MÉXICO (Notimex).— En el día del sacerdocio y tras los escándalos de abuso sexual en algunas congregaciones de la Iglesia Católica, prelados de la Arquidiócesis Primada de México pidieron no juzgar ni medir a todos por igual.El sacerdote Miguel Angel Urban, de la Parroquia de la Natividad, ubicada en Eje Central en la capital del país, saludó el duro mensaje del cardenal Norberto Rivera Carrera con respecto a que no tolerará la pederastia.
Se dijo convencido de que para los sacerdotes es muy oportuno que se hagan estas exigencias; “yo creo que cada momento de la historia va teniendo su compás, sus exigencias, me parece que este mensaje responde a la problemática del mundo actual”, expresó.
Angel Urban, quien tiene 25 años de que se ordenó como sacerdote, opinó que en el caso del padre Maciel “no creo que en la Iglesia en general se tuviera conciencia de la realidad que había y de su gravedad”.
“Yo creo que la feligresía se deja influir por los medios de comunicación que en este momento están siendo demasiado expresivos, pero finalmente puede ser un beneficio para la Iglesia porque ciertamente, la feligresía acabará tarde o temprano discerniendo”.
Entrevistado en la Catedral Metropolitana, al término de la misa de la bendición de los santos oleos, encabezada por el arzobispo primado de México, lamentó que algunos juzguen a todos los sacerdotes por igual.
Indicó que quienes han caído en falta “yo creo que es una minoría y doy gracias a Dios de verdad que en la Iglesia haya una exigencia interna muy fuerte respecto a los sacerdotes, cosas que no hay en otros ámbitos”.
En la Arquidiócesis se trata de poner mucho cuidado, pero de cualquier forma, admitió el sacerdote, “la libertad individual siempre escapa a las normas que puede haber generales”.
A su vez, Rafael López López, misionero del Espíritu Santo, profesor en el Seminario Mayor, así como en las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) e Intercontinental (UIC), admitió que la Iglesia está compuesta por justos y pecadores.
Explicó que la Iglesia busca lograr el pleno perfeccionamiento, pero "¿cuántos de nosotros, como dijo el cardenal, no cumplimos con nuestro deber y estamos ensuciando el rostro de la Iglesia y por unos cuantos enrolan a todos los demás y eso no es justo".
Pero lo que sí es permitido “es que nos hagan ver la podredumbre de la Iglesia que existe, que debemos de sacarla para que se cure la llaga, no tenemos miedo”, indicó el profesor con 49 años como sacerdote.
Aseguró que “somos conscientes de la situación actual crítica en la cual estamos viviendo, pero precisamente qué fuerza, qué valentía del cardenal para denunciar con una energía y al mismo tiempo con una sinceridad extraordinaria la situación de la Iglesia”.
“Tenemos muchas cosas sucias, tenemos mucho que limpiar, pero no tenemos miedo a declarar la verdad ni tampoco estamos desalentados”, resaltó el sacerdote López López, al reconocer que incluso sabe de dos padres suspendidos por esa razón.
Rafael López, quien tiene cinco doctorados y cuatro maestrías, aseguró que “somos duros en el seminario, les hacemos test psicológico, biológico, comunitario y de capacitación intelectual”; y por eso “exigimos que no nos entreguen ya la basura de lo que sobró, el sacerdocio es un don”.
La casa de Dios, insistió, ''hay que desempolvarla y quitarle las telarañas, quitarlas con fuerza, con energía y sobre todo, con una esperanza''; se mostró optimista y aseguró que “la Iglesia saldrá garante ante nuestros pecados”.
En tanto, Carlos González Mercado, secretario particular del obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, Jonás Guerrero, consideró que el mensaje del cardenal está “muy a la altura”.
La llamada de atención por “las situaciones que ya sabemos y sobre todo informarle a la ciudadanía, a los medios de comunicación, que de parte del cardenal en las cuestiones civiles, jurídicas, no hay ningún entorpecimiento ni oscuridad; si no que apela por aclarar estos delitos”.
El sacerdote González Mercado, rector del Espíritu Santo, en la Unidad Picacho, llamó a los fieles a seguir rezando y a las personas que sepan algo a denunciarlo.
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