lunes, 29 de noviembre de 2010

EL ORIGEN DE LOS ERRORES DEL FIN DEL MUNDO

El "Fin del Mundo", consistirá, según la teología progresista-modernista, en una especie de "consumación" de este mundo en todo bien, como cima del esfuerzo humano y de la evolución, de tal modo que el mal mismo será superado, la enfermedad y las limitaciones humanas, vencidas. Esta será la "nueva tierra" que será el "reino de Dios". Para unos ya tuvo lugar la "Parusía"; para otros predicadores de esta teoría, la "Parusía" será este tomar posesión Cristo de la tierra, el mundo, perfeccionados. Así tendrá lugar una "salvación universal".

En el fondo de todo esto hay que buscar las teorías poéticas de Tehilard de Chardin. Desde luego huelga decir que estas concepciones se apartan de la enseñanza evangélica sobre la Segunda Venida y el Juicio Final.

De aquí nació la "obsesión por el mundo", por la tierra, "la construcción del mundo" como "construcción" de Cristo, en preparación para la Parusía o como desarrollo de la misma. "La tierra no se va a acabar". "No estamos aquí para salvar el alma, sino para salvar al mundo", frases muy significativas que leemos en artículos escritos por doquier incluso por sacerdotes. 

Teilhard
Fiel eco de lo escrito alguna vez por Ignace Lepp, quizá el principal vulgarizador de las teorías de Teilhard: "Nuestra principal preocupación en ésta tierra no ha de ser evitar el pecado, el mal, y merecer así la vida eterna. Desgraciadamente esta concepción de de la existencia y el destino humano se halla demasiado extendida entre los cristianos y es predicada en muchos sermones... No es de origen evangélico, sino que es una supervivencia del jansenismo, doctrina que guarda relación con algunas de las antiguas doctrinas dualistas"... (Escándalo y consuelo, pág. 79)

He aquí lo que hay en el fondo de de las teorías y del mismo antropocentrismo que nos sofoca. Según los teilhardianos "no es evangélico" el preocuparse por la salvación del alma. ¿Y aquél? "¿De que le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?" ¿Y todo el sentido del Evangelio en esta dirección?... 

Veamos lo que dijo Lepp que hay que hacer entonces como fiel discípulo no de Cristo, sino de Teilhard, en este mundo: "Para nosotros los cristianos, el mundo es como un inmenso taller de continua creación, pero también de progresiva divinización, gracias a la inserción de la encarnación como la de co-creación"

Aquí en estas palabras que resumen la teoría teilhardiana sobre el fin del mundo, encarnación continuada y demás confusiones, hay que buscar, repetimos, el origen de las doctrinas antropocéntricas que hoy nos agobian.

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