domingo, 31 de octubre de 2010

Santa Muerte: Un culto a la idolatría

"El máximo enigma de la vida humana es la muerte". Sin embargo, la fe en Cristo convierte este enigma en certeza de vida sin fin. Él proclamó que había sido enviado por el Padre "para que todo el que crea en Él no muera, sino que tenga la vida eterna" (Jn 3,16) y también: "Esta es la voluntad de mi Padre, que todo el que ve al Hijo y cree en Él tenga vida eterna; yo le resucitaré en el último día" (Jn 6,40). Por eso, en el Símbolo Niceno-Constantinopolitano la Iglesia profesa su fe en la vida eterna: "Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro".Los sufragios por los difuntos CAP. VII-248

La creciente devoción a la Santa Muerte se ha nutrido de un vastísimo sincretismo religioso mexicano que entreteje las raíces prehispánicas con el catolicismo barroco español y trazos de santería. Sólo por hacer una relación de la palabra muerte y con motivo de las fiesta de Día de Muertos, los seguidores del culto a la Santa Muerte confunden a la sociedad.

Antecedentes Históricos.

Algunos pueblos de Mesoamérica tenían la costumbre de adorar bultos hechos con objetos sagrados colocados en altares familiares, en los que se guardaban los restos óseos de antepasados, los consagraban igual que a las representaciones de sus deidades y les prodigaban cultos familiares, cita el etnólogo Jesús Chamorro Cortés en el libro “Los orígenes del culto en México”(1998).

Desde sus inicios, la cultura mexicana ha mantenido una relación cercana y hasta reverente hacia la muerte, relación que con el tiempo se convirtió en un culto que llegó a extenderse por muchos rincones y civilizaciones del México antiguo, entre ellos la de los mexicas.

El culto a la muerte existe en México desde hace más de tres mil años. los antiguos pobladores de lo que hoy es la república mexicana concebían a la muerte como algo necesario y que le ocurre a todos los seres en la naturaleza. Tenían por seguro que los ciclos en la naturaleza como la noche y el día, la época de secas y lluvias eran el equivalente a la vida y la muerte.

Comenzaron a representar a la vida y la muerte en figuras humanas descarnadas por la mitad. Estas imágenes simbolizaron la dualidad entre lo vivo y lo muerto, lo que llevamos dentro y fuera, la luna y el sol. Podemos decir que es entonces cuando comienza un culto a la muerte que se extiende por todos los rincones del México antiguo y son devotos muchísimas culturas como los mayas, zapotecos, mixtecos, totonacas y otras más.

Pero uno de los pueblos dónde el culto a la muerte adquirió más fuerza fue el de los mexicas o aztecas. Este pueblo considerado como uno de los más aguerridos de que se tenga noticia llevó a los extremos la devoción a la muerte.

La 'Santa Muerte', imagen adorada en México

Frente a un contexto mundial diario de ejecuciones y masacres, en el que enfermedades, hambre y tempestades naturales muestran su poder sobre la vida humana, un culto que aún ronda en lo clandestino cobra mayor fuerza en México. Calificado como ritual satánico por los dirigentes de las iglesias cristianas, la adoración a la figura mexicana de la Santa Muerte o Santísima Muerte conlleva oraciones y peticiones por salud, amor, suerte, dinero y protección.

Al fondo de un comercio de la calle 53 de la ciudad capital, las puertas de vidrio se abren. Un olor penetrante a rancio y viejo golpea el sentido olfativo. Una pequeña habitación de losetas blancas muestra sus entrañas, mientras que las velas de plástico iluminan un par de repisas de cemento en las que se encuentran figuras cadavéricas, ataviadas con vestidos de colores escarlata, blanco y negro.

El silencio lo rompe un murmullo. Es una plegaria que se eleva del cuerpo postrado ante la grandeza de la figura erguida. Es un rezo por la vida a la Santa Muerte. El incienso inunda la habitación. Desde una esquina del fondo una silueta de dos metros de alto parece observarlo todo con las cuencas de sus ojos vacíos, que parecen tragarse la luz.

Sus manos dan testimonio de su oficio, al que muchos de sus creyentes llaman “penosa tarea”. Es la imagen de la Santa Muerte que está lista para recibir su ofrenda para conceder la petición4.

Dependiendo de la petición del fiel, es el color de la muerte que se debe de escoger para colocar en el altar: Blanca, salud; negra, fuerza y poder; morada, para abrir caminos; café, para embocar espíritus del más allá; verde, para mantener unidos a los seres queridos; roja, para el amor y la amarilla, para la buena suerte.

Se dice que su día oficial es el 15 de agosto, declarado como "Día de la Santa Muerte" por sus fieles.

Aunque la Iglesia Católica condena esta veneración, denominándola como pecaminosa, algunos asocian esta práctica con la Iglesia. Mientras tanto a la mayoría de sus seguidores parece no importarle la contradicción entre su religión y el culto pagano a "La Santa".

Por ello, se organizan rituales similares a los cristianos, incluyendo procesiones y oraciones con el fin de ganar su favor. Muchos hasta llegan a erigir su propio altar en su hogar, oficina o negocio para sentirse protegidos por ella. El altar suele consistir de una estatuilla cuyas medidas va de 15 centímetros a tamaño humano, rodeada de distintas ofrendas, entre las cuales se encuentran arreglos florales, frutas, inciensos, vinos, monedas, dulces y golosinas, además de velas, cuyo color varía de acuerdo a la petición.

