único ministro que se ha mostrado en contra de esta posibilidad, en el sentido de que estos niños ya han sufrido el trauma de haber sido rechazados por la sociedad, discriminados y que merecen el mejor ambiente que a ellos les garantice reincorporarse a la sociedad.
Por el contrario, señaló que la posición de Ramón Cossío Díaz, de considerar que la petición de estudios científicos podría generar una situación discriminatoria, es una visión que privilegia los intereses de las parejas del mismo sexo y se aleja de aquellos que buscan el bienestar de los niños.
Añadió que esta es una visión "simplista" que deja de lado los preceptos legales establecidos en la Constitución que mandatan que el Estado debe garantizar el bien superior del menor, así como la mayoría de las corrientes psicológicas del mundo, que definen que el ambiente ideal para que un niño crezca es la figura paterna y la figura materna.
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