lunes, 22 de noviembre de 2010

LOS INICIOS DEL PROGRESISMO EN MÉXICO,SUS PRECURSORES Y LA DEFENSA DE LA RELIGIÓN. HISTORIA-RELIGIÓN-MÉXICO Segunda Parte

Marx y La Biblia

Se ha de insistir en que la etapa del "post-concilio", del "diálogo" y de la "primavera de la Iglesia" que arrancó a partir de la gestión de JUAN XXIII y su proceso de intenso desarrollo en la época de PAULO VI integran el ciclo histórico en que cobró vigencia aquello de que cuando el socialismo llegue al poder "se encontrará en el NUEVO TESTAMENTO abundantes pruebas de que la Iglesia ha sido siempre comunista".

Esas "pruebas" no se aportaron desde el campo seglar sino de los predios de la jerarquía eclesiástica infiltrada por el "progresismo político-religioso". Como se reitera, el fenómeno de la comunización del catolicismo estaba contemplado como un movimiento inducido de arriba hacia abajo, como corresponde a toda maniobra demoledora que tenga a su servicio a cómplices, traidores y comprometidos en los más altos puestos de mando.

Correspondía a la Arquidiócesis de México, en ese entonces a cargo de Su Eminencia Reverendísima, monseñor Miguel Darío Cardenal Miranda y Gómez, desempeñar el más infame de los papeles en el proceso "pastoral" para inducir al ciudadano creyente a comulgar con las ruedas de molino acerca de que el marxismo-leninismo y el mensaje contenido en la Biblia, eran, en escencia lo mismo.

Su Eminencia Reverendísima, sabedor de que en la "etapa del diálogo" posconciliar, sólo asciendían los mejores puestos jerárquicos y recibían honores y prebendas quienes colaboraban con el "progresismo político-religioso" y por tanto, con la expansión del "catolicomunismo", no escatimaron su aportación, sobre todo, porque a la edad límite de los 75 años, la baja , el cese o la remoción podía producirse en cualquier momento.

De la Parra
Es con tales características de la jerarquía, encabezada por monseñor Miranda y Gómez, que en el mes de septiembre de 1970 salió a la venta "Marx y la Biblia", el libro del jesuita JOSE PORFIRIO MIRANDA Y DE LA PARRA, donde se pretendía demostrar que el Magisterio de la Iglesia Católica basado en el Evangelio y el marxismo-leninismo, encierran la misma escencia sociopolítica.

Vio la luz pública el libro "Marx y la Biblia"  con el aval de la COMPAÑÍA DE JESÚS -parte de la compañía que estaba entregada a la difusión del "comunismo-católico"-, y las bendiciones, los parabienes y la aclaración en el sentido de que "en nada se opone al dogma", de su Eminencia Reverendísma monseñor Miranda.

La difusión de este libro fue viento en popa mientras el sacerdote DON JOAQUÍN SAÉNZ ARRIAGA permaneció en Roma, donde estuvo con más de 5,000 católicos de todo el mundo, en el intento de entrevistarse con PAULO VI y exponer sus puntos de vista sobre el "NOVUS ORDO MISSAE" creado por un clérigo promarxista y varios ministros protestantes.

A su regreso del viejo continente, el padre Sáenz Arriaga publicó el libro "¡Apóstata!", en donde hace un análisis de "Marx y la Biblia" , y con argumentos sólidos señala los graves errores doctrinarios tanto de la obra, como de la autorización eclesiástica que le otorgó Su Eminencia para introducirlo a las filas Católicas.

En "¡Apóstata!" el padre Saénz Arriaga expresa:


"A pesar de tantos y tan preclaros garantizadores, me atrevo a decir -¡pecador de mí!- ya desde el principio, que los censores o no leyeron el libro, o no saben teología, o traicionaron, comprometidos, su conciencia. Y me atrevo a decir que el R. P. Enrique Gutiérrez Martín del Campo, S. J., prepósito provincial de la Provincia Jesuítica de México, es grandemente responsable de haber autorizado, con su suprema autoridad, la publicación de todos estos enormes errores del mentado aborto de ese inquieto y alocado súbdito: errores que, con razón, tienen azorados a todos los católicos que no están adormecidos o no han perdido su fe.


"Y finalmente, y con la reverencia que se debe a la sagrada púrpura del Señor Cardenal Arzobispo Primado de la Arquidiócesis de México, afirmo que el libro cuya publicación él ordenó con su IMPRIMATUR, sí está, abierta,descarada y perversamente contra el DOGMA CATÓLICO, contra la religión que fundó Cristo y contra toda religión; que esa que él llama "sana libertad de expresión" es sencillamente la difusión diabólica y nociva de errores gravísimos, ya repetidamente condenados por los Papas y Concilios; y que, haciendo o no haciendo suyas las tesis de José Porfirio Miranda y de la Parra, él, Su Eminencia, es el principal responsable de el daño que ese libro infame produzca.


"Mi primera acusación es pues -lo digo sin temor y con plena conciencia de mis actos- contra los que, con su firma, avalan el libelo, desorientan a los crédulos católicos, y facilitan así la sibversión religiosa, social, y política de los pueblos que en frase de un conocido y extraordinario escritor es "CAOS EN LA IGLESIA Y TRAICIÓN AL ESTADO" .

Del autor de Marx y la Biblia, el Padre Saénz hace este formidable juicio:


"El despampanante jesuita, para curarse en salud, para ganarse la simpatía y el apoyo incondicional de los cándidos lectores, empieza por apoyar sus tesis y su subversión de manera taimada, en la discutible y discutida encíclica del actual Pontífice, la "POPULORUM PROGRESSIO"


y añade:

"A muchos críticos -europeos y norteamericanos -la POPULORUM PROGRESSIO les pareció ser "el resumen completo de los lugares comunes, marxistas y filomarxistas" o, como diría otro crítico, "un marxismo recalentado". Miranda y de la Parra no se indigna por estos comentarios contra el documento papal y los acepta, más bien, los reconoce, porque quiere hacer a Paulo VI defensor y abanderado de sus mismas ideas. Como si José Porfirio quisiera decirnos: Paulo VI piensa como pienso yo; dice lo que yo digo, estamos en las mismas trincheras"
(O. P. páginas 12, 13 y 14).

En su refutación a Marx y la Biblia, el padre Don Joaquín Saénz y Arriaga, aclara que la Iglesia nunca aceptó el capitalismo liberal o el liberalismo económico, egoísta, despiadado, explotador; pero tampoco acepta, ni puede aceptar la conculcación brutal de la justicia conmutativa, con el pretexto fascinante de la justicia social.

A juici del padre Saénz Arriaga, el error intolerable de Miranda y de la Parra y sus camaradas de "progresismo" está en confundir el capitalismo y el imperialismo,con el legítimo derechode propiedad; el abuso con el legítimo derecho. Al defender el derecho de propiedad no es la injusticia la que eregimos en "universal inocuo, en quasi natura", en derecho inherente de la naturaleza humana,como dice José Porfirio; es el legítimo derecho que tiene el hombre, todo hombre, para adquirir por los debidos caminos la propiedad privada, para poder proveer a sus necesidades presentes y futuras, personales y familiares.

Aclara el padre Saénz  que:

"Habla el jesuita de la "opresión capitalista"; pero no dice nada de la opresión del comunismo, que lleva consigo todo el odio, la maldad y toda la soberbia satánica, no de milenios de injusticia y de empedernimiento, sino de la irreformable perversión de los mismos demonios. Si para Marx la prehistoria ha terminado, para nosotros han empezado los tiempos apocalípticos, con la apostasía general en la que, por desgracia para ti y con dolor sincero para mí, te veo José Porfirio, no sólo comprometido, engañado, sino convertido en un activista, en un caudillo de la subversión infernal, por más que tu libro lleve todos los "IMPRIME POST" y todos los "IMPRIMATUR" de los pastores, que traicionaron a la Iglesia y a la Doctrina recibida de Dios". (O.P., páginas 43 y 44.)

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