La gente acude a ella para pedirle milagros o favores relacionados con el amor, la salud o el trabajo. Por otro lado, también se le pide por fines malévolos, tales como la venganza y la muerte de otros. Sus simpatizantes suelen identificarse al portar algún dije o escapulario de su imagen, mientras que otros optan por llevar su figura de manera indeleble, al tatuársela en la piel. En su mayoría sus fieles son considerados delincuentes, narcotraficantes, asaltantes y personas de bajos estratos, dedicadas al comercio informal, ambulantaje o piratería, aunque también algunos posicionados rinden devoción a esta figura. La Santa Muerte la adoran o veneran sobre todo personas que cotidianamente ponen en riesgo sus vidas, aunque otros también la invocan para proteger y recuperar la salud, artículos robados o miembros de la familia secuestrados. Es algo que empieza a ser usual en México.

Puede ser representada como figura masculina o femenina. En la primera lo visten de manera tenebrosa, con guadaña y rosario; en la segunda vestida con túnica larga blanca de satín y corona de oro. La figura es humana andrógina, aunque tiende a tener más semejanza con la figura femenina, por la idea de que si nacimos de una mujer, morimos por una.


El Guía

Como sabemos todo grupo tiene un líder, en este caso David Romo es la figura más popular de este culto a la Santa Muerte, sobre todo entre la gente joven. Es el arzobispo primado de la Iglesia Católica Apostólica Tradicional México-USA que le profesa culto en su santuario de la capital mexicana. El polémico religioso, con un pasado militar, lo mismo casa a artistas que es solicitado por priístas por sus sainetes en el Congreso, y enfrenta a la jerarquía católica apostólica y romana por estar casado, promover el uso de anticonceptivos.

En sus misas del Santuario Nacional de la Santa Muerte, en Bravo número 35, en un barrio popular de la Venusiano Carranza es común ver los rostros frescos y esperanzados de una juventud que, en contraste, carga figuras mortuorias para ser bendecidas.

El promueve el uso del condón femenino y masculino, el de la píldora del día después, acepta el aborto en casos de violación y se manifiesta en contra del mito de la virginidad.

Además, abrió las puertas de su iglesia a homosexuales y travestís.

Esto nos hace supone que tal vez el culto aumenta entre la población que de alguna forma tiene que esconder algo no legal y/o que le haga sentir un cierto rechazo de la sociedad mexicana actual.

Declaraciones de los obispos de México:

1. El obispo que supuestamente sigue esta secta NO está ordenado sacerdote
2. Es una secta
3. La autodenominada “Iglesia católica tradicional, misioneros del Sagrado Corazón y de san Felipe de Jesús”. NO son católicos, ni tradicionalistas. Tampoco son una iglesia.
4. quienes caen en este tipo de culto son personas que se encuentran desesperadas, pero no por una crisis económica, sino por una crisis de fe.
5. Los católicos que caen en este culto deben saber que es un pecado grave: idolatría (“devoción popular” sin ningún soporte doctrinal ni justificación teológica)

Y advierten a los seguidores de la santa muerte que “esto no es un juego, ni la muerte es una deidad divina, detrás de ese culto hay algo diabólico y la gente debe tener mucho cuidado. Detrás de esto está el reino del maligno y la gente puede ser víctima de una posesión diabólica".

La Iglesia católica alerta sobre el peligro que representa adorar a la “santa muerte”, dado que esto trae como consecuencia pérdidas de algún familiar o desgracias en los hogares.

No es una devoción católica

El culto a la Santa Muerte se ha extendido de tal forma en México que quienes lo profesan han decidido no ocultar más su fervor y han puesto altares en la calle para que cualquiera que requiera su ayuda pueda invocarla.

Sus promotores la presentan como una «entidad espiritual» que ha existido siempre, desde el principio de los tiempos hasta nuestros días, por lo que maneja una energía denominada «energía de la muerte», capaz de materializarse en una figura, que concentra tanto la fuerza creadora como la destructora del universo. Según ellos, el creyente en la Santa Muerte puede aprender a manejar esta fuerza, que emana de sus imágenes consagradas, puesto que la Santísima (otro de sus nombres) es una de las protecciones más fuertes que existen.

Para sus devotos, la Señora, como la llaman afectuosamente, es capaz de aparecerse y manifestarse corporalmente o imprimir sus imágenes en diversos lugares. En libros y revistas en los que se promueve su culto, narran las intervenciones milagrosas que han vivido, en las que la Santa Muerte los ha librado de múltiples peligros y les ha ayudado a resolver problemas complicados.

¿Qué decir al respecto? Que se trata de una superstición más, que en este caso se manifiesta dando características humanas y divinas a un fenómeno tan natural como la muerte, que no es ni una persona ni siquiera una cosa o fuerza. Podríamos definirla simplemente como el término de la vida.

Conviene señalar que los católicos que rinden culto a la Santa Muerte y a sus imágenes, están haciendo un pecado gravísimo, pues les están atribuyendo poderes que no tienen ni tendrán jamás. Por otra parte, en vez de poner la propia confianza en Dios, la ponen en una supuesta entidad (o ser) espiritual que, sencillamente, no existe. En realidad, la Santa Muerte no es una persona. Es sólo un fenómeno natural como el nacer o el crecer (el inicio y el desarrollo de la vida), aunque nunca se habla del Santo Nacimiento o Santo Crecimiento.

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