GUADALAJARA, JALISCO.- El Superior General de la Compañía de Jesús, Adolfo Nicolás Pachón, pidió a sus fieles abrirse a los grupos laicos que comparten la misma visión que la orden religiosa que encabeza.
Durante la conferencia que dictó en el Auditorio “Pedro Arrupe”, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Nicolás Pachón habló de los retos que actualmente enfrentan los jesuitas, de los que dijo, “son exactamente los mismos retos de ustedes, los retos de la humanidad”.
Erradicar la guerra, la violencia, la marginación social, la injusticia, son algunas de las tareas pendientes. La educación, que es “el gran reto de la humanidad”, puntualizó el padre, debe de ser “abierta” para un mundo complejo que cada vez demanda más cosas de ella.
Otra de las labores que se deben de emprender, continuó el Superior General, es la integración de la fe en la justicia, “una justicia que nace a partir de la idea de que Dios es padre de todos”. Auxiliar al prójimo en su proceso de transformación, agregó, es otra de las tareas que se deben de atender. “La educación –indicó Nicolás Pachón siguiendo a San Ignacio– es el sitio más adecuado para la trasformación”.
Otro reto, comentó el padre, consiste en “buscar puentes”. En ese sentido, criticó el hecho de que aunque actualmente existan más medios que facilitan la comunicación entre las personas, la sociedad esté cada vez menos unida.
Dijo que gran parte de los 18 mil 500 miembros que integran la orden religiosa alrededor del mundo viven en países de Latinoamérica, África y Asia, por lo que “se tiene que prever el futuro de la Compañía en esa línea”.
Finalmente, Nicolás Pachón pidió a la comunidad que encabeza ir más allá de los grandes retos que enfrentan y no perder la creatividad que caracterizó a los primeros jesuitas que se asentaron en tierras latinoamericanas.
Telón de fondo
Progresista incluyente
En Adolfo Nicolás Pachón, de talante progresista en lo teológico, se ha visto la línea de Pedro Arrupe (superior general de la Compañía de Jesús entre 1965 y 1983), y no se identifica plenamente con las tesis de Benedicto XVI; sus posiciones ideológicas se encuentran alejadas.
Antes de que el teólogo español fuera puesto al frente de la Compañía de Jesús, Benedicto XVI envió un claro mensaje a los jesuitas, recalcando la necesidad de que la Compañía se mantenga fiel al Papa. En su carta de saludo a la Congregación General (10 de enero de 2008), reiteró que:
“Para que todo esto funcione adecuadamente, sería de enorme utilidad que la Congregación reafirmara, en el espíritu de San Ignacio, su total adhesión a la doctrina católica, en particular a los puntos neurálgicos que son atacados con dureza por la cultura secular”.
Al día siguiente de su elección en la Compañía, Nicolás Pachón subrayó que “hay que aceptar lo diferente, sonreír ante las dificultades, ante la imperfección humana, ante la realidad humana”, porque “la verdadera religiosidad es ir al fondo de las cosas, al fondo de las personas, tanto si hablamos de Dios, como si hablamos de nosotros mismos”.
Para saber
Al general de los jesuitas se le conoce como “Papa Negro” porque, como el Pontífice, tiene influencia en la Iglesia Católica, suele mantenerse en el cargo de por vida, pero sobre todo porque lleva sotana de color negro, en contraste con la vestimenta blanca del Papa.
Adolfo Nicolás Pachón es el vigesimonoveno sucesor de San Ignacio de Loyola, fundador de la orden creada en el Siglo XVI. El cargo tiene carácter vitalicio, aunque en su caso, puede renunciar si lo considera conveniente y en conciencia.
Peter Hans Kolvenbach es un caso excepcional; es el primer prepósito que renuncia en cuatro siglos y medio.
Perfil
Adolfo Nicolás Pachón fue nombrado Superior General de la Compañía de Jesús el 19 de enero de 2008, convirtiéndose en el séptimo español en estar al frente de los Jesuitas.
El sucesor del holandés Peter Hans Kolvenbach nació el 29 de abril de 1936 en Palencia, España. Es licenciado en Filosofía, estudió Teología en Japón, donde en 1967 fue ordenado sacerdote y también es Doctor en Teología por la Universidad Gregoriana, Roma.
En el Continente Asiático permaneció por 44 años. Se incorporó a la Universidad de Sophia en Tokio como profesor de Teología Sistémica, fue director del Instituto Pastoral de Manila; de 1991 a 1993 fue rector de la casa de estudiantes jesuitas en Tokio. A su salida, y hasta 1999, fue provincial de Japón, y de 2004 a 2008 se desempeñó como moderador de la Conferencia Jesuita de Asia Oriental y Oceanía.
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