martes, 29 de junio de 2010

Oran en el Vaticano por seguridad en México

Durante una celebración con el Papa en El Vaticano, los prelados mexicanos dijeron que es momento para que la Iglesia contribuya a difundir valores

Los arzobispos mexicanos Constancio Miranda Wekcmann y Carlos Garfias Merlos llevaron hoy hasta El Vaticano sus oraciones por la seguridad y la paz en México, durante una celebración con el Papa Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro.

En entrevista por separado, los prelados, que recibieron este martes la indumentaria litúrgica del palio de manos del pontífice, confiaron en la unidad y la solidaridad de los mexicanos para superar los episodios de violencia en el país.

"Es un momento para que la Iglesia contribuya en la formación de mejores familias, en difundir valores y las virtudes cristianas de la unidad, la ayuda, la solidaridad; eso traerá y contribuirá a la paz", consideró Miranda Wekcmann, arzobispo de Chihuahua.

Aseguró que las dificultades constituyen un reto de conversión personal y comunitaria para que cada quien pueda aportar lo suyo y, entre todos, restituir la tranquilidad perdida.

"Siempre recurrir donde está Pedro aviva nuestra esperanza de trabajar por un mundo nuevo y una Iglesia que colabore no sólo en el ámbito religioso, sino en todos los campos, contribuya a crear una sociedad más justa, una sociedad más habitable", apuntó.

El arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, calificó por su parte al momento de conflicto que vive México como un "llamado claro" a la colaboración de autoridades civiles, organizaciones sociales e Iglesia para generar un ambiente de confianza y serenidad.

"Los obispos hemos llamado a la corresponsabilidad, porque sólo transformaremos la violencia en un ambiente de paz si todos nos hacemos corresponsables y logramos juntos construir una sociedad donde pueda aparecer la seguridad y la paz", apuntó.

En la festividad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, los arzobispos fueron investidos por el pontífice con una banda de lana blanca bordada con cruces negras, símbolo de su autoridad como representantes eclesiásticos y de adhesión con el Papa.

En la celebración participó un grupo de fieles mexicanos, entre los invitados estuvo presente el coordinador de Asuntos Religiosos del estado de México, Roberto Herrera Mena, quien representó al gobernador de esa entidad Enrique Peña Nieto.

Herrera Mena dijo que su participación en la ceremonia tuvo como objetivo el 'acompañamiento y la atención' hacia dos ex obispos del estado de México porque Peña Nieto suele tener 'una relación muy estrecha' con la Iglesia.

Antes de ser nombrados como representantes eclesiásticos en Chihuahua y Acapulco, Weckmann y Garfias dirigían las diócesis de Atlacomulco y Nezahualcóyotl.

Acompañando al delegado del estado de México estuvo el secretario para las Relaciones Públicas de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Manuel Corral Martín. 


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