La carta pastoral “En ocasión del Bicentenario, del Centenario y de la situación actual” del cardenal, Juan Sandoval Iñiguez, presenta un estudio, desde su perspectiva, sobre las “amenazas” que enfrentan tres instituciones fundamentales para los mexicanos: la familia, la Iglesia y el Estado, las cuales se “ven combatidas con grave peligro de que su desmantelamiento deje al ser humano atomizado y desprotegido”.
La familia, (punto 17): recibe “constantes ataques tendientes a deteriorarla: amor libre, divorcio, antinatalismo, aborto y pretendidos matrimonios de personas del mismo sexo y el derecho de adopción”.
Enlista otros retos del país, como la corrupción, la violencia, el narcotráfico.
“Con relación a la inseguridad y violencia, se reconoce con tristeza que entre los involucrados en el crimen organizado hay mujeres y hombres bautizados, que con sus acciones contradicen su ser de cristianos y se alejan de Dios y de la Iglesia”.
El país no puede entenderse sin considerar a la postmodernidad, la cual define como “la máscara de una desilusión”. El hombre postmoderno, sigue, “sin el apego a las instituciones y sin una visión del mundo que le dé sentido a su existencia y razón de vivir, queda atomizado, desligado del conjunto y del pasado y del futuro, y, en consecuencia, entregado al momento presente y al interés personal”.
De la crisis que expone, no excluye a la Iglesia Católica, sobre la que apunta: “Se echa de menos una evangelización nueva en su ardor, métodos y expresiones, a veces se hace énfasis en el ritualismo sin el conveniente itinerario de formación en la fe. Personas y grupos de creyentes que se olvidan de la dimensión social de la fe, una espiritualidad individualista… que hace caso omiso de la moral cristiana en el actuar en medio de la sociedad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario