viernes, 18 de marzo de 2011

LA REUNIÓN DE ASÍS



El 27 de octubre  de 1986, aproximadamente 130 responsables religiosos, pertenecientes a comunidades cristianas y a grandes religiones no cristianas, fueron los huéspedes de Juan Pablo II en Asís.
El sentido y fin de éste encuentro, lo explica el Papa en la alocución pronunciada a la entrada de la basílica de Santa María de los Ángeles:


"... El hecho de que hayamos venido aquí, no implica ninguna intención de buscar un consenso religioso... Tampoco es una concesión al relativismo en materia de creencias religiosas, pues todo ser humano debe seguir honestamente su recta conciencia con la intención de buscar la verdad y seguirla...
Las Iglesias, las comunidades eclesiales y Religiones del mundo muestran que desean profundamente el bien de la humanidad... Al fin de la jornada, intentaré expresar lo que esta celebración única haya hecho sentir a mi corazón como creyente en Jesucristo servidor de la Iglesia Católica". (Documentation Catholique, 7 de diciembre de 1986, pág. 1070).


...Como creyente en Jesucristo": Es la única vez que el Papa habla de Nuestro Señor en esta alocución.


Sin embargo, el más vergonzoso de los sacrilegios de Asís fue sin duda el cometido en el interior de la Iglesia de San Pedro. El Dalai-Lama y sus discípulos están alrededor del altar, sobre el tabernáculo han colocado la estatua de Buda. 


Juan Pablo II terminó esta jornada de oración con un discurso claramente humanista:


"Después de la última oración cristiana... profeso mi convicción, compartida por todos los cristianos , de que en Jesucristo, el Salvador de todos, se puede encontrar la paz... Repito aquí humildemente mi propia convicción: la paz lleva el nombre de Jesucristo". (Documentation Catholique, 7 de diciembre de 1986, pág. 1080).


Evoca aquí el Papa la convicción cristiana (la de los católicos, ortodoxos y protestantes) y la suya personal, pero no nos dice que la Iglesia Católica es la única que puede aportar la paz, porque ella es la verdadera religión. Además añade:


"... Sí, todos consideramos la conciencia y la obediencia a la conciencia como elemento esencial en el camino hacia un mundo mejor y en paz" (ibidem).


Según esto, la creencia en Jesucristo no es necesaria para obtener la paz, basta la obediencia de cada uno a su conciencia.


En la reunión de Asís el Hijo único de Dios tenía su puesto junto a Buda, al Gran Espíritu, al Señor Shanti, etc. junto a los demonios de que habla el salmista. A esto conduce el silencio del Papa sobre el verdadero Dios. 


Porque no se trata de creer en Dios de cualquier manera, sino de creer en Dios tal y como es.


El papel del Papa en esta reunión ha estado limitado al de anfitrión, despojado de todo signo distintivo de Primado. Subrayamos además que no ha habido una "oración propiamente cristiana". Asís ha "normalizado" la oración entre católicos, ortodoxos, y protestantes para el provecho de un pancristianismo desastroso para le fe.


Finalmente Juan Pablo II, ha ignorado públicamente la misión salvadora de la Iglesia. Al no afirmar la incompatibilidad de la Iglesia con el error, la Iglesia no es sino una de las mil formas de religión del mundo. De acuerdo con los hechos así es como se presenta la posición del Papa.


Ya en su primera encíclica "Catechesi Tradendae" reafirma la declaración conciliar "Unitatis Redintegratio" cundo dice: "Es extremadamente importante hacer una presentación correcta y leal de las otras Iglesias, de las que el Espíritu de Cristo no rechaza servirse como medios de salvación"


Este error ha sido condenado siempre por la Iglesia, desde San Agustín hasta Pío XII.


Fue una verdadera vergüenza para gran número de católicos que los protestantes denunciaran públicamente este panteón de religiones.


" En tal comunión de oraciones interreligiosas, vemos una infracción al primer mandamiento y a la profesión de fe católica, que puede conducir además a borrar las fronteras entre la fe verdadera y la falsa..." (Dr. Peter Bayerhaus, boletín Diakrisis nº 2 de mayo de 1986).


"Todos rezarán en el mismo momento... éste es el equívoco erigido en principio de acción. Ello sólo puede suscitar, en la gran masa de cristianos, el sentimiento de que su fe es solo la primera de las creencias y no la única verdadera..."


"... los cristianos tienen que librar un combate y este combate se libra tanto con la razón, como con el corazón." (Oliver Delacrétaz, Diario "La Nación", 11 de noviembre de 1986).




Terremoto en Asís el 26 de septiembre de 1977 . Ni así abrieron los ojos a las señales de Dios


Pedro ¿Me amas?
Daniel LE ROUX





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