El LHC es la parte principal del experimento científico más importante del siglo, que se lleva a cabo en un túnel circular de unos 27 kilómetros, excavado a entre 50 y 175 metros de profundidad en la frontera entre Suiza y Francia. Los científicos del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) consiguieron el pasado 30 de marzo inyectar haces de partículas a una energía de 7 TeV (teravoltios) y recrear el primer Big Bang de laboratorio. Las colisiones crearon simulaciones a pequeña escala de la explosión primigenia que ocurrió hace 13.700 millones de años, cuando se cree que se formó el Universo.
Desde entonces, la máquina no ha parado de producir éxitos. En abril, el CERN anunciaba que el LHC había conseguido en una semana 10 millones de mini Big Bang. El pasado fin de semana duplicó las colisiones por segundo. El físico Andrei Golutvin, científico del CERN, asegura que este logro supone un punto de inflexión para convertir la gigantesca instalación en la más poderoso colisionador de partículas del mundo, según informa la BBC.
Rivalidad tecnológica
Las palabras de Golutvin ponen de manifiesto la rivalidad de los físicos europeos con sus colegas norteamericanos del Fermi National Accelerator Laboratory (Fermilab) en Illinois , que manejan elacelerador de partículas Tevatron. Esta máquina ha operado a intensidades más altas, pero el récord de colisiones pertenece al LHC. Los europeos también esperan ganar al Tevatron en intensidad de energía, ya que esperan alcanzar los 14 TeV en 2013.
El objetivo de los investigadores es desvelar los secretos del cosmos, como la composición de la materia oscura o si hay más dimensiones de las cuatro conocidas. También se pretende encontrar el escurridizobosón de Higgs, una partícula subatómica conocida como la «partícula de Dios» que explica por qué la materia tiene masa, e incluso la posibilidad de recrear un agujero negro, para temor de los más agoreros.
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