lunes, 2 de agosto de 2010

Adiós, vieja Legión. Todos los poderes del nuevo general

Como delegado del Papa, el arzobispo De Paolis tiene plena autoridad sobre todo y sobre todos. Está sellado el final para Corcuera, Garza y los otros jefes de la congregación fundada por Marcial Maciel, pero ellos todavía resisten

por Sandro Magister


ROMA, 30 de julio de 2010 – Los superiores de los Legionarios de Cristo han puesto buena cara a la llegada del Delegado pontificio que se ocupará de reconstruir a su Congregación desde los cimientos.

Pero saben que han perdido toda autoridad propia. El decreto vaticano que fija los poderes del Delegado sostiene, en efecto, que ellos podrán ser removidos de un momento a otro, "ad nutum Sanctæ Sedis". En todo caso, desde aquí en adelante, todas sus decisiones serán válidas sólo si son aprobadas por el Delegado, a quien deben someterse en todo.

El Delegado es el arzobispo Velasio De Paolis, de 75 años de edad. Benedicto XVI le ha confiado la tarea el 16 de junio, pero el nombramiento se hizo público el 9 de julio, porque hasta esa fecha el mismo De Paolis estuvo trabajando en el balance de ganancias y pérdidas de los estados contables vaticanos del año 2009, en su calidad de presidente de la Prefectura de los Asuntos Económicos de la Santa Sede.

En efecto, la competencia administrativa es necesaria para quien deberá hacerse cargo de los Legionarios de Cristo. Además de ésta, De Paolis agrega otras competencias no menos importante para la tarea que le ha sido confiada: en Derecho Canónico y Civil, en Teología dogmática y Moral, materia de las que había sido profesor en las universidades pontificias Gregoriana y Urbaniana. No sólo eso. De Paolis es también un religioso de la Congregación de los Misioneros de san Carlos Borromeo, llamada de los "escalabrinianos" a causa del nombre del fundador, y ha sido Procurador general de la misma. Tiene entonces también experiencia directa de lo que es una Orden religiosa y de cómo se la gobierna.

En la carta de nombramiento del 16 de junio, reproducida íntegramente más abajo, Benedicto XVI le ha encomendado al arzobispo De Paolis que gobierne en su nombre a la Legión "por el tiempo que sea necesario", para reconstruirla en su totalidad, con una nueva Constitución y con un Capítulo General Extraordinario que señale el nuevo comienzo.

Pero es en el decreto posterior emitido el 9 de julio por la Secretaría de Estado vaticana, también reproducido más abajo, que se fijan con más precisión los poderes del Delegado.

Tales poderes son amplísimos, prácticamente ilimitados. El Delegado tiene autoridad directa sobre todos los superiores de la Legión en sus diversos niveles - general, provincial y local -, y sobre todas las comunidades y los individuos que las componen.

Puede ejercer su autoridad también por propia iniciativa y derogar las actuales Constituciones de la Orden.

Le esperan algunas decisiones en algunos ámbitos. Es al Delegado que le competen las admisiones al noviciado, a la profesión religiosa y al sacerdocio, la asunción, la transferencia y el licenciamiento de los dependientes, los cuerpos directivos de las universidades, de los seminarios y de las escuelas.

Es el Delegado quien decide en materia de administración extraordinaria o de enajenación de los bienes.

En síntesis: el Delegado "tiene el poder de intervención allí donde lo estime oportuno, inclusive en el mismo gobierno interno del Instituto, en todos los niveles".

Es evidente que, con un Delegado dotado de poderes similares, no tiene más futuro el "sistema" que concentraba el control de la Legión en las manos de los dos principales herederos del fundador Marcial Maciel, los padres Álvaro Corcuera y Luis Garza Medina, el segundo más todavía que el primero.

El fin de este "sistema" conlleva también el fin de ese cuerpo separado, patrimonial y administrativamente, en total y exclusiva dependencia del padre Garza, que es el Grupo Integer.

El Delegado se valdrá de cuatro asistentes personales externas - cuyo nombramiento está a la espera – a quienes les confiará tareas específicas. Uno de estos se ocupará de los bienes y de la administración.

Además, el Delegado coordinará una visita apostólica suplementaria al movimiento Regnum Christi, la rama laical de la Congregación.

Un pasaje clave del decreto de la Secretaría del Estado es el que establece que "todos tienen libre acceso al Delegado y todos pueden tratar personalmente con él". Desde el momento que el arzobispo De Paolis asumió el cargo, es realmente esto lo que está comenzando a suceder.

Pero al mismo tiempo, la permanencia en sus puestos de los anteriores superiores actúa como freno. Muchos sacerdotes y religiosos de la Legión siguen padeciendo su control paralizante. Y no lo sacan a la luz, sino que lo callan también frente al Delegado.

A su vez, éste tiene justamente la urgente necesidad de individualizar, dentro de la Congregación, a los hombres y los grupos más idóneos, sobre los cuales basarse para llevar a cabo la renovación.

En los primeros días de setiembre, cuando el Delegado entre efectivamente en acción, serán importantes sus primeros movimientos.

Si se llevan a cabo rápidamente actos concretos de ruptura del bloque de poder que ha gobernado hasta ahora a la Legión, es probable que la renovación se produzca más expeditivamente, contando – como ha escrito el Papa – con el "celo sincero y la fervorosa vida religiosa" de tantos miembros de la Legión.

 

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