“Doy un aviso a los países del Golfo: no se coloquen en una situación peligrosa”. Quien amenaza es el ministro de Exteriores iraní, Ali Akbar Salehi, y la situación que apunta es la injerencia en su política, o sea, que esas naciones aumenten su producción de petróleo ante las sanciones contra Teherán (Arabia Saudí), que busquen mercados en países hasta ahora clientes bien (China, el más codiciado), o que avalen el refuerzo militar de EE UU en la zona (Arabia, EAU, Kuwait, Irak).
En una entrevista al canal turco NTV, dijo que nunca han querido cerrar Ormuz, paso para un cuarto del crudo mundial, advertencia hecha tres veces por su gabinete. Ahora, afirma, quieren “la paz en la región”.
El canciller se refirió a una supuesta carta, de contenido desconocido, en la que EE UU ofrecería diálogo sobre el programa nuclear iraní para evitar una operación armada. Salehi exigió a Washington que no les pida que previamente frenen las investigaciones atómicas, como ahora. “En público muestran fuerza pero tras la cortina piden que nos sentemos, deben ser honestos”, criticó.
También reveló contactos con “grandes potencias” de cara a ese diálogo, pero EE UU y la UE lo niegan. No hay comunicación desde octubre.
Bruselas aprobará el lunes un embargo petrolero y la congelación de activos del Banco Central iraní, las sanciones más arriesgadas, pues pueden elevar el precio del crudo.
Francia las defiende porque Irán es capaz de tener una bomba atómica “en un año”, “los israelíes no esperarán a un ensayo” y pueden atacar en verano y así, presionando al máximo, es la forma de hacerlos recapacitar, informó Le Monde. Un ataque reforzaría el integrismo y no impediría la bomba. “Deben elegir entre la viabilidad del régimen o esa bomba”, añade París. El Jefe de Estado Mayor conjunto de EE UU, Matin Dempsey, está ya en Israel para convencer al primer ministro Netanyahu de que espere a que las sanciones surtan efecto antes de decidir atacar Irán.
El responsable del OIEA, Yukiya Amano, insistió también en el Financial Times Deutschland en que los datos que tiene “sugieren el desarrollo de armas nucleares” por parte de Irán. En la visita que sus expertos harán del 29 al 31 de enero, pedirán visitar todas las plantas nucleares, también las militares.
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