viernes, 18 de junio de 2010

Cede Israel a presión internacional, levanta asedio parcial a Gaza


Israel cedió finalmente este jueves a las presiones internacionales y levantó parcialmente el asedio a la franja de Gaza en una medida que, sin embargo, no convence al Movimiento de Resistencia Islámica (HAMAS).

Cuatro años tardó Israel en revocar la decisión que tomó el anterior primer ministro, Ehud Olmert, después del secuestro en 2006 del soldado Gilad Shalit, en un intento del actual jefe del Gobierno, Benjamín Netanyahu, de restaurar la imagen internacional de Israel.

“Israel ampliará el ingreso controlado de materiales para proyectos civiles”, anunció Netanyahu, quien para frenar a las posturas más derechistas en su gobierno aseguró que “se mantendrán las medidas de seguridad para impedir el ingreso de armas” a la franja.

La decisión adoptada por los siete ministros más importantes del ejecutivo nacional es una resolución de formato, es decir que no tiene aún contenido práctico, porque para ello se deberá alterar la lista de 500 productos que Israel dejaba entrar en Gaza.

Esta lista fue elaborada con base en argumentos de seguridad cuando HAMAS se apropió del poder en ese territorio, un año después del secuestro de Shalit, y para impedir que los islámicos contrabandearan armas o emplearan productos civiles en su fabricación.

Así, por ejemplo, Israel prohibió la entrada de materiales de construcción como aluminios y hierros porque con ellos se fabricaban cohetes.

Netanyahu explicó que el gobierno se reunirá “en un futuro próximo” para decidir qué “pasos adopta para la implementación de esta política” y resaltó que, al hacerlo, espera que “la comunidad internacional trabaje para conseguir la inmediata liberación de Shalit”.

El establecimiento de una relación entre ambos temas trata de satisfacer las necesidades políticas internas del primer ministro, que se enfrenta a una oposición derechista que le presiona para no responder a las exigencias de la comunidad internacional.

Estas presiones comenzaron a raíz de la muerte de nueve activistas turcos (uno de ellos también estadunidense) en el ataque israelí el pasado 31 de mayo a la Flotilla Libertad, lo que desató una intensa campaña para mejorar la situación de Gaza, donde viven un millón 500 mil palestinos.

Informes de entidades financieras de renombre como el Banco Mundial o la propia agencia de refugiados de la ONU advierten desde hace años que la situación es de “crisis humanitaria” y que no es suficiente la ayuda que Israel deja entrar de unos 120 camiones diarios.

La aplicación del bloqueo se guiaba por una lista de 500 productos autorizados, de la que quedaban excluidos productos tan básicos como caramelos o papas fritas.

“¿Que esperaban que hiciéramos con las papas fritas, que las lanzáramos en cohetes?”, se pregunta Yehía, un padre de familia que reside en la franja y que confirmó que hace ya algunas semanas, antes del ataque a la Flotilla, Israel permitió la entrada de “productos prohibidos”, como zapatos o ropa.

Estados Unidos y el enviado del Cuarteto, Tony Blair, propusieron a Israel cambiar la mentalidad del bloqueo para, en lugar de aplicar una lista de “productos autorizados”, se tuviera una lista “productos prohibidos”.

Esto debido a que la comunidad occidental respalda a Israel y también a Egipto en que no es posible abrir completamente Gaza mientras el poder lo ostente HAMAS, porque el tráfico de armas sería peligroso.

Nir Hefetz, portavoz del primer ministro, comunicó en una nota de prensa que en realidad lo que cambia es el “método del bloqueo”, lo que responde a los planteamientos de Estados Unidos y Blair.

Algunos medios exponen también que Israel tratará en el futuro de desconectarse de la franja mediante el cierre de pasos fronterizos con su territorio, de forma que los palestinos sólo podrían salir a través del paso de Rafah, que está en la frontera con Egipto.

Para reducir la presión internacional también se estudiaría la anulación del bloqueo aéreo y marítimo, con la única salvedad de que los barcos serían revisados en alta mar por Israel para garantizar que no llevan armas.

Este plan, no confirmado oficialmente, volcaría en Egipto una responsabilidad que su gobierno no quiere asumir, dadas las sensibilidades que despierta el tema de Gaza, que siempre se ha perfilado como una zona problemática por lo turbulento de su realidad política.

Contrariamente a la Unión Europea y Estados Unidos, que mostraron satisfacción con la decisión, HAMAS recibió la noticia con apatía y alegó que “se trata de una ilusión para legalizar el asedio ante la comunidad internacional”.

“Es un fraude destinado a embellecer el bloqueo, para garantizar su continuidad y convertirlo en legal con el respaldo de la comunidad internacional”, declaró Sami Abu Zuhri, portavoz del grupo islámico.

El portavoz sostiene que lo que se necesita no es ampliar la lista de productos permitidos, sino “levantar todas las restricciones, abrir los pasos, garantizar el libre paso de personas y dejar que entren productos prohibidos por Israel, sobre todo los materiales de construcción”.

“Desde nuestro punto de vista la decisión (israelí) no tiene ningún valor, por eso llamamos a continuar con las actividades para luchar contra el boicot”.

El portavoz aludía a la intención de grupos humanitarios internacionales de seguir enviando barcos a la franja, como el que asaltó el Ejército israelí y que dio lugar a la decisión de hoy del gobierno de Israel.



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