La comunidad católica belga se ha visto seriamente sacudida por la renuncia del obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, de 73 años, tras confesar haber abusado sexualmente de un menor durante años. La renuncia fue aceptada ayer por el papa Benedicto XVI. En pocos días el sumo pontífice ha avalado la renuncia de otros tres obispos: James Moriarty, prelado de Kildare y Leighlin (Irlanda); Walter Mixa, obispo de Augsburgo (Alemania), y John Favalora, arzobispo de Miami.
Vangheluwe confesó en una carta leída en una conferencia de prensa: "Cuando todavía era un simple sacerdote y durante algún tiempo al inicio de mi episcopado abusé sexualmente de un joven de mi entorno". Ocurrió en los años próximos a su nombramiento como obispo en 1984, por lo que los hechos están prescritos y no pueden perseguirse penalmente.
El obispo presentó la renuncia después de que un allegado de la víctima le denunciara a la Iglesia. "Durante los últimos decenios he reconocido varias veces mi culpa y he pedido perdón a la víctima y a su familia", asegura. Pero admite que "la víctima todavía está marcada por lo sucedido". El jefe de la Iglesia belga, André-Joseph Léonard, aseguró que el tratamiento de este caso "corresponde a la voluntad de transparencia de la Iglesia católica de Bélgica, que quiere aplicar rigurosamente a partir de ahora, pasando resueltamente la página en relación a la época, no muy alejada, en la que la Iglesia, como en otras partes, ha preferido la solución del silencio o el disimulo". Se investigan 20 posibles casos de abusos.
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