viernes, 30 de diciembre de 2011

EEUU e Irán cruzan espadas en el estrecho de Hormuz








Según informó el jueves Arab Press Network citando al portavoz militar iraní el almirante Seyyed Mahmoud Mousavi, un avión de reconocimiento de la Armada iraní descubrió un portaaviones estadounidense vigilando los ejercicios navales iraníes y captó su imagen de vídeo y fotográfoca. Los medios árabes revelan que se trataría del “USS John C. Stennis CVN-74”, uno de los mayores portaaviones estadounidenses. 


Al comentar la situación, el Portal Arabe afirma que la disputa entre ambas partes no se limita a intercambiar acusaciones verbales sino se está convirtiendo en un “forcejeo corporal”, y a juzgar por la evolución de la situación, no se excluye la posibilidad de desencadenar un conflicto militar por descuido. 


Los ejercicio navales “Velayat 90”, que ha entrado en el sexto día, se realizan en una zona marítima desde el golfo de Oman al Este del estrecho Ormuz y hasta el golfo Aden, y no en el estrecho Ormuz. Las informaciones sobre las actuales maniobras reveladas por las autoridades iraníes insinuan que Irán tiene la capacidad de cerrar el estrecho Ormuz.


Hormuz es una de las vías fluviales más importantes para el comercio de crudo internacional, y el único canal para la exportación del 90 por ciento de los hidrocarburantes de Arabia Saudi, Irán, Irak, Emiratos Arabes Unidos, Kowait y Qadar al mercado mundial, debido a la insignificante envergadura de los actuales oleoductos terrestres para el transporte de crudo. Las estadísticas muestran que más de la tercera parte del comercio marítimo de crudo depende del paso por el Hormuz. 


Según los medios árabes, los actuales ejercicios navales iraníes programados de 10 día son los que duran más tiempo, de medida sin precedentes y con el objeto bien definido: fortalecer la vigilancia y control de Hormuz e incluso cerrarlo cuando la situación se haga tensa y necesite tomar acciones. Irán está consciente de que el paso por Hormuz constituye un punto vulnerable para el transporte de crudo y que el cierre significa controlar la arteria vital económica y política de Occidente. Prácticamente, un tal cierre de Hormuz no resultaría muy díficil y complicado, e inclusive, fácilmente obstruiría la navegación con barcos mercantes hundidos, para no hablar de los posibles ataques iraníes con yates a motor. 


A principios de las maniobras iraníes, EEUU tomó una actitud expectante y discreta. Sin embargo hizo una enérgica reacción ante las declaraciones iraníes de disponerse a cerrar Hormuz. La teniente Rebecca Rebarich, portavoz de la Quinta Flota Naval de EEUU dijo que para su país es intolerable cualquiera cierra el Hormuz y que la Armada estadounidense está dispuesta a rechazar toda “acción malintencionada”. 
Al comentar la opción de la oportunidad por parte de Irán para los actuales ejercicios navales, considerados los mayores en los últimos años, medios locales afirman que se trata de una respuesta iraní a la “guerra oculta” desencadenada por EEUU, Israel, Gran Bretaña y otros países occidentales, especialmente a las sanciones de la UE y EEUU contra el banco central de Irán y su exportación de petróleo, que serán fatales para el país. 


Por su parte, los medios revelan que la Casa Blanca también se preocupa de la imprevisible respuesta iraní que provoquen las sanciones. En sus esfuerzos por mantener estable la economía y lograr la reelección de Obama, el gobierno estadounidense no desea ver el estallido de una guerra inmanejable en la zona del golfo. Para Irán, el cierre del golfo Hormuz también impediría la exportación de su propio petróleo e indudablemente dañaría sus propios intereses, a pesar de que el paso constituye el punto vulnerable para Occidente. 

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