aceptó hoy la renuncia del obispo de Augsburgo, Alemania, Walter
Mixa, quien la había presentado su dimisión hace unos días, tras
reconocer que había maltratado a un grupo de niños en un orfanato.
En un breve comunicado la sala de prensa del Vaticano informó
que el pontífice hizo efectiva la dimisión del también prelado
militar alemán en conformidad del artículo 401.2 del Código de
Derecho Canónico, la ley fundamental de la Iglesia católica.
Ese apartado establece que un obispo debe dimitir si se
encuentra imposibilitado para continuar su trabajo por enfermedad o
"por causas de fuerza mayor".
A fines de abril, Mixa presentó su renuncia ante el obispo de
Roma tras reconocer públicamente que golpeó a alumnos de un orfanato
católico de Schrobenhausen (sur del país) en las décadas de 1970 y
1980.
La conducta del prelado salió a la luz luego de la publicación
en la prensa de los testimonios de los ex estudiantes agredidos.
Aunque en un primer momento negó las acusaciones, finalmente admitió
sus actos y pidió perdón por ellos.
"Siempre tuve conciencia de mis propias debilidades" en "40 años
de sacerdocio y 14 años en el servicio episcopal", señaló Mixa en el
comunicado con el cual anunció su renuncia.
"Pido una vez más perdón a todos aquellos con los que pude ser
injusto y a todos aquellos a los que provoqué problemas", agregó.
La salida de prelado militar se dio en medio de una fuerte
crisis de la Iglesia en Europa por los casos de abusos sexuales a
menores de parte de sacerdotes y que no ha embestido sólo a Alemania,
también se ha extendido a Austria, Bélgica, Holanda e Irlanda.
En los últimos dos años cuatro obispos irlandeses dimitieron por
estos escándalos, otro clérigo de Noruega y uno más en Bélgica.
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